EL PROBLEMA CON LOS MODELITOS

Jueves, 18 de abril de 2013

10.30. Mmmm. Otra noche de fábula con Roxster. Intenté hablar con él del problema de los vaqueros pitillo, pero el tema no le interesaba lo más mínimo y me dijo que yo le gustaba más sin ropa.

11.30. Acabo de mantener una multiconferencia con George, Imogen y Damian para hablar de la reunión con Ambergris Bilk, que está en Londres. Me encantan las multiconferencias, y el hecho de que te permitan hacer cosas como que te cortas el cuello y tiras de la cadena cuando alguien dice algo que te molesta lo más mínimo.

—Bueno, entonces… —ha dicho George. Y se ha oído un ruidoso fragor mecánico de fondo.

—Creo que lo hemos perdido —ha aventurado Imogen—. Espera.

Acabo de echarle otro vistazo a Grazia. Está claro que lo que me falta en el modelo de los pitillo es el fular. Un fular bohemio vaporoso, con doble vuelta al cuello. Mmm. Y ¿qué voy a ponerme para la fiesta de Talitha? ¿Los Nuevos Blancos Primaverales? ¡Ahhh! Han vuelto. Me refiero a los de Greenlight, no a los Nuevos Blancos Primaverales.

—Bien —ha empezado de nuevo George—. Queremos que conozcas a Ambergris y…

—¿Qué? —he contestado esforzándome por oír algo con aquel ruido ensordecedor.

—Estoy en un helicóptero. Queremos que conozcas a Ambergris y que…

Se ha vuelto a ir. ¿Qué iría a decir? ¿«Le hagas pis encima»?

12.30. Acaba de llamar Imogen, de Greenlight, para decirme que George quiere que hable con Ambergris Bilk del guión, pero que no diga nada malo de Hawái, porque a Ambergris le va Hawái. «Y —ha añadido Imogen con frialdad— quiere que digas cosas buenas de Dougie.»

¡Viva! Voy a conocer a una auténtica estrella de cine. Me pondré un fular vaporoso.

17.00. Acabo de volver del colegio. Es verdad. Ahora soy consciente de que todo el mundo lleva fulares bohemios vaporosos con doble vuelta al cuello. Aunque resulta curioso cuando recuerdo la cantidad de años que mi madre y Una se pasaron intentando hacer que me gustaran los fulares, pero yo los aborrecía porque me parecían complementos de señora, un poco como los broches. Y ahora es casi como si todas acabásemos de leer Grazia y dijéramos cual zombis adoctrinados por chicas de alfombra roja: «Tengo que llevar un fular bohemio vaporoso, tengo que llevar un fular bohemio vaporoso.»

Viernes, 17 de mayo de 2013

Minutos empleados en vestirme y arreglarme para ir a llevar a los niños al colegio: 75.

05.45. Me he levantado una hora antes para arreglarme y ponerme a la moda para ir a llevar a los niños al colegio, a lo Stella McCartney, Claudia Schiffer y demás. Creo que mi look es estupendo, aún con los vaqueros pitillo y las bailarinas, pero ahora además con el fular vaporoso al cuello.

07.00. Acabo de despertar a Billy y he ayudado a Mabel a levantarse de la litera de abajo. Justo cuando estaba sacando la ropa del armario me he dado cuenta de que Billy y Mabel se estaban riendo.

—¿Qué? —he preguntado después de volverme para mirarlos—. ¿Qué?

—Mami —ha contestado Billy—, ¿por qué llevas un paño de cocina al cuello?

09.30. Acabo de volver de dejar a los niños en el colegio y me he comprado el último número de Grazia. He encontrado un artículo titulado: «¿Le ha llegado su hora al pitillo?»

Voy a volver a vestirme como la madre de Buena suerte, Charlie.