Jueves, 24 de mayo de 2012
81 kg (ay); kilos perdidos: 0; seguidores en Twitter: 0; número de barritas proteínicas de chocolate consumidas: 28; natillas proteínicas de chocolate consumidas: 37; número de comidas sustituidas por barritas o natillas proteínicas de chocolate: 0; número medio de calorías al día ingeridas mezclando la comida normal con los productos proteínicos: 4798.
He ido al consultorio de obesidad para que me hicieran el control de peso de la primera semana.
—Bridget —ha dicho la enfermera—, se supone que tiene que sustituir las comidas por los productos proteínicos, no tomar las dos cosas.
He mirado el gráfico enfurruñada y le he espetado:
—¿Le importaría seguirme en Twitter?
—No tengo Twitter —me ha contestado—. Y la próxima semana olvídese de Twitter y limítese a comer los productos. Nada más. ¿Entendido?
21.15. Los niños están dormidos. Ay, Dios, estoy tan sola. Sin seguidores en Twitter, gorda, muerta de hambre y harta de engullir productos antiobesidad. Odio esta hora del día, cuando los niños están dormidos. Debería ser un rato relajante y divertido en lugar de simplemente solitario. Vale. No voy a regodearme en ello. A lo largo de los tres próximos meses voy a:
¡Sí! Eso es lo que necesito. No es natural que los niños estén aislados en sus respectivas casas con uno o dos adultos que centran demasiada atención en su felicidad, que temen dejarlos jugar en la calle por miedo a los pederastas. Seguro que cuando nosotros éramos pequeños también había pederastas, pero el miedo hacia ellos que han provocado los medios de comunicación ha cambiado la forma de educar a los hijos. Necesito otros padres con quienes hablar espontáneamente y beber vino mientras los niños juegan. Sería como tener una numerosa familia italiana que cena bajo un árbol. Ya lo dice el proverbio africano: la educación de los hijos es cosa de todo el pueblo.
También lo es preparar a una estrella para la alfombra roja.
De hecho, he visto a una mujer agradable enfrente que parece tener hijos… aunque puede que «agradable» no sea la palabra adecuada. Es tremendamente bohemia, y tiene una salvaje mata de pelo negro que corona con cosas que tendrían más razón de ser en un vivero o una pajarería que en una cabeza. Todo eso podría conferirle un aspecto raro de no ser por su belleza, igualmente bohemia, morena y extravagante. La he visto acompañada de otra gente que iba y venía: niños, adolescentes (¿Niñeras? ¿Niñeros? ¿Amantes?), un hombre atractivo de rasgos duros que podría ser su marido o un artista que hubiera ido a visitarla y, en ocasiones, un niño pequeño. Tal vez tenga hijos de la misma edad que los míos.
Me siento más animada. Mañana será un día mejor.
Jueves, 31 de mayo de 2012
79 kg.
¡Síííí! ¡He perdido 2 kilos en una semana! He vuelto al peso que tenía cuando empecé la dieta. Aunque la enfermera me ha dicho que la pérdida en realidad no es de grasa, sino de «otras cosas». También dice que tengo que empezar a montar en bici, por ejemplo, en lugar de tener el culo todo el día pegado al sofá.
Jueves, 7 de junio de 2012
77,5 kg.
10.00. Me he unido al programa de alquiler de bicicletas de nuestro excéntrico (es decir, sensato) alcalde, Boris Johnson: ¡me he comprado la llave de las Bicis de Boris y hasta he cogido una Bici de Boris! De pronto me siento parte del Londres moderno que se mueve en bici: todo un mundo de jóvenes alegres que renuncian a los coches, están delgados y tienen conciencia ecológica. Voy a ir en bici al consultorio de obesidad.
10.30. Acabo de volver, traumatizada por el paseo en bici. Absolutamente aterrorizada. En ningún momento me ha abandonado la sensación de que me había olvidado de abrocharme el cinturón de seguridad, y me bajaba cada vez que venía un coche. Quizá vaya por el camino del canal.
