Una mesa grande y redonda está puesta en el patio de una casa de campesinos. En la mesa se han colocado un montón de platos y copas. Al fondo del escenario se han colgado unos caracteres que indican «Banquete para celebrar el primer mes de Jin Wa».
Renacuajo viste un vestido tradicional de seda decorado con caracteres de felicidad y longevidad, se pone en la puerta principal para dar la bienvenida a los invitados.
Los compañeros de colegio de Renacuajo, por ejemplo, Li Shou, Yuan Sai y suprimo llegan al escenario y expresan unas palabras de felicitación que son casi iguales.
Tía se ha puesto una toga roja oscura, entra solemnemente al escenario. Hao Dashou y Qin He la acompañan.
RENACUAJO: (Contento). Tía, por fin has venido.
TÍA: Has tenido un hijo precioso, ¿por qué no iba a venir a felicitarte y a darte la enhorabuena?
RENACUAJO: ¡El feliz nacimiento de Jin Wa ha sido sin duda gracias a ti!
TÍA: Qué va, qué va. (Echa un vistazo a los demás, se ríe). No hay excepción. (No entienden. Tía apunta a Hao Dashou y Qin He). Excepto a ellos dos, a todos vosotros os traje al mundo. Incluso me acuerdo de la cantidad de lunares que tienen vuestras madres en la barriga. (Se ríen). ¿Por qué no os sentáis?
RENACUAJO: Si no se sienta usted, ¿cómo nos vamos a sentar nosotros?
TÍA: ¿Dónde está tu padre? Debe sentarse aquí en el asiento principal.
RENACUAJO: Mi padre tiene gripe estos días, se ha escapado a casa de mi hermana para gozar de tranquilidad, dijo que debería sentarse usted en el asiento principal.
TÍA: Así no tendrá que cederme este asiento.
TODOS: Claro que no.
TÍA: Renacuajo, Leoncita y tú habéis pasado los cincuenta años de edad y habéis tenido un hijo. Qué pena que no podáis entrar en el récord Guinness, el récord mundial. Durante más de cincuenta años de mi vida profesional, es la primera vez que me encuentro con un caso como este. ¡Es un motivo de gran felicidad!
(Algunos repiten: «Gran felicidad», otros dicen: «Es un milagro»).
RENACUAJO: Todo depende de las medicinas mágicas de mi querida tía.
TÍA: (Exclama). Cuando era joven, fui una materialista pura, pero al llegar a la edad avanzada, me he convertido en una idealista.
LI SHOU: El materialismo y el idealismo tienen su lugar en el libro de historia de la filosofía.
TÍA: Mira, la persona que recibe educación es diferente de nosotros.
YUAN SAI: Somos hombres vulgares, no sabemos qué es el materialismo ni el idealismo.
TÍA: En este mundo no existirán los fantasmas, pero existe el merecimiento. Renacuajo y Leoncita han podido tener un hijo a los cincuenta años. Eso significa que sus antepasados han acumulado suficientes méritos para ellos.
PRIMO: ¡La medicina de Tía también es imprescindible!
TÍA: ¡Si se cree, será mágico! (Hacia Renacuajo). Tu madre fue muy tacaña, ahora que nos hemos enriquecido, tenemos suficiente dinero y además es un día de gran felicidad para ti, tienes que cambiar, no debes ser muy tacaño, debes ser más generoso.
RENACUAJO: No se preocupe, Tía. Aunque no tenemos algo tan suculento como la pata de oso o la de camello, hemos preparado pato, pollo, pescado y carne.
TÍA: (Observa los platos en la mesa). Bien, aquí hay suficientes platos, es un banquete formal, eh. Pero el licor, ¿qué licor bebemos?
RENACUAJO: (Saca dos botellas de Maotai de la caja que está debajo de la mesa). Maotai.
TÍA: ¿Es auténtico o falso?
RENACUAJO: La directora del albergue municipal me las regaló, me dijo que eran auténticas.
LI SHOU: Fue una compañera de mi clase.
YUAN SAI: Es más fácil engañar a los antiguos compañeros de clase.
TÍA: Ella, la segunda hija de Liu Baofu del pueblo Liu Jiazhuang, también fue una niña que atendí al nacer.
RENACUAJO: Le mencioné nuestro parentesco y sacó solemnemente estas dos botellas de Maotai de su caja fuerte.
