Sábado, 21 de abril de 2012
78 kg; minutos pasados en la bici estática: 0; minutos pasados organizando el armario: 0; minutos pasados aprendiendo a utilizar los mandos a distancia: 0; propósitos cumplidos: 0.
21.15. Los niños están dormidos y la casa está a oscuras y en silencio. Ay, Dios, ESTOY TAN SOLA. El resto de Londres ha salido y se está riendo a carcajadas con sus amigos en los restaurantes, y después van a darse al sexo.
21.25. A ver, no pasa absolutamente nada por estar sola en casa los sábados por la noche. Me pondré a organizar el armario de debajo de la escalera y después haré un poco de bici estática.
21.30. Me he acercado al armario. Quizá no.
21.32. Me he acercado a la nevera. Puede que me tome una copa de vino y una bolsa de queso rallado.
21.35. Esto está mejor. ¡Voy a abrirme una cuenta de Twitter! Con la llegada de las redes sociales, ya nadie volverá a sentirse jamás aislado y solo.
21.45. Me he metido en la página de Twitter, pero no entiendo nada. No son más que incomprensibles sartas de conversaciones a medias con @esto y @lo otro. ¿Cómo se supone que sabe la gente lo que está pasando?
Domingo, 22 de abril de 2012
21.15. Vale. Ya tengo Twitter. Necesito un nombre. Algo que suene juvenil: ¿Bridgeteslomas?
21.46. Quizá no.
22.15. ¡JoneseyBJ!
22.16. Pero ¿por qué tiene que ser @JoneseyBJ? ¿A santo de qué viene la arroba?
Lunes, 23 de abril de 2012
79 kg (por Dios); seguidores en Twitter: 0.
21.15. No sé cómo se sube la foto. Sólo hay un espacio vacío con un gráfico en forma de huevo. ¡Es genial! Puede ser una foto mía de antes de ser concebida.
21.45. Bien. Ahora a esperar a tener seguidores.
21.47. Sin seguidores.
21.50. Será mejor que no espere a tener seguidores: el que espera, desespera.
22.00. Me pregunto si tendré ya algún seguidor.
22.02. Sin seguidores.
22.12. Sigo sin tener seguidores. Vaya. El sentido de Twitter es que se supone que hablas con gente, pero no hay nadie con quien hablar.
22.15. Seguidores: 0. Noto una inquietante sensación de vergüenza y miedo: puede que todos estén tuiteando unos con otros y pasando de mí porque no soy popular.
22.16. Puede que incluso estén tuiteando unos con otros sobre lo poco popular que soy, a mis espaldas.
22.30. Genial. No sólo estoy aislada y sola, sino que además ahora es evidente que no soy popular.
Martes, 24 de abril de 2012
79 kg; calorías: 4827; número de minutos pasados enredando como una posesa con chismes tecnológicos: 127; número de chismes tecnológicos de los que he conseguido que hagan algo de lo que se suponía que debían hacer: 0; número de minutos pasados haciendo algo de provecho aparte de comer 4827 calorías y enredar con chismes tecnológicos: 0; número de seguidores en Twitter: 0.
7.06. Me acabo de acordar de que tengo Twitter. Me siento orgullosa como un pavo real. Formo parte de una gran revolución social y juvenil. Lo que pasó ayer es que no le di el tiempo suficiente. Puede que a lo largo de la noche hayan aparecido miles de seguidores. ¡Millones! Me habré extendido como un virus. ¡¡Me muero de ganas de ver cuántos seguidores han aparecido!!
07.10. Ah.
07.11. Sigo sin seguidores.
Miércoles, 25 de abril de 2012
80 kg; número de veces que he mirado a ver si tenía seguidores en Twitter: 87; seguidores en Twitter: 0; calorías: 4832 (mal, pero la culpa la tiene la falta de seguidores en Twitter).
21.15. Sigo sin seguidores. Me he comido todas estas cosas:
Martes, 1 de mayo de 2012
23.45. Me acaban de meter en la lista blanca de Twitter por entrar 150 veces en una hora para ver si tenía seguidores.
Miércoles, 2 de mayo de 2012
78 kg; seguidores en Twitter: 0.
21.15. No voy a volver a usar Twitter ni a comprobar más si tengo seguidores. Puede que me pase a Facebook.
21.20. Acabo de llamar a Jude para preguntarle cómo se abre un perfil en Facebook. «Ten cuidado —me ha advertido—, es una buena forma de mantenerse en contacto, pero acabarás viendo un montón de fotos de tus ex abrazados a sus nuevas novias, y después descubrirás que te han bloqueado.»
Bah. No es muy probable que a mí me pase algo así. Voy a probar con Facebook.
21.30. Puede que espere un poco antes de probar con Facebook.
Jude acaba de llamarme, muerta de risa. «En serio, no te hagas el perfil de Facebook aún. Me ha llegado ahora mismo un aviso de que Tom está “mirando perfiles de contactos”. Debe de haber marcado la opción sin darse cuenta. Se está enterando todo el mundo, incluidos sus padres y antiguos profesores de Psicología.»