11.30. Acabo de volver de montar en bici por el canal. Todo ha ido muy bien hasta que alguien me ha lanzado un huevo desde un puente. O puede que haya sido un pájaro que se ha puesto repentinamente de parto prematuro. Voy a limpiarme el huevo, no volveré a utilizar el servicio público de bicicletas e iré al consultorio de obesidad en autobús. Al menos, con el culo pegado al asiento me mantendré con vida y limpia, en lugar de matarme e ir pringada de huevo.
Jueves, 14 de junio de 2012
¡76 kg!
No paro de quitarme la ropa y subirme a la báscula; luego me quito el reloj, la pulsera, etc. y miro encantada lo que marca. Me empuja a querer hacer más dieta.
Miércoles, 20 de junio de 2012
13.00. He ido al gimnasio —lo cual es bueno, aunque horroroso, obviamente—. Además, ¿qué ley dice que cuando en el vestuario sólo hay otra persona aparte de ti su taquilla tiene que ser la que está justo encima de la tuya?
Ahora voy a volver a entrar en Twitter y a encontrar gente.
13.30. <@DalaiLama Igual que la serpiente muda de piel, nosotros debemos desprendernos del pasado una y otra vez.>
¿Veis? El Dalái Lama y yo somos una única mente cibernética. Yo me estoy desprendiendo de la grasa como una serpiente.
Miércoles, 27 de junio de 2012
09.30. He empezado mi guión de Hedda Gabbler. Y lo cierto es que tiene gran relevancia, porque va de una chica que vive en Noruega —a la que voy a trasladar a Queen’s Park— y cree que «sus días de baile han terminado» y que nadie que merezca la pena va a casarse con ella, así que se decide por un aburrido —es como hacerse con el último sitio libre cuando se para la música en el juego de las sillas musicales—. Quizá también haga que pierda un montón de peso y que consiga millones de seguidores en Twitter.
10.00. Quizá no. Seguidores en Twitter: 0.
Jueves, 28 de junio de 2012
72 kg; kilos perdidos: ¡7!
Dios mío. ¡He perdido siete kilos! Lo curioso del caso es que, mientras que los cientos y cientos de dietas que he seguido a lo largo de los años han fracasado o durado cinco días, lo cierto es que ésta está…
… ¡funcionando! Creo que tiene que ver con ir todas las semanas a que me pesen y me midan la proporción de grasa con respecto a la masa muscular, y con saber que no puedo hacer trampas y, cuando me apetece una patata asada, decirme que sigo la dieta disociada y, cuando me apetece una chocolatina Mars, la dieta de WeightWatchers. Acabo de descubrir que me entra un vestido que tenía antes de quedarme embarazada (aunque debo admitir que es de corte imperio), y eso ha hecho que esté rebosante de optimismo.
Jueves, 12 de julio de 2012
70 kg; kilos perdidos: 9; páginas del guión escritas: 10; seguidores en Twitter: 0.
21.15. Ay, Dios. Estoy tan sola. Vale. Voy a meterme de verdad en Twitter.
21.20. El Dalái Lama tiene dos millones de seguidores y, sin embargo, él no sigue a nadie. Tiene sentido. Un dios no puede seguir a nadie. Me pregunto si será él quien tuitea o si será cosa de su ayudante.
21.30. Bajón absoluto. Lady Gaga tiene ¡treinta y tres millones de seguidores! ¿Por qué me preocupa siquiera? Twitter es un concurso de popularidad a gran escala en el que yo estoy condenada a ser la peor.
21.35. Acabo de mandarle un mensaje a Tom para contarle que Lady Gaga tiene treinta y tres millones de seguidores y yo ninguno.
21.40.
<Se supone que tienes que empezar tú a seguir a otros. Si no, ¿cómo se supone que van a saber que estás en Twitter?>
<Pero el Dalái Lama no sigue a nadie.>
<Tú no eres ni dios ni Lady Gaga, cariño. Tienes que ser proactiva. Sígueme: @TomKat37.>
22.00. @TomKat37 tiene 878 seguidores. ¿Cómo se las habrá ingeniado?
