Hermano Yidou,
Hermano Yidou,
He recibido la carta y el manuscrito. El material de investigación sobre los licores no ha llegado todavía, pero ya sabemos que este tipo de documentos publicados suelen tardar más.
La verdad es que entiendo cómo te sientes, ya que yo he pasado por lo mismo. Para serte sincero yo también hice o consideré hacer cualquier cosa con tal de ver uno de mis manuscritos publicados. En cuanto he recibido tu carta he llamado a Zhou Bao, y me ha dicho que se ha leído tus historias varias veces. Dice que sigue sin decidirse y que simplemente no sabe qué decir. Lo último que me comentó fue que aunque había partes de las tres historias que le daban problemas, insistió en que el talento del autor era incuestionable. Eso te debería hacer sentir mejor. Para un escritor el talento lo es todo. Muchas personas que tienen una vasta carrera narrativa producen muchas obras porque saben exactamente lo que se necesita para conseguir un éxito de ventas. Pero nunca serán buenos escritores porque les falta una cosa: talento, o la cantidad suficiente de talento.
Me he leído «La Avenida del burro» tres veces y mi opinión en líneas generales es que es una historia desenfrenada, atrevida. Me recuerda ligeramente a la imagen de un burro salvaje dando vueltas por el suelo y dando patadas en el aire. En una palabra, la defino como «salvaje». No se te ocurriría escribirla después de beber unas copas de «Semental de crin roja», ¿no?
Hay unos puntos que no he entendido, por lo que aquí van unos cuantos comentarios fugaces:
1. ¿Ese niño de piel escamosa de la historia que monta en el pequeño burro negro, que puede volar sobre los tejados y que se sube por las paredes como si sus pies estuvieran sobre suelo firme, es un héroe caballeresco o un ladrón? Ya ha hecho sus apariciones en «Carne de niño» y en «Niño prodigio» (es la misma persona ¿no?), y siempre como un mero mortal, por lo que parece a primera vista. Ahora, en esta historia se ha vuelto una especie de superman, mitad genio mitad duende, lo que puede que sea demasiado ¿no crees? Por supuesto que nunca has dicho que estas historias formaran una serie, pero también me entra la duda de tu confusa relación con el pequeño demonio de rojo y este niño. En «Niño prodigio», si no me equivoco, dijiste que el pequeño demonio era de hecho esa criatura de piel con escamas, ¿no?
Nunca me he atrevido a menospreciar las novelas de kung-fu. Su habilidad para atraer a muchos lectores basta para hacerlas respetables. He leído unas cuantas el año pasado en las vacaciones de verano y me atraparon tanto que casi se me olvida comer y dormir. Pero cuando las terminaba me dejaban perplejo. ¿Por qué, pese a que sabía que no había ni una palabra de verdad en ninguna de ellas, me dejaban tan anonadado? De alguna manera las novelas de kung-fu son cuentos de hadas para adultos, esa es mi teoría. Por supuesto, después de leer docenas de ellas, he descubierto que siguen al milímetro una fórmula y que no me sería muy difícil escribir una. Pero no sería una hazaña fácil alcanzar el nivel artístico de Jin Yong o de un Gu Long. Tú siempre buscas «un cruce de razas» en tus relatos, lo que es una idea intrigante, lo consigas o no. Hay, de hecho, una escritora decididamente vanguardista llamada Hermana Mayor Hua, cuya experimentación con el «cruce de razas» ha tenido un gran éxito. A lo mejor te gustaría leer algunos de sus trabajos. He oído que vive en el condado de las Siete Estrellas (donde es famoso el director del condado por vender veneno de rata), no muy lejos de la Tierra del vino y los licores. Cuando tengas algo de tiempo libre deberías ir a ver a esta escritora.
