Miércoles, 12 de septiembre de 2012
60 kg (perdí uno dándoles a los pulgares con los mensajes); minutos pasados fantaseando con Cazadoradecuero: 347; número de veces que comprobé si tenía algún mensaje de Cazadoradecuero: 37; mensajes de Cazadoradecuero: 0; número de veces que miré la Inexplorada Bandeja de Entrada para ver si tenía algún correo de Cazadoradecuero a pesar de que Cazadoradecuero no tiene correo electrónico: 12 (demencial); minutos que he llegado tarde al colegio en total: 27.
14.30. Mmm. Acabo de volver de comer con Cazadoradecuero en Primrose Hill. Se parecía todavía más a un hombre de anuncios de coches, esta vez con una cazadora de cuero marrón y gafas de aviador. Hacía un día otoñal radiante, caluroso para esta época del año: el cielo estaba azul y el sol brillaba, así que hemos podido sentarnos fuera, en una terraza.
BIEN
Lo quiero. Lo quiero.
NO TAN BIEN
Tiene más o menos mi edad y está divorciado, con dos hijos. Y se llama Andy… qué nombre tan chulo…
¿¿ANDY??
Cuando me he sentado a la mesa, se ha quitado las gafas. Sus ojos son como estanques. Estanques de agua clara, clara como un mar tropical…
NO TE EMOCIONES
… sólo que marrones. Lo quiero. Los dioses del ligoteo me sonríen.
PROCURA MANTENER CIERTA OBJETIVIDAD
Entiende DE VERDAD los problemas de criar a los hijos en solitario. Me ha preguntado cosas como: «¿Cuántos años tienen tus hijos?»
Durante toda la comida me he sentido como un cachorrillo peligrosamente excitado que estaba a punto de empezar a frotarse contra su pierna de un momento a otro.
NO SAQUES CONCLUSIONES PRECIPITADAS NI FANTASEES
Será estupendo tener sexo con él los domingos por la mañana, pensaba yo, y luego desayunar juntos con todos los niños, reírnos, irnos a vivir juntos, vender las dos casas y comprar otra desde la que nuestros hijos puedan ir andando al colegio. Justo cuando estaba pensando: «… así podríamos tener un solo coche y ahorrarnos problemas con los permisos de aparcamiento», él me ha interrumpido: «¿Quieres café?»
Lo he mirado con cara de sorpresa, desorientada, y casi le suelto: «¿Crees que podremos apañárnoslas con un solo coche?»
EN LA PRIMERA CITA: QUE PAGUE ÉL
Cuando ha llegado la cuenta, he montado un buen lío sacando la tarjeta de crédito mientras repetía: «Pago yo» y «¿Quieres que vayamos a medias?»
«Invito yo», ha dicho él al tiempo que me dedicaba una mirada extraña. Puede que ya supiera que él también me quería, ¿no?
REACCIONA EN FUNCIÓN DE LO QUE ESTÉ PASANDO DE VERDAD, NO A LO QUE DESEARÍAS QUE ESTUVIERA PASANDO
Después de comer, no podía soportar la idea de que terminara, así que he sugerido que fuéramos a dar un paseo por la colina. Ha sido estupendo. Cuando hemos llegado a su coche, esperaba que me besara de nuevo, pero me ha dado un simple beso en la mejilla y me ha dicho:
—Cuídate.
Me ha entrado el pánico.
—¿Crees que deberíamos volver a vernos? —le he soltado.
Puede que haya sido algo directa, pero CREO que no ha estado nada mal.
SÍ QUE LO HA ESTADO
«Claro —ha contestado con una sonrisa—. Tan sólo estaba esperando a que huyeras entre gritos.»
Y ha vuelto a esbozar su sonrisa de anuncio de coches con arruguitas y se ha subido al suyo.
¡Es tan divertido!
NO DEJES QUE TE TRASTOQUE LA VIDA NI EL EQUILIBRIO
Madre mía, esto es un desastre. No puedo pasarme el día entero en la cama MASTURBÁNDOME cuando tengo un guión que escribir y unos hijos a los que cuidar.
Jueves, 13 de septiembre de 2012
NO TE OBSESIONES NI FANTASEES CUANDO VAYAS CONDUCIENDO
08.30. Mmm. La cosa es que cuando le dije: «¿Crees que deberíamos volver a vernos?» no dijo «No», sino: «Claro.»
Y eso significa que sí, ¿no? Pero entonces ¿por qué no comentó nada acerca de la próxima vez cuando nos despedimos? O ¿por qué no me ha enviado algún mensaje? ¡AHHHH!