Viernes, 13 de julio de 2012
22.15. ¡Tengo un seguidor! Claro, la gente empieza a apreciar mi estilo.
22.16. Vaya.
<@TomKat37 ¿Lo ves? Ya tienes un seguidor. De ahí al infinito.>
Sólo es Tom.
Martes, 17 de julio de 2012
69 kg; seguidores en Twitter: 1.
Mediodía. Día glorioso e histórico. Acabo de ir a comprar a H&M y le he pedido a la dependienta que me trajera una 44. La mujer me ha mirado como si estuviera loca y me ha dicho:
—La suya es la 42.
Me he reído:
—No entraré en la vida en una talla 42.
Y me la ha traído, y he entrado. ¡Tengo una talla 42!
¡Y tengo un seguidor! Soy casi viral.
Jueves, 26 de julio de 2012
67,5 kg; páginas del guión: 25; seguidores en Twitter: 1.
¡Yuju! He superado la barrera de los 68 (aunque puede que sea porque me he puesto a la pata coja y me he apoyado un poco en el lavabo).
Estoy volcada de lleno en el guión. He decidido titularlo Las hojas en su pelo, que es la frase más famosa de Hedda en Hedda Gabbler. Aunque sólo es famosa porque nadie sabe qué quiere decir.
Lunes, 30 de julio de 2012
67 kg; seguidores en Twitter: 50 001.
21.15. ¡Tengo otro seguidor! Pero es un seguidor raro. Es un seguidor con cincuenta mil seguidores.
21.35. ¿Qué es? Está como suspendido en el aire, igual que una nave espacial, observándome en silencio. Creo que debería abrir fuego contra él o algo así.
21.40. Se llama XTC Communications.
22.00. Acabo de tuitearle a Tom todo el rollo del seguidor raro, y me ha contestado:
<@TomKat37@JoneseyBJ Es un spambot, nena. Es sólo marketing.>
22.30. Jiji. He respondido:
<@JoneseyBJ@TomKat37 ¡Ya tengo un spambot! Tendrías que haberlo visto a la viva luz del sol esta mañana.>
Martes, 31 de julio de 2012
Seguidores en Twitter: 50 001.
14.00. CINCUENTA MIL Y UN SEGUIDORES. ¡Me siento de maravilla! Me acabo de comprar un voluminizador labial. La sensación es un poco rara, pero parece que funciona, la verdad.
15.00. Y me pregunto: si me pongo el voluminizador en las manos, ¿se me pondrán los dedos gordos?
Miércoles, 1 de agosto de 2012
Seguidores en Twitter: 1 otra vez.
07.00. Vaya. El spambot ha desaparecido, sin más, llevándose a sus puñeteros cincuenta mil seguidores con él. ¡Ahhh! Los niños están despiertos.
21.15. Voy a mirar Twitter un momento.
21.20. Tom ha retuiteado mi tuit del spambot y me han llegado siete seguidores.
21.50. Y entonces ¿qué debería hacer ahora? ¿Debería saludarlos? ¿Darles la bienvenida?
21.51. ¿Seguirlos?
22.00. Paralizada hasta la mudez por vergüenza en las redes sociales. Tal vez no vuelva a entrar en Twitter.
Jueves, 2 de agosto de 2012
64 kg; kilos perdidos: 15; crecimiento de la masa muscular: 5% (signifique eso lo que signifique).
13.00. ¡Totalmente eufórica! Acabo de ir al consultorio de obesidad y la enfermera dice que ya he superado al paciente objetivo y modelo. Luego he ido otra vez a H&M para hacer una comprobación y tengo una talla 40.
¡Estoy delgada, no soy una garza! ¡Soy Uma Thurman! ¡Soy Jemima Khan!
14.00. He entrado un segundo en Marks & Spencer a comprarme una tarta de mousse de chocolate para celebrarlo y me la he zampado entera como si fuese un oso polar dando zarpazos con sus inmensas garras.
