Sábado, 15 de septiembre de 2012
NO MANDES MENSAJES CUANDO ESTÉS BORRACHA
20.15. ¡SÍÍÍ! ¡Teléfono!
21.00. —Ah, hola, cariño.
Mi madre. ¡Mierda! He entrado en barrena preguntándome si Cazadoradecuero podría mandar un mensaje mientras estaba al teléfono con mi madre.
—¿Bridget? ¿Bridget? ¿Sigues ahí? ¿Has decidido lo del crucero?
—Uy, bueno, creo que podría resultar un poco…
—Casi toda la gente de St. Oswald’s estará con sus nietos. Son unos días del año muy especiales y la gente los pasa con sus nietos. Julie Enderbury y Michael se llevan a toda la familia a Cabo Verde.
—Y ¿qué hay de los nietos de Una? —he contraatacado.
—Les toca ir con la familia política.
—Ya, ya.
La familia política. Lo cierto es que el almirante Darcy y Elaine son de lo más cariñosos con Billy y Mabel, y se las apañan bien invitándolos por separado y en ocasiones bien pensadas y breves. Pero no creo que pudieran soportar que fuésemos a visitarlos por Navidad. Cuando aún vivía, Mark solía invitarlos a nuestra gran casa de Holland Park, pero de la cena de Navidad siempre se encargaba un cocinero, lo cual, según él, no tenía nada que ver con mi forma de guisar, sino que era para que todo el mundo pudiera relajarse y disfrutar de la compañía. Uy, aunque, ¿por qué no iban a «relajarse» si cocinaba yo? Puede que sí que tuviera que ver con mi forma de cocinar.
—¿Bridget? ¿Sigues ahí? Es sólo que no quiero que estés sola —me ha asegurado mi madre—. Pero, bueno, todavía hay tiempo para decidirlo.
—Genial. Pues lo vamos hablando, entonces —he contestado—. Aún faltan siglos para Navidad.
Ahora se ha ido a clase de aqua-zumba. Ojalá estuviera mi padre para aplacarla, y reírse conmigo de todo, y abrazarme. Ojalá pudiera cogerme una buena cogorza con una botella de vino entera.
21.15. Uy, acabo de oír llegar a Chloe, que había salido por Camden. Se queda en el sofá cama, y así mañana puede levantarse temprano para tai-chi.
21.30. Creo que voy a tomarme una copita de vino, aprovechando que está ella, para animarme.
¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN! NI SIQUIERA ABRAS UNA BOTELLA DE VINO SIN ENVOLVER EL TELÉFONO EN UNA NOTA QUE PONGA: «NADA DE MENSAJES» Y OCULTARLO EN UN ESTANTE ALTO
21.45. Ahora ya me siento mucho mejor. Voy a poner música. Puede que «Play the Game», de Queen. El punto de vista gay siempre es bueno, en particular en forma de música. Mmm… Cazadoradecuero. Ojalá me mandara un mensaje, así podríamos vernos y disfrutar de un sensual…
22.00. Quizá me tome otra copita de vino de nada.
¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN!
22.05. Me encanta Queen.
22.20. Mmm… Bailar…
«Es tu vida… No te hagas el duro…»
22.20. Ya ves ques verdad. «El amor corre… ¡fluye por mis veeeeenaaaaas!» Quiero a Zazadoravecuero. Do se buede ir por ahí a la fefensiva. El amor es comun río.
NO DEJES QUE LA LETRA DE CANCIONES POP GUÍE TU COMPORTAMIENTO, SOBRE TODO CUANDO ESTÉS BORRACHA
22.21. ¿Ves? Do te hagas el dudo. Así que ¿por qué do voy a mandadle un mensaje…?
¡AHHHH! Ay, eso es lo que pasa con el mundo moderno. Si hubiese sido en los días en que se escribían cartas, jamás me habría puesto a buscar un boli, un papel, un sobre, un sello y la dirección de Cazadoradecuero. Tampoco habría salido de casa a las 23.30 dejando dormidos a dos niños pequeños para encontrar un buzón. Un mensaje de texto se envía con tan sólo rozarlo con la punta del dedo, como una bomba atómica o un misil Exocet.
22.35. Acabo d dddarle a ENVIAR. Fien, ¿eh?
NO MANDES MENSAJES CUANDO ESTÉS BORRACHA