REAVIVAR LA LLAMA

Jueves, 11 de julio de 2013

Días de sol ininterrumpido: 11; gotas de lluvia en la cabeza: 0 (increíble).

14.00. Hace un calor infernal. ¡Todavía! Nadie se cree que estemos teniendo tanta suerte. Todo el mundo está en la calle escaqueándose del trabajo, tomando algo, como loco por entregarse al sexo y quejándose de que hace demasiado calor.

Roxster y yo hemos vuelto a los mensajes y él está encantador, a pesar de las serias advertencias de Talitha con respecto a volver a aceptar a alguien después de que te haya dejado. Y a pesar de las serias advertencias de Tom con respecto a la gente que es todo mensajes y nada pantalones, y de sus advertencias profesionales con respecto a que tan sólo puedo esperar un futuro de mensajes variopintos, y ¿me había parado a pensar en lo que de verdad quería yo?, aparte de un sinfín de mensajes y noches de sexo esporádicas.

Roxster me ha explicado lo del curry y la tardanza de la noche que rompió conmigo y me ha dicho que —tal y como yo me he olido en todo momento— no estuvo comiendo curry con sus «compañeros». En realidad estuvo solo, atiborrándose de curry de pollo, y papadom, y cerveza, porque estaba muy confuso y de pronto abrumado por la posibilidad de convertirse en un novio de verdad y quizá en figura paterna. Y después, cuando soltó el discurso con el que me dejó, le dio la impresión de que a mí me parecía bien, de que me sentía casi aliviada y encantada de romper, hasta la bronca de la mierda. Y después de aquello no supo qué hacer. Y es alegre, y dulce, y sencillo, y muchísimo mejor que los capullos casados salidos. Hemos quedado el sábado… para dar un paseo por Hampstead Heath.