TÍA: Así es, no se atrevería a darme unas botellas de licor falso. (Renacuajo abre la botella, ofrece la primera copa a Tía). Buen licor, cien por cien. Rellena las copas para todos. (Renacuajo rellena todas las copas). Como estoy aquí sentada, en el asiento principal, propongo un brindis: esta primera copa es para darle las gracias a nuestro Partido Comunista; gracias a sus correctas directrices nos liberamos de la pobreza, nos hemos enriquecido, hemos abierto la mente y ahora tenemos una vida feliz. Si no fuese por esta razón, no habríamos logrado el éxito. Decid vosotros, ¿lo que he dicho es correcto o no?
TODOS: ¡Sí, correcto!
TÍA: ¡Entonces acabemos esta copa! (Todos se acaban la copa). Esta segunda copa tenemos que ofrecérsela a los espíritus de los antepasados de nuestra familia. Ellos son quienes han acumulado muchos méritos, así que nosotros, sus descendientes, podemos gozar de una gran felicidad. (Todos beben el licor). Esta tercera copa se la tenemos que ofrecer a Leoncita y Renacuajo, una pareja amorosa y mayor, a los que felicitamos por haber tenido un hijo. ¡Que tengan mucha suerte!
(Todos los invitados levantan sus copas y gritan. Liu Guifang y dos camareras vienen con unas cajas de cartón. Una periodista y un fotógrafo las siguen).
LIU GUIFANG: Felicidades.
RENACUAJO: Mi querida compañera de clase, ¿cómo es que has venido?
LIU GUIFANG: ¡Vengo a por una copa de licor para brindar! ¿No me das la bienvenida? (Da la mano a todas las personas que se sientan alrededor de la mesa, saluda a todos, da la mano a Tía). Tía, usted está cada día más joven.
TÍA: ¡Qué va, me he vuelto un demonio viejo!
RENACUAJO: ¡Qué difícil es hacerte llegar la invitación! Pero me alegra mucho verte aquí. No hacía falta que trajeras tantas cosas.
LIU GUIFANG: Soy cocinera, no me cuesta ni un centavo. (Señala la caja). Mira, son corvinas fritas, gelatina de piel de cerdo, mantou, pan chino… Todas estas cosas las he hecho yo y os las ofrezco para que las probéis. Tía, también le he traído una botella de Maotai que ha estado guardada durante cincuenta años. Es un regalo especial para usted.
TÍA: El Maotai guardado durante cincuenta años es realmente diferente. El año pasado, en la Fiesta de la Primavera, un director de la municipalidad de Nanping me regaló una botella a través de la esposa de su hijo. Cuando abrí la botella, ¡el aroma se expandió rápidamente por la habitación!
RENACUAJO: (Cuidadosamente). Querida excompañera de clase, ¿quiénes son estas personas?
LIU GUIFANG: (Presenta a la Periodista). Xiao Gao, se me olvidó presentárosla. Es periodista de la televisión municipal. También es presentadora y productora del programa Panorama de la sociedad. Xiao Gao, este es el señor Renacuajo, famoso dramaturgo, acaba de tener un hijo, es fantástico. (Lleva a la Periodista hasta Tía). Esta es la diosa de la natalidad de nuestro condado de Gaomi: Tía. Da igual que sean mayores o menores, todos la llaman Tía porque todos, incluidos los descendientes de los descendientes, fuimos recibidos por ella al nacer.
TÍA: (Coge las manos de la Periodista). Es una chica muy hermosa. Al ver su cara puedo imaginar la hermosura de sus padres. En el pasado, para buscarle un novio a la chica, una de las normas de evaluación del novio era analizar el estado de su familia. Ahora propongo que lo primero y más importante en la evaluación sean los genes; luego, el estado de la familia. El chico que tenga los mejores genes podrá producir unos descendientes sobresalientes; si no tiene los mejores genes, nada tiene sentido.
PERIODISTA: (Hace un gesto al fotógrafo). Qué moderna es usted.
TÍA: No soy moderna, solo que he conocido a mucha gente con diferentes profesiones y a través de ellos he aprendido unas palabras modernas…
RENACUAJO: (Pregunta en voz baja a Liu Guifang). No es necesario que este asunto se haga público, ¿verdad?
LIU GUIFANG: (En voz baja). Xiao Gao es la novia de mi hijo. Ahora hay mucha competencia en la tele, tienen que conseguir material nuevo, exclusivas, noticias de última hora… así que tenemos que ayudarla.
PERIODISTA: Tía, ¿piensa que el hecho de que el señor Renacuajo y su esposa hayan podido tener un hijo tiene algo que ver con sus sobresalientes genes?
