Estimado Mo Yan,
¡Saludos!
Si no me equivoco le he mandado ocho relatos y no he oído una palabra de los venerables editores de Literatura para los ciudadanos. A mi parecer, ignorar a un joven aspirante a escritor está fuera de lugar. Dado que han abierto un periódico público tienen la obligación de tratar a cualquier persona que mande un manuscrito con dignidad y respeto. Como reza el dicho: «El tiempo pone a cada uno en su sitio; hoy estás aquí y mañana estás allí» o el dicho: «Que dos montañas se encuentren es poco probable, pero que dos personas se encuentren en el camino es algo frecuente». Quien sabe, a lo mejor Zhou Bao y Li Xiabao se encuentran un día delante de mi rifle. Desde ahora en adelante, muy señor mío, me niego a escribir para Literatura para los ciudadanos. Puede que sea pobre, pero con dignidad. Hay un mundo muy grande ahí fuera y hay un bosque de publicaciones, así que ¿por qué me voy a colgar de un solo árbol? ¿No está de acuerdo conmigo?
Los preparativos del Primer Festival Anual del Licor del mono van muy bien. Incluso he propuesto un plan para mejorar las reservas del vino o el licor que llamamos «enfermo» y hacer otro licor nuevo, con la ayuda del Grupo Municipal de Control de Calidad de bebidas alcohólicas. Varios catadores lo han probado y después de aclararse el paladar determinaron que tenía un sabor único, comparable a una bella joven, delicada y melancólica. La Asociación Municipal de Registro de bebidas alcohólicas le ha dado el nombre de «Enferma Xi Shi», en honor a la joven bella y legendaria.
No creo que sea un nombre muy apropiado dado que la palabra «enferma» tiene connotaciones negativas y sólo puede producir confusión en los corazones de los consumidores, lo que repercutirá negativamente en las ventas. Les insistí en que cambiaran el nombre de «Enferma Xi Shi» por «Temperamento Xi Shi» o «Flores enterradas Daiyu», ya que estos dos nombres incluyen a mujeres hermosas pero suenan más suaves, más tiernos y llaman más la atención. Pero los trabajadores de la Asociación Municipal de Registro de bebidas alcohólicas, que son muy celosos y conservadores por naturaleza, fueron muy intransigentes y dejaron el nombre de «Enferma Xi Shi». Se me acabó la paciencia y fui con el licor en la mano a ver al Secretario del alcalde, que se sintió tan agradecido cuando le regalé esa botella de licor de tan buena calidad que me llevó a ver a la alcaldesa. Después de oír mi historia, dio un golpe en la mesa y se puso de pie de un salto con los ojos como platos y el ceño fruncido. Volvió a dar otro golpe en la mesa antes de sentarse y coger el teléfono. Dio unos gritos por el auricular durante varios segundos al jefe de la Asociación de Registro de bebidas alcohólicas, que recibió una buena reprimenda de una mujer que hablaba con la fuerza de la justicia, valentía y confianza; implacable; el monte Tai se desmoronaría a sus pies. No pude ver al hombre al otro lado del teléfono pero pude imaginar la escena: el jefe de la Asociación Municipal de Registro de bebidas alcohólicas sentado en el suelo con las piernas cruzadas, con gotas de sudor del tamaño de una judía cayendo por su frente. La alcaldesa me elogió y me dijo que mis esfuerzos para el Primer Festival Anual del Licor del mono constituían un gran mérito para la Tierra del vino y los licores. Luego me preguntó con una voz dulce sobre mi familia, mi trabajo, mis hobbies y mi relación con los profesores y mis amigos; sentí como si un manantial de palabras saliera despedido de mi corazón. Le conté todo, sin esconder nada. La alcaldesa estaba especialmente preocupada con su situación, muy señor mío, y personalmente le invita a nuestro Festival Anual del Licor del mono. Cuando saqué el tema de los gastos del viaje resopló con suavidad y dijo: «La Tierra del vino y los licores puede acomodar a diez Mo Yanes sin problemas».
