Agradecimientos

Me gustaría dar las gracias a Delyth Neil por el galés, a Leslie Wilson por el alemán y a lady Norfolk por el flamenco. A Guada Abale por prestarme una canción. A Judith Flanders por ayudarme cuando no podía acceder a la British Library. Al doctor Christopher Haigh por invitarme a una espléndida comida en el salón de Wolsey de Christ Church. A Jan Rogers por compartir una peregrinación a Canterbury y una copa en el Cranmer Arms de Aslockton. A Gerald McEwen por llevarme en coche de un lado a otro y aguantar mis preocupaciones. A mi agente Bill Hamilton y a mis editores por su apoyo y estímulo. Y sobre todo a la doctora Mary Robertson; su campo como investigadora han sido los pormenores de la vida de Cromwell, pero me ha alentado y ayudado con sus conocimientos a lo largo del proceso de elaboración de esta obra de ficción, ha soportado mis especulaciones a ciegas y ha sido tan amable como para aceptar la semblanza que he trazado. Le dedico este libro con mi afecto y mi agradecimiento.