Noveno acto

En el patio de la casa de Tía, la decoración del escenario es la mismo del segundo acto. Hao Dashou y Qin He están fabricando muñecos de barro.

Renacuajo se pone a un lado del escenario y lee en voz alta unos papeles que tiene en la mano.

RENACUAJO: Si alguien me preguntara cuál es el color principal del Noreste de Gaomi, contestaría sin dudarlo que es el verde.

HAO DASHOU: (Murmura insatisfecho). ¿Por qué no es el rojo? La rojez del sorgo, de la zanahoria, del sol, de las chaquetas rojas, de la guindilla, de la manzana…

QIN HE: La tierra amarilla, la caca amarilla, los dientes amarillos y la comadreja amarilla… Pero aquí no hay oro amarillo…

RENACUAJO: Si alguien me preguntara qué sonido domina esta tierra de Gaomi, contestaría orgullosamente que es el canto de las ranas.

HAO DASHOU: ¿Qué tiene que ver con el orgullo?

QIN HE: El llanto de los niños es digno de orgullo.

RENACUAJO: Los cantos de la rana parecen mugidos de ternero, parecen los tristes gritos de un cordero, parecen los gritos de una gallina que está a punto de poner huevos, parecen los claros y tristes llantos de los niños que acaban de nacer…

HAO DASHOU: ¿Qué tal los ladridos de perro? ¿Y los maullidos de gato? ¿Y los rebuznos de burro?

RENACUAJO: (Furioso). ¿Por qué estás en mi contra?

QIN HE: Veo que el conflicto principal de esta obra es la pelea de todos los personajes.

TÍA: (Tranquila). ¿Lo que acabas de leer son mis palabras?

RENACUAJO: Son las palabras de la Tía de esta obra.

TÍA: ¿Y este personaje es un reflejo mío?

RENACUAJO: Sí y no.

TÍA: ¿Cómo se entiende lo que me dices?

RENACUAJO: Es el principio de toda creación artística. Como los muñecos de barro, que provienen de una imagen real. Pero a este personaje, obviamente, se le han añadido cosas inventadas, se ha utilizado la imaginación.

TÍA: ¿No piensas que la gente se va a enfurecer cuando esta obra se ponga en el escenario, dado que los nombres de tus personajes son reales?

RENACUAJO: Tía, este es solo un borrador. Antes de publicarlo, cambiaré todos los nombres por nombres extranjeros. Por ejemplo, tú serás Tía María; Hao Dashou será Henry; Qin He, Allende; pondré Donia en lugar de Chen Mei; Figaro en lugar de Chen Bi…, hasta el pueblo Dongbeixiang de Gaomi lo cambiaré por Macondo.

HAO DASHOU: ¿Henry? ¡Qué divertido!

QIN HE: Puedes cambiar mi nombre por Rodin o Miguel Ángel, porque nuestros trabajos son parecidos.

TÍA: Renacuajo, el teatro es teatro, la realidad es realidad. Siempre he creído que vosotros, y por supuesto yo, debemos mucho a Chen Mei. Estos días he sido incapaz de conciliar el sueño. Esa maldita chica viene a mi mente con miles de ranas minusválidas. No solo puedo sentir la frescura de su embarazo sino también el asqueroso olor que emana su cuerpo.

HAO DASHOU: Es una ilusión producida por la angustia. Es totalmente imaginario.

RENACUAJO: Tía, entiendo tus sentimientos. Este asunto se acaba así, y yo también me siento culpable. Sin embargo, si no terminara así, ¿cómo podemos acabar? De todos modos, Chen Mei está loca. Además, su cara está destrozada. Es una loca con una cara horrible. Si le diéramos el niño a ella, sería una irresponsabilidad. Además, aunque no ofrecí mi esperma de manera voluntaria, según la definición biológica, soy el padre biológico de este niño. Cuando la madre de un niño se vuelve loca, en el momento en el que no tiene capacidad de cuidar de sí misma, es natural que me encargue de cuidar a este niño. Si vamos todos al Tribunal Provincial, dictarán la misma sentencia. ¿Qué le parece?

TÍA: Si le devolviéramos al niño, quizá se recuperaría. Entre la madre y el hijo podría producirse un milagro…

RENACUAJO: No podemos hacer un experimento tan aventurado como este porque una loca es capaz de cualquier cosa.

TÍA: Una enferma mental también puede amar a su hijo.

RENACUAJO: Pero su amor le causaría daño a su propio hijo. Tía, nunca se sienta culpable en este tipo de asuntos. Hemos hecho lo que hemos podido. Le hemos pagado el doble, hasta la mandamos al hospital para que recibiera un tratamiento. Incluso a Chen Bi le hemos dado más que suficiente. En el futuro, cuando se recupere totalmente, el niño habrá crecido y podremos encontrar el modo de explicarle al hijo toda la historia, aunque decirle la verdad también le causará dolor.

TÍA: Si os digo la verdad, estos días he estado pensando a menudo en la muerte.

RENACUAJO: Mi querida tía, no piense demasiado, acaba de cumplir setenta años, si la comparamos con el sol de mediodía, quizá sería exagerado, pero si la comparamos con el sol de las dos o tres de la tarde, sería bastante oportuno. Además, es imprescindible para el pueblo Dongbeixiang.

