Doy las gracias al capitán Boris Nadein y a la tripulación del Sulak; al capitán Mike Hastings y a la tripulación del Oceanic; a Sharon Gordon, Dennis McLaughlin y William Turner por su hospitalidad en el mar de Bering. También recibí ayuda muy valiosa de Martin Arnold, Kathy Blumberg, capitán D. J. (]ack) Branning, Knox Burger, doctor Gerald Freedman, Beatrice Golden, profesor Robert Hughes, capitán James Robinson y Kitty Sprague.
Sobre todo, estoy en deuda con Alex Levin y con el capitán Vladil Lysenko por su paciencia.
Hay un buque factoría soviético que se llama Estrella Polar. Ni él ni el Sulak son el Estrella Polar del presente libro, que narra hechos ficticios.