Viernes, 3 de agosto de 2012
65,5 kg (alarma).
10.00. Lo juro, la tarta ha pasado directamente de mi boca a mi estómago y se ha quedado ahí sentada, bajo mi piel, como una de esas bolsas de plástico que se meten dentro de las cajas de vino barato para que no se rompan. Debo abandonar el guión, mi carrera profesional y todo lo demás e ir al gimnasio.
Mediodía. No voy a volver a ir al gimnasio en la vida. Nunca voy a perder peso y me importa una mierda. La ira se ha apoderado de mí mientras estaba tumbada boca abajo, con el culo en pompa, incapaz de levantar las pesas con los tobillos. He mirado a mi alrededor y he visto a todo el mundo absurdamente contorsionado en sus máquinas, como en un cuadro de El Bosco.
¿Por qué los cuerpos son tan difíciles de manejar? ¿Por qué? «Eh, eh, mírame, soy un cuerpo y voy a hacer acopio de grasas a no ser que TE MATES DE HAMBRE y acudas a indignos CENTROS DE TORTURA y no comas nada que esté bueno ni te emborraches.» Odio estar a dieta. Todo es culpa de la SOCIEDAD. Voy a limitarme a ser vieja, y gorda, y a comer lo que me dé la gana. Y NUNCA VOLVERÉ A TENER SEXO y PASEARÉ MI GRASA POR AHÍ METIDA EN UN CARRITO.
Domingo, 5 de agosto de 2012
Peso: desconocido (no me he atrevido a mirar).
11.00. Hoy me he comido lo que sigue:
¡JA, JA Y MÁS JA! ¡Chúpate ésa, sociedad!
Jueves, 9 de agosto de 2012
69 kg; peso ganado desde la semana pasada: 5 kg (aunque puede que la tarta de queso y chocolate continúe intacta en el estómago).
14.00. Me he convencido a duras penas de ir al consultorio de obesidad, porque me daba mucha vergüenza.
La enfermera le ha echado un vistazo a la báscula, me ha hecho ir a ver al médico y luego me ha obligado a asistir al grupo de terapia. Allí todos han hablado de sus «recaídas en la comida». En realidad ha sido genial. Sin duda la mía había sido la mejor, así que todos se han quedado impresionados.
21.15. A pesar de —o tal vez para demostrar— el sermón de la enfermera («se tarda tres días en coger una costumbre y tres semanas en perderla»), sólo quiero comer tarta y queso otra vez, y volver la semana que viene y dejar a todo el mundo incluso más impresionado.
21.30. Acabo de llamar a Tom, con el queso rallado colgándome de las comisuras de los labios, y de explicarle todo el asunto. «¡Noooo! No empieces a intentar superar las recaídas de la gente obesa —ha gritado—. ¿Qué hay de Twitter? ¿Has seguido a tus seguidores? Sigue a Talitha.»
21.45. Tom me ha tuiteado el Twitter de Talitha.
21.50. @Talithaluckybitch tiene 146 000 seguidores. Odio a Talitha. Odio Twitter. Me apetece comer queso otra vez, o comerme a Talitha.
21.52. Acabo de mandar un tuit a Tom.
<@JoneseyBJ@TomKat37 @Talithaluckybitch tiene 146 000 seguidores.>
<@TomKat37@JoneseyBJ No te preocupes, amor, son sobre todo personas con las que se ha acostado o con las que se ha casado.>
21.40. Talitha ha mandado un tuit de respuesta.
<@Talithaluckybitch@TomKat37@JoneseyBJ Queridos, es de PÉSIMO gusto sacar a pasear al monstruo de ojos verdes en Twitter.>
Viernes, 10 de agosto de 2012
Seguidores en Twitter: 75; luego 102; después 57; así que probablemente ninguno, a estas alturas.