TÍA: Por supuesto, tienen buenos genes.
PERIODISTA: Entonces, según su punto de vista, ¿quién tiene los mejores genes, el señor Renacuajo o su esposa?
TÍA: Tienes que saber primero qué son los genes, luego puedes venir a hacerme preguntas.
PERIODISTA: ¿Puede usar unas palabras sencillas para explicar a toda la audiencia qué son los genes?
TÍA: ¿Qué son los genes? ¡Los genes son la vida! ¡Son el destino!
PERIODISTA: ¿El destino?
TÍA: ¿No sabes que la mosca no pica el huevo vacío?
PERIODISTA: Sí, entiendo.
TÍA: La persona que no tenga unos buenos genes, es como un huevo vacío. ¿Lo entiendes?
LIU GUIFANG: Xiao Gao, deja que nuestra tía beba un poco de licor y descanse. Puedes entrevistar primero al señor Renacuajo. Este es el señor Yuan Sai y este es el señor Li Shou; ellos son mis compañeros de clase del colegio y conocen muy bien el problema de los genes, puedes entrevistarles uno por uno. (Rellena la copa de Tía). ¡Que tenga longevidad, que pueda proteger a nuestros niños de Dongbeixiang para siempre!
PERIODISTA: Señor Renacuajo, sé que nació en el año 1953, ahora tiene cincuenta y cinco años. Esta edad, sobre todo en los pueblos, es la edad de empezar a tener nietos, pero usted acaba de tener un hijo. ¿Puede comentarnos algo sobre sus sensaciones actuales?
RENACUAJO: El mes pasado, el catedrático de la Universidad de Qidong, el señor Li, que tiene setenta y ocho años, llevó a su hijo que acababa de cumplir un mes de edad a visitar a su abuelo que estaba en el hospital y ahora tiene ciento tres años.
PERIODISTA: Sí, vi esa noticia.
RENACUAJO: Para un hombre, los cincuenta años son justo la edad del apogeo de su vida; más importante es para la mujer.
PERIODISTA: ¿Puedo entrevistar a su esposa?
RENACUAJO: Ahora está descansando, esperemos un ratito.
PERIODISTA: (Dirige el micrófono hacia Yuan Sai). Señor Yuan, supongo que ha visto al hijo del señor Renacuajo, ¿le gustaría intentar tener un hijo ahora?
YUAN SAI: ¡Mira qué palabra ha escogido! ¡Intentar tener uno! Me interesa eso de intentar, pero no quiero tener más. Creo que mis genes no son los ideales. He tenido dos hijos, uno es peor que el otro. Si lo sigo intentando no podré cambiar nada. Por otro lado, mi mujer no es tierra fértil. Cualquier planta que cultivemos, en tres días moriría.
LI SHOU: Puedes buscar una segunda esposa para que te haga ese favor.
YUAN SAI: Hombre, deberías ser más maduro, ¿cómo puedes decir cosas como esa? Tenemos una moral, no podemos hacer cosas tan feas.
LI SHOU: ¿Una cosa fea? Es una moda, es fashion, es la evolución que impulsa el desarrollo económico.
YUAN SAI: No sigas, si lo que has dicho se emite en televisión, te meterán en la cárcel.
LI SHOU: Pregúntales si se atreven a ponerlo o no.
PERIODISTA: (Sonríe pero no contesta, se gira hacia Tía). Tía, según dicen, ha creado una pastilla para recuperar la juventud. Esa medicina puede darles a las mujeres que ya no tengan el periodo la posibilidad de concebir.
TÍA: Mucha gente dice que después de tomar mi medicina el feto puede cambiar de sexo, ¿también lo creéis?
PERIODISTA: Preferiríamos creer que es posible.
TÍA: Si crees en dios, dios estará a tu lado; si no crees, solo tendrás una estatua de barro. Todo el mundo lo sabe.
RENACUAJO: Xiao Gao, los camaradas de televisión que han venido contigo pueden sentarse aquí para beber. Después de beber, hacemos el programa, ¿vale?
PERIODISTA: No te preocupes. Vosotros bebed como si no estuviéramos aquí.
LI SHOU: Pero estáis por aquí, ¿cómo vamos a hacer como si no estuvierais?
PERIODISTA: Pensad que no somos personas, que no existimos.
YUAN SAI: Mi querida Guifang, cuando éramos niños, fuiste mi ídolo, así que ahora tenemos que beber una copa juntos.
