Castillo de Pomfret.[66]

Entra RATCLIFF, con una escolta, conduciendo al cadalso a RIVERS, GREY y VAUGHAN.

RIVERS: Sir Ricardo Ratcliff[67], déjame decirte esto: hoy vas a ver morir a un súbdito por veraz, por leal y por cumplir con su deber.

GREY: ¡Dios guarde al príncipe de toda vuestra jauría! ¡Sois una caterva de endemoniados vampiros!

VAUGHAN: ¡Día llegará en que gritéis maldición por todo esto!

RATCLIFF: ¡Apresuraos! ¡Ha llegado el término de vuestras vidas!

RIVERS: ¡Oh Pomfret, Pomfret! ¡Oh tú, prisión sanguinaria, fatal y ominosa para los nobles pares! ¡En el recinto cruel de tus muros fue asesinado Ricardo[68], y para hacer más odiosa tu siniestra mansión, vamos a darte a beber nuestra inocente sangre!

GREY: ¡Ya cae sobre nuestras cabezas la maldición de Margarita, cuando nos reprochaba a Hastings, a vos y a mí el haber permanecido indiferentes mientras Ricardo apuñalaba a su hijo!

RIVERS: ¡Entonces maldijo a Ricardo, maldijo a Buckingham, maldijo a Hastings!… ¡Oh acordaos, Dios mío, de escuchar sus imprecaciones contra ellos, como ahora contra nosotros! ¡Y en cuanto a mi hermana[69] y sus adorables hijos, conténtate, Dios misericordioso, con nuestra sangre leal, que, como Tú sabes, ha sido vertida injustamente!

RATCLIFF: ¡Basta ya! ¡La hora de vuestra muerte ha llegado!

RIVERS: Venid, Grey…; venid Vaughan…; abracémonos. ¡Adiós! ¡Hasta que nos hallemos otra vez en el Cielo!

Salen.