Mi querido, estimado Mo Yan
¡Saludos cordiales!
Soy un estudiante de Doctorado en vinos y licores de la Universidad de Destilación aquí, en la Tierra del vino y los licores. Mi nombre es Li, Li Yidou, «Una pinta Li», pero por supuesto que es sólo un seudónimo. Me perdonará por no revelarle mi identidad. Usted es un escritor famoso en el mundo entero (no pretendo adularle), por lo que se imaginará por qué he elegido este seudónimo en concreto. Puede que mi cuerpo esté en la Tierra del vino y los licores, pero mi corazón está en la literatura, chapoteando en el mar de la literatura. Por eso es por lo que el director de mi tesis, que es el padre de mi mujer, el marido de mi suegra, es decir mi suegro —en términos elitistas «el señor del castillo», más comúnmente «el hombre»— Yuan Shuangyu, Profesor Yuan, siempre me está criticando por dejar a un lado mi verdadera profesión, y hasta ha intentado convencer a su hija para que se divorcie de mí. Pero no me van a disuadir. Por el bien de la literatura de buena gana escalaría una montaña de cuchillos o me lanzaría a un mar de llamas. «Por ellos me consumiré, contento de que mis ropas se separen de mi cuerpo». Mi respuesta es siempre la misma: ¿Qué es exactamente dejar de lado la verdadera profesión de una persona? Tolstói fue un militar, Gorki panadero y friegaplatos, Guo Moruo un estudiante de medicina y Wang Meng Vicesecretario del Partido de Beijing de la Liga de Juventudes en la nueva China democrática. Todos ellos cambiaron sus profesiones y se convirtieron en escritores. Cuando mi suegro trataba de rebatir mis argumentos yo simplemente me quedaba mirándole, como el legendario y excéntrico poeta Rúan Ji, con la excepción de que a mí me faltaba el poder de mi ilustre antecesor y era incapaz de disimular completamente la ira de mis ojos negros. Lu Xun tampoco pudo hacerlo, ¿verdad? Pero usted ya sabe todas estas cosas, así que ¿por qué estoy tratando de impresionarle? Es como recitar Tres personajes clásicos delante de Confiado, o manejar la espada delante del guerrero Guan Yu, o alardear de lo mucho que bebes delante de Diamante Jin… pero me estoy desviando del fin de esta carta.
Mi querido, estimado Mo Yan, he leído con gran placer todo lo que ha escrito, y me inclino ante usted. Una de mis almas ha abandonado el mundo de los mortales, otra ha volado directa al Nirvana. Su obra está a la par que el Fénix Nirvana de Guo Moruo y Mis universidades de Gorki. Lo que más admiro de usted es su espíritu, como el del dios del vino, que bebe todo lo que quiere sin emborracharse. He leído un artículo en el que usted escribió: «el alcohol es literatura» y «las personas que desconocen el alcohol no pueden hablar de literatura». Estas reconfortantes palabras desbordaron mi mente de saber y eliminaron todos los obstáculos que impiden llegar al entendimiento. Era realmente un caso de: «Abre tus compuertas de la garganta y bébete un buen vaso de Maotai». No puede haber más de cien personas en este mundo que sepan más sobre vino y licores que yo. Usted, por supuesto, está entre ellas. La historia del alcohol y la destilación del alcohol, la clasificación de los licores, la composición química del licor y sus propiedades físicas, todo eso lo conozco como la palma de mi mano. Por eso es por lo que me seduce tanto la literatura y por lo que creo que soy capaz de producir buena literatura. Su opinión sería la copa que me daría seguridad en mí mismo, y servirá de lo mismo que aquella copa que el héroe y mártir Li Yuhe le quitó a su Tía Li justo antes de que le arrestaran. Por lo que Mo Yan, muy señor mío, ahora usted debería saber por qué estoy escribiendo esta carta. ¡Por favor permita que su discípulo se postre ante usted!
He visto recientemente la adaptación cinematográfica de su novela Sorgo rojo, en la que he visto que usted también colaboró, y me emocioné tanto que apenas pude dormir esa noche. Así que bebí, una copa tras otra. Me alegré mucho por usted, muy señor mío, y estaba muy orgulloso. ¡Mo Yan, usted es el orgullo de la Tierra del vino y los licores! Voy a pedirles a todas las personas de cualquier condición que vayan a su pueblo del Noreste de Gaomi y le traigan aquí a la Tierra del vino y los licores. Espere noticias mías.
No debo extenderme mucho en esta primera carta. Le incluyo un relato corto para que me haga una crítica. Lo escribí como un poseso la noche que vi su película Sorgo rojo, después de dar muchas vueltas en la cama, y finalmente beber durante toda la noche. Si piensa que pudiera ser una historia prometedora le agradecería si la pudiera recomendar para que la publicaran en cualquier sitio. Le saludo respetuosamente y le deseo…
Un éxito duradero,
su discípulo
Li Yidou
Pd: Por favor hágame saber si le falta vino o licor.
Le mandaré más enseguida.