TÍA: Por supuesto, no quiero morir. Si una persona no tiene ninguna enfermedad, puede comer lo que quiera, puede dormir cuando quiera, ¿por qué querría morirse? ¡Pero ahora no puedo dormir! En mitad de la noche, cuando todos están disfrutando del sueño, solo el búho y yo estamos despiertos. El búho se va a cazar ratones, ¿pero qué hago yo?

RENACUAJO: Puede tomarse una pastilla. Muchas personas célebres tienen problemas de insomnio y todos toman pastillas.

TÍA: Las pastillas a mí no me funcionan.

RENACUAJO: Beba un poco de medicina tradicional china…

TÍA: ¡Soy doctora! Te digo la verdad, este fenómeno no se debe a una enfermedad. Es que ha llegado la hora de saldar las deudas. Todos los fantasmas vienen para darme mi merecido. Cada día, al llegar la noche, el búho se coloca en lo más alto del árbol para recordarme con sus horrorosos gritos la llegada de los fantasmas. Llegan gritando, llorando, bañados de sangre. Las ranas minusválidas también vienen. Los gritos de los fantasmas y los cantos de las ranas se mezclan, no puedo distinguirlos. Me persiguen por todo el patio. No tengo miedo de sus mordiscos, sino de sus frías y espeluznantes barrigas. El olor asqueroso es otra cosa que me da mucho miedo. Dime, ¿qué he temido yo en toda mi vida? Al tigre, al puma, al lobo, al zorro, esas cosas a las que tiene miedo la gente normal, yo no les tenía miedo, pero me han asustado mucho esos fantasmas y las ranas.

RENACUAJO: (Hacia Hao Dashou). ¿Es necesario que invitemos a un monje para expulsar a los fantasmas?

HAO DASHOU: Sigamos escuchando.

TÍA: Cuando estoy despierta, hago un repaso de toda mi vida. Desde el primer momento en que ayudé a nacer al primer niño, hasta el último minuto en que nació el último, me da la sensación de haber vivido una película. Pero creo que en toda mi vida no he hecho nada malo… Aquellas cosas… ¿son malas?

RENACUAJO: Tía, aquellas cosas no son malas, pero son difíciles de clasificar. Si fuese algo malo, usted no debería asumir toda la responsabilidad. Tía, por favor, no se sienta culpable. Es una heroína, no una criminal.

TÍA: ¿No soy una criminal?

RENACUAJO: Si eligiéramos a la persona más bondadosa del Dongbeixiang de Gaomi, usted sería la ganadora del premio gordo.

TÍA: ¿Mis manos están limpias?

RENACUAJO: Sí, y también son sagradas.

TÍA: Cuando no puedo dormir, me vienen imágenes de la muerte de la esposa de Zhang Quan, la muerte de Wang Renmei, la muerte de Wang Dan…

RENACUAJO: No fueron culpa suya. Por supuesto que no.

TÍA: ¿Recuerdas la última frase que dijo la esposa de Zhang Quan?

RENACUAJO: No me acuerdo.

TÍA: Dijo: «¡Wan Xin, al infierno!».

RENACUAJO: Esa mujer era malvada, no era un ser humano.

TÍA: ¿Recuerdas la última frase que pronunció Wang Renmei?

RENACUAJO: ¿Qué dijo ella?

TÍA: Dijo: «Tía, tengo frío…».

RENACUAJO: (Triste). Renmei, yo también siento frío…

TÍA: ¿Recuerdas la última frase que dijo Wang Dan?

RENACUAJO: No lo sé.

TÍA: ¿Quieres saberlo?

RENACUAJO: Sí… pero…

TÍA: (Apasionada). Dijo: «Tía, muchas gracias. Muchas gracias por salvar a mi hijo». Dime, ¿fui yo quien salvó la vida de su hijo?

RENACUAJO: Claro que sí.

TÍA: Bien, ahora puedo morir en paz.

RENACUAJO: No, Tía, di que dormirás en paz y vivirás con tranquilidad.

TÍA: Una persona que ha cometido crímenes no tiene derecho a elegir la manera de morir, tiene que vivir para sufrir las torturas. Me van a torturar como se fríen los pescados en la sartén. Hay que hacerlo a fuego lento para torturarme poco a poco; o sea, como se cuecen las plantas de la medicina tradicional. Hay que poner una cazuela y tener suficiente paciencia para que no tenga por donde escaparme y solo pueda aceptar esta manera de expiación. Cuando mis crímenes sean expiados, podré morirme en paz.

(Desde lo alto del escenario desciende una cuerda gruesa y negra. Tía coloca su cuello en la cuerda y quita la silla donde está subida.

Hao Dashou y Qin He solo se ocupan de sus muñecos de barro. Renacuajo coge un cuchillo, sube a la silla, salta para cortar la cuerda. Tía se cae al suelo).

RENACUAJO: (Levanta a su tía). ¡Tía, Tía!

TÍA: ¿Estoy muerta?

RENACUAJO: Podría entenderse así, pero alguien como tú es inmortal.

TÍA: ¿Así que he resucitado?

RENACUAJO: Sí, eso es.

TÍA: ¿Estáis bien?

RENACUAJO: Todos estamos bien.

TÍA: ¿Está bien mi niño Jin Wa?

RENACUAJO: Sí, está perfecto.

TÍA: Ahora, ¿Leoncita puede dar de mamar a su niño?

RENACUAJO: Sin problema.

TÍA: ¿Es suficiente?

RENACUAJO: Es abundante.

TÍA: ¿Cómo de abundante?

RENACUAJO: Como una fuente.

Baja el telón.

(Fin).