09.30. Al entrar en una curva me he encontrado un taxi parado delante de mí, algo egoísta a más no poder, sin pies ni cabeza. Detrás del mío se ha formado una cola enorme de coches.
He rodeado el taxi mirando mal al conductor. Entonces, al devolver la vista al frente, me he dado cuenta de que un coche venía hacia mí a toda pastilla. Al volante iba un hombre que me señalaba y me decía: «Atrás, ¡a-t-r-á-s!», como si fuese idiota o algo por el estilo.
«¡Cómo son los tíos al volante, por favor! (Aparte de Cazadoradecuero, que estoy segura de que es muy respetuoso) —he pensado al tiempo que le enseñaba el dedo corazón—. “Anda, míranos. ¡Somos machos alfa! Vamos a echarnos encima de mujeres indefensas y vamos a acosarlas hasta que den marcha atrás”.»
—Mami —me ha dicho Billy—, el taxi ha parado para dejar pasar al otro coche.
De pronto he entendido lo que quería decir mi hijo: el coche que venía en sentido contrario YA ESTABA ALLÍ y el taxista, que al fin y al cabo tiene experiencia en carretera, se había detenido para dejar pasar al coche que ya se dirigía hacia nosotros. Así que ahora era yo la hembra alfa conductora de un monovolumen —salvo por el hecho de que no iba en un monovolumen— que había esquivado bruscamente al taxista con experiencia en carretera e intentado obligar al coche que venía en sentido contrario a retroceder, como si fuese un quitanieves cabreado que esgrimiera un sobresaliente en Filosofía, Ciencias Políticas y Económicas por Oxford o Cambridge —salvo por el hecho de que saqué un suficiente en Inglés en Bangor.
He movido los labios diciendo «Lo sientooo» mientras daba marcha atrás, pero el hombre me ha lanzado una mirada asesina con exactamente la misma expresión de incredulidad de «¿Adónde-vamos-a-ir-a-parar?» que suelo adoptar yo con frecuencia cuando voy a llevar a los niños al colegio por la mañana.
—¡Bueno! —he exclamado alegremente cuando hemos logrado dar la vuelta a la esquina—. ¿Qué clases tenemos hoy, Billy? ¿Educación Física?
—Mami.
Lo he mirado. Los mismos ojos. El mismo tono cuando no estoy precisamente en mi mejor momento.
—¿Qué? —he respondido.
—Sólo lo preguntas porque te sientes tonta, ¿no?
Viernes, 14 de septiembre de 2012
NO DEJES QUE TE TRASTORNE Y TE VUELVA LOCA EN GENERAL
Acabo de hablar con la vecina bohemia con aspiraciones, pero estaba tan distraída que la he cagado pero bien. Volvía del coche cuando he visto que entraba en su casa. Llevaba un gorro de lana de varias puntas con borlas en el extremo, unas Doc Martens de plataforma y algo a medio camino entre un abrigo de oficial alemán de la segunda guerra mundial y un miriñaque rematado con un volante.
—Hola —me ha dicho de pronto—, soy Rebecca. Vives enfrente, ¿no?
—Sí —he respondido encantada y, acto seguido, me he marcado un monólogo nervioso—: Me da que tus hijos tienen la misma edad que los míos. ¿Cuántos años tienen? ¡Qué gorro más bonito!…
Todo ha ido sobre ruedas y Rebecca ha acabado diciendo:
—Si quieres, pásate y tráete a los niños para que jueguen juntos. Uno día de éstos, ¿no?
—Pues sí, estupendo —he contestado—. Sí, estaría genial. Adióóós.
Y he cruzado la calle. Al llegar a casa iba pensando: «¡Sííí! Podríamos ser amigas y podría presentarle a Cazadoradecuero y…»
—¡Oye! —ha exclamado Rebecca de repente.
Me he dado la vuelta.
—¿No es ésa tu hija?
¡Mierda! Se me había olvidado por completo que iba con Mabel. Estaba plantada ante la casa de Rebecca, desconcertada, abandonada en la acera.
FÍJATE EN CÓMO TE HACE SENTIR. EN ALGÚN PUNTO A MEDIO CAMINO ENTRE «CACHONDA» Y «TOMANDO ALGO PARA EL ESTÓMAGO DEBIDO A LA ANSIEDAD», DEBERÍA APARECER LA PALABRA «FELIZ»
21.15. Sigo sin recibir ningún mensaje. Este asunto de Cazadoradecuero me está provocando una ansiedad horrorosa, tengo el estómago revuelto.