En 1875 Stoker consiguió publicar tres novelas cortas por entregas en la revista dublinesa The Shamrock. «La cadena del destino» («The Chain of Destiny») es la tercera de estas narraciones (que apareció entre el 1 y el 22 de mayo) e interesa por ser la primera incursión de nuestro autor en el género gótico. Muchos estudiosos han visto en el relato elementos precursores de «Drácula», sobre todo la imagen del fantasma que, acompañado por tres brujas, aparece por las noches en el dormitorio del protagonista, como hará veinte años después el vampiro transilvano con las tres mujeres vampiro. Lo que es evidente es que el argumento y la ambientación delata no pocas de las lecturas de Stoker, sobre todo de autores como Edgar Allan Poe o Nathaniel Hawthorne. También resulta llamativo cómo, en toda su última parte, la narración deriva de los terrenos del tradicional cuento de fantasmas a los de la novela sentimental, cerrándose en un tema que se repetirá obsesivamente en el autor a lo largo de toda su carrera: el matrimonio como estado ideal, como una unión de las facetas masculinas y femeninas latentes en cada ser humano; por otra parte, esa heroína que toma la iniciativa de la petición matrimonial preludia las mujeres resueltas y «masculinas» que se prodigaron en la obra de Stoker y cuyo máximo exponente es la Mina Murray de «Drácula».