LIU GUIFANG: (Coge una copa para brindar con Yuan Sai). Espero que tu empresa Rana Toro sea un éxito y que la crema facial pueda entrar en el mercado lo antes posible.
YUAN SAI: No cambies de tema. Tenemos que hablar sobre lo enamorado que estaba de ti.
LIU GUIFANG: No me engañes. Qué falsedad contienen tus palabras. ¿Quién ignora que en tu empresa Rana Toro hay un montón de chicas bonitas?
PERIODISTA: (Aprovecha este paréntesis para hablar al micrófono). Querida audiencia, el Panorama de la sociedad de hoy, les presenta un acontecimiento muy feliz que acaba de ocurrir en el pueblo Dongbeixiang, del condado de Gaomi. El famoso dramaturgo señor Renacuajo y su esposa Leoncita, después de jubilarse, después de cumplir cincuenta años de edad, tuvieron un hijo sano el día 15 del mes.
TÍA: Es hora de mostrarles al niño.
(Renacuajo sale del escenario corriendo).
LIU GUIFANG: (Echa una mirada enojada a Yuan Sai, y le habla en voz baja). No digas más tonterías, ahora Tía no está contenta.
(Renacuajo y Leoncita entran en el escenario. Leoncita lleva un pañuelo en la cabeza y está abrazando a un niño.
El fotógrafo viene para hacer fotos.
Todos aplauden).
RENACUAJO: Venga, dejemos a Tía echar un vistazo.
TÍA: (Muy emocionada). Es un niño precioso, precioso. Un niño con muy buenos genes, qué bonito es. Si hubiera nacido hace cien años, sin duda habría sido el Zhuangyuan.
LI SHOU: No solo podría haber sido el Zhuangyuan, también podría haber llegado a ser el emperador.
TÍA: Bien, ¡ahora competimos a ver quién alaba más a este niño!
PERIODISTA: (Pone el micrófono delante de Tía). Tía, ¿fue usted la que ayudó a nacer a este niño?
TÍA: (Pone un pequeño sobre rojo en los paños que envuelven al niño. Renacuajo y Leoncita intentan rechazarlo, pero Tía se niega). Es una costumbre, tengo dinero para él. (Habla a la Periodista). Es un placer para mí, créanme. Es una primeriza añosa, de ahí el estrés. Le aconsejé que fuera al hospital para que le realizaran la intervención, pero insistió en quedarse. Entonces estuve a su lado, porque una mujer, tras parir a un niño, ¡sabe lo que es ser mujer y más aún lo que es ser madre!
(En el momento en que Tía está contestando a las preguntas de la entrevista, LEONCITA y Renacuajo muestran el niño a todos los invitados y estos depositan sus sobres entre los paños que envuelven al bebé).
PERIODISTA: Tía, ¿es este el último niño que ha ayudado a nacer?
TÍA: ¿Cómo dices?
PERIODISTA: Según tengo entendido, las mujeres de todos los pueblos del condado de Gaomi la adoran y confían en usted. Hasta las mujeres de las ciudades de Pingdu y Jiaozhou vienen hasta aquí solo por usted.
TÍA: ¿Qué puedo hacer?, estoy predestinada a no descansar en la vida.
PERIODISTA: Según dicen, sus manos son mágicas. Siempre que coloca sus manos en el vientre de las mujeres que están dando a luz, sus dolores se alivian y sus preocupaciones y temores desaparecen.
TÍA: Mira, una leyenda se hace así.
PERIODISTA: Tía, ¿puede mostrarnos sus manos?, queremos hacer unas fotos de cerca.
TÍA: (Irónicamente). ¡El pueblo necesita tener leyendas! (Hacia todos). ¿Sabéis quién ha dicho esta frase?
LI SHOU: Parece una cita de algún personaje célebre.
TÍA: Es mía.
YUAN SAI: Tía, tú casi eres un personaje célebre.
LIU GUIFANG: No es casi un personaje célebre, es célebre cien por cien.
PERIODISTA: (Solemnemente). Gracias a estas dos manos normales, miles de niños han venido a este mundo.
TÍA: ¡También debido a estas dos manos, miles de niños han caído en el infierno! (Bebe una copa de licor). Mis manos se han manchado con dos tipos de sangre: una limpia y una repugnante.