2. Una vez oí a Boca Grande Zhao, un estudiante de la Academia de Literatura de Lu Xun, decir que «Dragón y fénix felizmente juntos» es un plato clásico cantonés. Los ingredientes son serpientes venenosas y gallinas salvajes (no hace falta decir, que en estos tiempos de innovaciones, hay muchas posibilidades de que las anguilas y las gallinas domésticas hayan ocupado su puesto). Para su «Dragón y fénix felizmente juntos», sin embargo, usas los genitales de burro masculinos y femeninos. ¿Cómo te atreves a meterle mano a eso? Me preocupa que este plato, dado el obvio potencial de liberación burgués, no sea aceptado por los críticos literarios. Actualmente, algunos «héroes» populares en el campo literario están decididos a encontrar «obscenidades» en las obras literarias, con el olfato de un perro y los ojos afilados de una anguila y con una lupa de aumento. Es difícil escapar de ellos, como un huevo roto no puede estar a salvo de una mosca que busca un lugar en el que depositar sus larvas. Desde que escribí «Éxtasis» y «Langostas rojas» me han escupido saliva apestosa. Adoptaron una estrategia de batalla sacada de la época de la Banda de los Cuatro[7] y examinaron mis obras sacándolas de contexto, atacando cada uno de los puntos sin tomar en consideración el resto del texto, ignorando las funciones que les daba a esos «detalles desagradables» y el objetivo de las escenas. En lugar de centrarse en el valor literario del texto emplearon puntos de vista morales y biológicos para llevar a cabo un violento ataque y negarme la oportunidad de defenderme a mí mismo. Por lo tanto, basándome en mi experiencia personal, te insto a que elijas otro plato.
3. En relación con Yu Yichi. Estoy profundamente interesado en este personaje, aunque tú no dedicas mucho tiempo a describirlo. La descripción de enanos no es algo inusual en literatura, ni en China ni en el extranjero, pero la realidad es que no abundan muchas descripciones de ellos. Espero que uses tu talento para inmortalizar a este enano. ¿No te ha pedido que le escribas su biografía? Estoy seguro de que sería fascinante. Es un enano que habiendo nacido en una familia de literatos ha leído todos los clásicos y es muy versado en política, aunque ha soportado décadas de humillaciones. Cuentas que a través de una intervención mágica disfruta de un ascenso meteórico y obtiene dinero, fama y distinción; ahora jura que se va «a foll… a todas las mujeres hermosas de la Tierra del vino y los licores». ¿Pero qué tipo de psicología motiva tal fanfarronería? ¿Qué tipo de transformación psicológica le ocurre debido a esta tremenda fanfarronería? ¿Qué tipo de estado mental tiene después de mostrar tal fanfarronería? Detrás de todas estas preguntas hay numerosas historias brillantes; ¿por qué no intentas centrarte en una o en varias de ellas y las desarrollas?
4. En cuanto al arranque de tu historia, por favor perdona mi franqueza, pero se lee como una serie de sandeces grandilocuentes sin sentido. La historia tendría más fuerza si lo suprimes.
5. En el relato, caracterizas al padre de las enanas gemelas como un líder del Gobierno Central; si pretendes que eso se vea de manera positiva, cuanto más alto sea el cargo mejor. Pero tus obras suelen encerrar una crítica peyorativa hacia la gente que está en el poder, y eso no lo deberías hacer: la sociedad tiene forma de pirámide, se hace cada vez más pequeña a medida que sube; es más fácil que relaciones a los personajes de tu historia con la gente de la vida real. Si alguien de la parte de arriba de la pirámide se fijara en ti para hacerte algo malo sería mucho peor que un constipado. Por lo que te sugiero que le des a las enanas gemelas un pasado menos ilustre y que le des a su padre un puesto de oficial.
Estas son simplemente unas anotaciones aleatorias, llenas de contradicciones. No hagas mucho caso de lo que digo cuando lo leas y no seas demasiado concienzudo. En este mundo nunca se debe ser demasiado concienzudo en nada; es camino asegurado para la mala suerte.
Creo que es mejor mandar tu obra maestra «Avenida del burro» a Literatura para los ciudadanos; si la rechazan siempre puedo recomendarte otra revista.
He escrito varios capítulos de mi larga novela La República del vino (título provisional). En un principio pensé que no tendría problemas al escribir sobre licores, dado que me he emborrachado alguna que otra vez. Pero una vez que he empezado me he topado con toda clase de dificultades y complicaciones. La relación entre el hombre y el alcohol encarna prácticamente todas las contradicciones que se dan en el proceso de la existencia humana y su desarrollo. Alguien con un talento extraordinario podría escribir una obra impresionante sobre este tema; desafortunadamente, dado mi escaso talento, revelo mis defectos miles de veces.
Espero que profundices más sobre el vino y los licores en tus futuras cartas.
Puede que me sirva de inspiración.
¡Deseándote buena suerte!
Mo Yan