ESTUDIO EXHAUSTIVO DEL ARTE DEL LIGOTEO

Noche tras noche, cuando los niños estaban en la cama, yo me ponía a estudiar como si se tratara de un curso de la universidad a distancia para aprender a ligar. Daba la impresión de que Mabel y Billy presentían que había un gran proyecto en marcha, y lo trataban con el debido respeto. La pequeña, cuando irrumpía en mi habitación a medianoche abrazada a Saliva y diciendo que había tenido un sueño feo, susurraba: «Perdona, mami, pero una hormiga gigante me eztá comiendo la oreja», mientras atisbaba con respeto tras su maraña de pelo los montones de mamotretos antológicos que había tirados sobre mi cama. Por supuesto, tuiteaba mis progresos, con lo que conseguí aumentar mi número de seguidores en Twitter a unos sorprendentes 437.

Bibliografía:

Empecé con mi archivo histórico: los clásicos básicos cuando rondaba los treinta:

Pero intuía que no era bastante. Me metí en Amazon y había setenta y cinco páginas de libros de autoayuda sobre el ligoteo entre los que elegir.

Quizá sonara confuso, pero ¡en realidad no lo era! Había más consenso que disensión entre los maestros del arte del ligoteo. Estudié diligentemente, subrayé los libros y tomé notas, busqué puntos en común como si de las grandes religiones y los principios filosóficos del mundo se tratara, y extraje después la quintaesencia de los principios clave:

LAS REGLAS DEL LIGOTEO

Naturalmente, todo este nutrido corpus de conocimientos era completamente teórico: un poco como el filósofo que se encierra en la torre de marfil (N. B., en una torre de marfil de verdad, no en IvoryTowers.net, la página de contactos) para desarrollar teorías sobre cómo debería vivirse la vida sin vivirla él en realidad.

Lo único de lo que podía servirme era de la experiencia con Cazadoradecuero. Revisar los errores que había cometido con él desde mi recién documentada perspectiva de conocimientos bien fundados me permitió recuperarme de mi sensación de inutilidad, de tosquedad, de fracaso y de no ser digna de ser amada, y concebir esperanzas de que, aunque todo esté perdido —si es que llegó a encontrarse en algún momento— con Cazadoradecuero, quizá no lo estuviese tanto con otros especímenes masculinos.

Sin embargo, había otro apartado, «REGLAS PARA CONSEGUIR LIGUES», que estaba completamente vacío.