LIU GUIFANG: Tía, usted es una bodhisattva viva de nuestro pueblo Dongbeixiang, una diosa de la natalidad. Si observamos la estatua de la diosa que está en el templo de Niangniang, nos damos cuenta de que se parece a usted. Supongo que la han hecho a su imagen y semejanza.
TÍA: (Un poco borracha). El pueblo necesita un poco de leyenda…
PERIODISTA: (Pone el micrófono ante Leoncita). Señora, ¿puede hablarnos un poco de sus sensaciones?
LEONCITA: ¿Sobre qué?
PERIODISTA: De lo que usted quiera. Por ejemplo, ¿qué sensaciones tuvo cuando se enteró de su embarazo? O sea, ¿qué sensaciones tuvo durante todo el proceso del embarazo? ¿Por qué insistió en invitar a Tía para que atendiera su parto?…
LEONCITA: Cuando me enteré de que estaba embarazada, creí que estaba soñando. ¿Cómo era posible que una mujer de más de cincuenta años, después de terminar con la época del periodo, hubiese concebido inesperadamente? Respecto al proceso de mi embarazo, por un lado estaba preocupada, por otro feliz. La alegría que sentía era porque mi sueño de ser madre iba a cumplirse. Trabajaba con la doctora desde hacía más de diez años. Llevaba cooperando con Tía todos estos años y ayudándola a atender los partos, pero durante todo ese tiempo, no había conseguido quedarme embarazada. Una mujer que no pueda dar a luz a su propio hijo no es una mujer. Una mujer que no tenga un hijo propio no puede ser respetada por su esposo. Pero ahora todo se ha acabado.
PERIODISTA: ¿Por qué tenía tantas preocupaciones? ¿De qué se preocupaba?
LEONCITA: Me preocupaba mi edad, me preocupaba no poder tener un hijo sano. También temía que no pudiera parir con normalidad y debiera operarme. Por supuesto, cuando mi tía puso sus manos en mi vientre, todas las preocupaciones desaparecieron. El resto consistió en escuchar sus órdenes para terminar con todo el proceso del parto.
TÍA: (Profundamente borracha). Tengo que usar la sangre fresca.
(Chen Bi entra a escondidas apoyándose en dos muletas).
CHEN BI: ¿Celebráis el primer mes de mi nieto y no invitáis a su abuelo a beber? ¡Qué maleducados sois!
(Todos se quedan sorprendidos).
RENACUAJO: (Precipitadamente, con sorpresa). Hombre, lo siento, siento muchísimo que no te hayamos invitado…
CHEN BI: (Se ríe como un loco). ¿Me llamas hombre? ¡Ja, ja! (Señala al niño con su muleta). Si somos conscientes de la presencia del niño, tienes que arrodillarte y hacerme tres reverencias. Me deberías llamar suegro en lugar de hombre, ¿verdad?
YUAN SAI: (Arrastra a Chen Bi). Chen, Chen, venga, vamos, te voy a enseñar un nuevo restaurante Baochihuang.
CHEN BI: Apártate de mí, tú, hijo de puta, ¿quieres cerrar mi boca con mariscos? De ninguna manera. Hoy es un día feliz para mí, no me voy a ningún sitio, ¡solo quiero tomarme una copa del licor! (Se sienta en un sitio mirando a Tía). Tía, usted es la única persona que conoce muy bien la situación de este pueblo: quién ha tenido un nuevo hijo, quién es impotente… Lo conoce todo. Así ayuda a los hombres con sus «semillas», y a las mujeres con sus «tierras». Las famosas treinta y seis estratagemas[27], casi todas las has utilizado… Cambiar las vigas podridas, avanzar por un camino secreto, atravesar el río con camuflaje, entregar una falsificación en lugar del original, liberar a un enemigo con el propósito de capturar a otro, matar a una persona con un cuchillo prestado… Casi las has usado todas…
TÍA: Bien, pero tú solo has utilizado dos estratagemas: marcharte sin dejar ninguna huella y mostrar intención de ir hacia el Este, pero marcharte hacia el Oeste. Aquel año casi me engañas. La sangre asquerosa que ensució mis manos prácticamente se debió a ti. (Se pone las manos al lado de la nariz para olfatear).
LI SHOU: (Ofrece una copa de licor a Chen Bi). Chen, Chen, venga, tómalo.
CHEN BI: (Termina la copa de un trago). Hermano, eres una persona recta. Tienes que demostrarlo…
LI SHOU: (Interrumpe a Chen Bi, le ofrece otra copa llena de licor). ¡La verdadera justicia está en el cielo! ¡Venga, hombre, cambiemos la copa por un vaso más grande!
