PARA ESO ESTÁN LOS AMIGOS

Sábado, 22 de junio de 2013

61 kg; calorías: 3844; paquetes de mozzarella rallada consumidos: 2; novios: 0; posibles novios: 0; unidades de alcohol consumidas por mí y mis amigos: 47.

—Bueno, al menos se ha solucionado lo de su virginidad recuperada —opinó Tom—. Y bastante a lo grande, diría yo. Ahora tira más a ninfómana. Con la cara entumecida. ¿Se ha acabado el vino?

—Hay más en la nevera —dije al tiempo que me levantaba—. Pero es que…

—Tom, haz el favor de estarte calladito, anda —lo regañó Talitha—. Su cara está fenomenal, ahora que ha dejado de babear.

—Lo principal es que tiene que superar lo del toy boy —apuntó Jude, que SIGUE saliendo con Fotógrafodenaturaleza.

—No, es sólo que… —traté de meter baza.

—Es el ego, el ego lo que está en juego. —Tom fingía ser un profesional, pero estaba como una cuba—. No es un rechazo. Alguien que va así de un extremo al otro no te está rechazando. Es sólo que está dividido entre el corazón y la cabeza y…

—Bridget, mira que te avisé de que no hay que enamorarse nunca, NUNCA de un toy boy —lo cortó Talitha—. Hay que tener control, de lo contrario toda la dinámica acaba siendo un desastre absoluto. Te prohíbo que vuelvas a liarte con él. Tom, cari, ¿me preparas un pelín de vodka con montones de hielo y un chorrito de soda?

—No volverá a liarse conmigo. Le mandé un mensaje despotricando y diciendo mierda un montón de veces —confesé.

—Punto uno —contestó Talitha—, volverá a liarse contigo, porque se fue dando un portazo, no lloriqueando; y punto dos: NO debes volver a liarte con él o la cosa acabará en lloriqueo. Cuando un tío te ha dejado, volver a aceptarlo es señal de baja autoestima y desesperación, y él NO hará más que darte por el saco.

—Pues Mark me aceptó de nuevo y…

—Roxster no es Mark —zanjó Tom.

Al oír aquello, prorrumpí en sollozos mudos, entrecortados.

—Ay, Dios —intervino Jude—. Tenemos que encontrarle un sustituto, y deprisa. Voy a apuntarla a OkCupid. ¿Qué edad pongo que tiene?

—No, no lo hagas —sollocé—. Tengo que «Coger la vara», como dice en El zen y el arte de amar. Tengo que ser castigada, he descuidado a los niños y…

—Los niños están estubendamente. Te estás volviendo loca. ¿Dónde tienes las fotos en el vóvil?

—Jude —dijo Tom—, déjala en baz, déjamela a mí. Soy un brofesional. Soy doctor en bsiscolosofía. —Durante un momento, reinó el silencio—. Gracias —continuó Tom—. En una relación se lidia con seis cosas: lo que el otro fantasea contigo, lo que fantasea con la relación, lo que tú fantaseas con el otro, lo que el otro fantasea con lo que tú fantaseas con el otro y… ¿Cuántas van? Ah, lo que el otro fantasea… consigo mismo.

A continuación se levantó de manera sentenciosa, se dirigió calmada aunque inestablemente hacia la nevera, volvió con una bolsa de botones de chocolate y una botella de chardonnay y se sacó del bolsillo de la chaqueta un paquete de Silk Cut.

—Hay cosas que no cambian nunca —afirmó—. Y ahora abre esa boquita y toma tu medicina. Bueeena chica.

Cuando me he despertado por la mañana, estaba arropada con una selección de peluches, una copia de Thelma y Louise y una nota de los tres que ponía: «Siempre te querremos.»

Sin embargo, cuando he cogido el teléfono también había un mensaje de Jude con un nombre de usuario y una contraseña para OKCupid.