Muy señor mío, he decidido cederle a usted los derechos del nombre de este licor. Usted decide entre «Temperamento Xi Shi» o «Flores enterradas Daiyu». A no ser, por supuesto, que se le ocurra otro nombre mejor. La alcaldesa ha dicho que le dará mil pepitas de oro por cada palabra. Naturalmente nos gustaría que escribiera algo promocional para este licor, de modo que así podemos anunciarlo en la CTV en prime time, cueste lo que cueste. Queremos presentar «Temperamento Xi Shi» o a «Flores enterradas Daiyu» a todos los individuos del mundo. Se puede imaginar la importancia de sus palabras; tiene que ser un eslogan suave y gracioso, pero lleno de imágenes conmovedoras, de tal modo que cualquiera que vea la tele se sentirá como si estuviera delante de Hermana Pequeña Lin Daiyu o con su Hermana Mayor Xi Shi y la viera deslizarse como una hoja de sauce arrastrada por el viento, con el ceño fruncido, las manos en el pecho, una azada sobre el hombro y los labios de color cereza. ¿Quién tendrá la sangre fría de no comprarlo? Sobre todo los enfermos de amor, los amantes no correspondidos y aquellos jovencitos y jovencitas que tienen un ápice de gusto literario. Ellos empeñarían hasta sus pantalones para comprarlo, beberlo y disfrutarlo para curar sus enfermedades de amor, o para presentárselo a sus amores como un material de guerra con elementos psicológicos o como estímulo psicológico, con el fin de conseguir lo que quieren. Con el impulso de su anuncio promocional, que debe ser algo sentimental, este licor «enfermo» se transformará en el elixir del amor, capaz de producir obsesiones emotivas y anestesiar los corazones débiles de las hordas de chicos y chicas pequeño-burgueses que imitan a los personajes de las novelas románticas que leen, a los que admiran tanto. Han sido ellos los que les han dado ideales, esperanza o coraje y han impedido que se maten a sí mismos. Se convertirá en el licor del amor y dejara atónito al mundo entero; sus fallos se transformarán en sus cualidades. Muy señor mío, es una realidad que muchos sabores son adquiridos, no innatos; nadie está dispuesto a criticar algo si todo el mundo dice que es muy bueno; la máxima autoridad reside en la preferencia de las masas, como el poder del director del Departamento de Organización del Partido Municipal, que domina a los rangos inferiores del Partido; si él dice que eres bueno, entonces eres bueno, lo seas o no en realidad. Además, beber licor, igual que el consumo de la comida y la bebida, es un hábito que se convierte en una manía: siempre se prefiere algo nuevo antes que viejo, siempre estás preparado para correr riesgos, siempre en busca de más altura y calidad. El exceso de glotonería es causado por un antitradicionalismo y un desprecio a la ley. Cuando uno se cansa de comer tofu fresco cambia a tofu maloliente, mohoso y frito o a tofu en salsa; cuando uno se cansa de comer cerdo sabroso y fresco cena carne podrida llena de gusanos. Si seguimos esta lógica, cuando uno se cansa de las bebidas alcohólicas deliciosas como el jade uno busca de manera extraña un sabor ácido, picante o amargo para alegrar a las papilas gustativas de su boca. Así que con tal de que vayamos por delante, no hay un licor en el mundo que no podamos vender al público. Espero que mientras escriba su novela pueda sacar tiempo para escribir algo sobre lo que le comento en estas líneas. Dados los grandiosos comentarios de la alcaldesa, sus esfuerzos recibirán su recompensa. Puede que gane considerablemente más por este artículo promocional que por seis meses escribiendo ficción.
Últimamente estoy muy involucrado en una magnífica idea que surgió cuando estaba hablando con la alcaldesa: a ella le gustaría que dirigiera un grupo de escritura con el fin de crear unas «leyes del licor». Naturalmente constituirían las leyes básicas del alcohol en todos los aspectos posibles. No exagero cuando digo que si tiene éxito esto marcará el comienzo de una nueva era en donde habrá interés y preocupación por la calidad del licor e iluminará el camino durante miles de años y producirá un halo de luz que brillará sobre diez mil generaciones. Esto será una novedad de históricas proporciones. Le invito cordialmente a que se una a nuestro grupo. Incluso aunque no pueda participar en nuestro borrador actual puede ser nuestro supervisor. Por favor no me dé una negativa.
Espero que me perdone por escribir una carta tan inconexa y confusa, es por culpa del licor. Le adjunto un relato que escribí anoche cuando estaba borracho. Le invito a que me haga sus críticas. Usted decide si lo manda o no para que valoren su publicación. Lo he escrito porque quería llegar a un número concreto de relatos. Siempre me ha gustado el número nueve, y esta historia, titulada «La Ciudad del vino y los licores» es mi relato número nueve. Espero que sea como una estrella nueva y brillante, que ilumine mi pasado oscuro y el camino pedregoso que se extiende delante de mí.
Espero su llegada. Nuestras montañas esperan su llegada, igual que nuestras aguas, nuestros chicos y chicas. Estas chicas son como flores y de su boca emana un aroma a licor que es como la música celestial…
Le hago una reverencia y le deseo
paz y felicidad.
Su estudiante,
Li Yidou