7.15. A lo largo de la noche han aparecido, misteriosa y silenciosamente, setenta y cinco seguidores.
21.15. Ahora hay ciento dos. Me siento abrumada por la responsabilidad, como si fuera la líder de una secta y todos fueran a saltar a un lago o algo así si se lo dijese. Quizá me tome una copa de vino.
21.30. Está claro que debo mostrar capacidad de liderazgo y dirigirme a mis seguidores.
<@JoneseyBJ Bienvenidos, seguidores. Soy vuestra líder. Sed más que bienvenidos a mi culto.>
<@JoneseyBJ Pero, por favor, no hagáis nada raro, como saltar a un lago, ni aunque os lo sugiera, porque quizá esté borracha.>
21.45.
<@JoneseyBJ ¡Ahh! 41 de vosotros, seguidores, os habéis desvanecido tan repentinamente como aparecisteis.>
<@JoneseyBJ ¡Volved aquí!>
Jueves, 16 de agosto de 2012
62 kg; páginas de guión escritas: 45; seguidores en Twitter: 97.
16.30. Mis seguidores en Twitter se han disparado y multiplicado, un poco como la nariz de Pinocho. Está claro que es una señal o un augurio. Estoy perdiendo peso otra vez, he terminado el segundo acto del guión —bueno, más o menos— y acabo de avistar a la vecina bohemia.
Yo estaba intentando aparcar el coche. Es algo imposible en nuestra calle, porque es estrecha, curva y con coches estacionados a ambos lados. Había maniobrado para entrar y salir del sitio catorce veces, así que he recurrido al aparcamiento de oídas, es decir, a encajar el vehículo en el sitio dándoles golpes a los coches de atrás y de delante. No pasa nada por aparcar de oídas en nuestra calle, todo el mundo lo hace. Luego, con demasiada frecuencia, una furgoneta de reparto carga contra nosotros y nos raya todos los coches. Alguien apunta la matrícula y todo el mundo arregla los bollos en el seguro.
—¡Mamiii! —ha exclamado Billy—. Hay alguien en el coche al que acabas de darle.
La vecina bohemia estaba en el asiento del conductor, chillando a los niños del asiento de atrás. He sabido de inmediato que éramos espíritus afines. Ha salido del coche, seguida por sus dos hijos morenos y asilvestrados. Parecían de la misma edad que Billy y Mabel: ¡el mayor un niño y la pequeña una niña! Entonces la vecina bohemia ha mirado su parachoques, me ha dedicado una enorme sonrisa y se ha metido en su casa.
¡Hemos iniciado el contacto! ¡Ya estamos en el camino de la amistad! ¡Siempre y cuando no se comporte como el spambot!
Jueves, 23 de agosto de 2012
61 kg; kilos perdidos: 18 (increíble); tallas menos: 3.
Día histórico y dichoso. No tengo nada de gorda. El consultorio de obesidad dice que ahora tengo un peso saludable y debería pasar a «mantenimiento», y que perder más peso sería sólo por estética y no porque crean que lo necesite.
Y, para demostrarlo, he ido otra vez a H&M y ¡tengo una 38!
He escrito la mitad del guión y al menos verificado que tengo una vecina con hijos de la misma edad que los míos, tengo setenta y nueve seguidores en Twitter y formo parte de una generación conectada de usuarios de redes sociales. ¡Y TENGO UNA 38! ¿Veis? Puede que no sea una basura absoluta.
Lunes, 27 de agosto de 2012
Actos del guión escritos: 2,25; seguidores en Twitter: 87.
Mabel es tan graciosa. Estaba sentada mirando al frente con expresión inquietante.
—¿Qué haces? —le ha preguntado Billy sin apartar de ella los ojos marrones y con un aire de cierta guasa.
Mark Darcy. Mark Darcy en forma de niño.
—Ver quién peztañea antez. Ez una competición —le ha contestado Mabel.
—¿Con quién?
—Con la zilla —le ha dicho ella como si fuera la cosa más normal del mundo.
Billy y yo nos hemos echado a reír y, de pronto, él ha parado y me ha mirado:
—Has vuelto a reír, mami.