CHEN BI: ¿Quieres que me emborrache? Si crees que me voy a callar con el alcohol, estás muy equivocado.
LI SHOU: Por supuesto que me he equivocado, eres fuerte, mil copas de licor no te van a marear. El licor de hoy es verdadero Maotai, si no lo bebes, se lo beberán los otros. ¡Venga, brindemos!
CHEN BI: (Levanta su cabeza para beberlo todo, suspirando con lágrimas en los ojos). Tía, Renacuajo, Leoncita, Yuan Sai, Jin Xiu, después de tantos años he llegado a un nivel de miseria inimaginable. En estos dieciocho pueblos del condado de Gaomi, entre sus cincuenta mil habitantes, decidme por favor, ¿quién más podría ser tan miserable como yo? Decidme, ¿habrá otra persona como yo? Pero vosotros seguís empujándome hacia un abismo más profundo, os burláis de un minusválido. Bien, no me importa que lo hagáis o no, porque no soy un buen hombre, creo que me merezco todo esto. ¡Pero no tenéis que avergonzar a mi hija! Chen Mei, una niña que visteis crecer, la niña más bonita de Dongbeixiang, y su hermana, Chen Er, que podría ser una emperatriz de cualquier corte, pero… todo ha sido culpa mía… Me lo merezco… Mi hija es tu madre de alquiler. (Señala a Renacuajo). Disteis el dinero para pagar los gastos de hospital, pero vosotros, mis antiguos compañeros de clase, sus tíos, tú el famoso dramaturgo, tú un millonario, todos inventasteis una mentira, le dijisteis que su hijo murió al nacer. O sea, que le debéis cuarenta mil yuanes por el alquiler de su vientre… El cielo os está mirando por encima de vuestras cabezas. Cielo mío, abre sus ojos para que vean a estas poderosas y malas personas… Camaradas de la televisión, tenéis que grabarlos a ellos, a ella, a mí, para que todo el mundo en este país se entere…
LIU GUIFANG: Lao Chen, siempre presumías de tu capacidad de beber licor, ¿por qué después de beber dos chupitos empiezas a decir tonterías?
CHEN BI: Liu Guifang, eres demasiado inteligente, cuando el albergue empezó a cambiar su funcionamiento, invertiste dinero para hacerte una millonaria. Ahora tendrás más de cien millones de yuanes, ¿verdad? Sin embargo, cuando te pedí el favor de buscar un trabajo para mi hija, aunque fuera como ayudante de cocina, no tuviste la misericordia de ayudarnos. Nos dijiste que tu empresa estaba despidiendo empleados, que sería muy difícil colocarla en tu empresa, pero…
LIU GUIFANG: Amigo mío, todo ha sido culpa mía. Del asunto de Chen Mei, me encargo yo. No es fácil encontrarle un trabajo, pero puedo pagarle el suficiente dinero para que viva sin problemas. ¿De acuerdo?
(Yuan Sai y Jin Xiu intentan llevar a Chen Bi fuera).
CHEN BI: (Forcejea). Todavía no he visto a mi nieto. (Saca un sobre rojo). Nieto mío, tu abuelo no tiene mucho dinero, pero soy una persona educada y fiel a la tradición. Te he preparado este sobre rojo…
(Yuan Sai y Jin Xiu llevan a Chen Bi fuera del escenario. Mientras tanto, Chen Mei entra en el escenario por otro lado. Viste una toga negra y lleva una máscara negra.
Cuando todos la descubren, se produce un silencio. De repente, en el escenario no hay ni un ruido).
CHEN MEI: (Mueve con exageración su nariz para olfatear. Luego habla, al principio, en voz baja, y poco apoco sube el volumen). Hijo, mi cielo, he sentido tu olor, que es dulce, fragante y fresco. (Se acerca hacia Leoncita como una ciega siguiendo la dirección con sus dos manos. Entre tanto, el niño empieza a llorar claramente). Hijo, mi cariño… No has bebido ni una gota de mi leche, debes tener mucha hambre…
(Chen Mei coge al niño de las manos de Leoncita, sale del escenario con mucha prisa. Todos se han quedado sorprendidos y no saben qué hacer).
LEONCITA: (Abre sus brazos, desesperadamente). Mi niño, mi cielo, mi Jin Wa…
(Leoncita persigue a Chen Mei, Renacuajo y el resto siguen a Leoncita, se produce el caos).
(Fin del acto).