Un libro es un ser vivo, un ser que respira. Pasa los primeros capítulos de su vida agazapado en el cerebro, en una relación simbiótica con su creador a medida que va creciendo y engordando. Y después nace el libro. Si tienes suerte, como yo, en el momento en que empieces a pasar las páginas por primera vez, tu libro habrá sido mecido por muchos pares de manos cuidadosas, eficientes y llenas de talento.
A mi maravillosa agente, Mandy Hubbard, gracias por demasiadas cosas para enumerarlas todas, y sobre todo, por creer en este libro. Me alegro enormemente de que nuestros astros se alinearan, y me siento afortunada por ello todos los días. Bob Diforio, has sido la luz que me ha guiado a través de todo el proceso. Las palabras no bastan.
A mi editora, Jennifer Weis y ayudante de edición, Mollie Traver, debo toda mi gratitud por dirigirme a través de todo el proceso con precisión y entusiasmo, y por honrarme con una verdadera colaboración. Mi correctora de estilo, Carol Edwards, hizo a la novela cantar con sus excelentes dotes. Mi más profundo agradecimiento a todo el personal de St. Martin’s que participó en este libro de un modo u otro, y de principio a fin. Realmente se necesita un ejército.
Tasha Harlow, mi intrépida flor y compañera, y Cate Peace, gracias por las primeras lecturas, vuestra mirada de águila y el vuelo de los pompones. Muchas gracias a todos mis amigos escritores en toda internet, os deseo la mejor suerte, todo lo mejor, de corazón, a todos.
A los agentes y editores que mostraron su interés durante el camino, y que se dejan la piel para ayudar a los aspirantes a escritores a encontrar su camino, estoy en deuda con vosotros. Por el amor por los libros.
Para Piggy, quien nunca dudaba en abandonar la zona más calentita de la cama para venir a «ayudar con el libro» a su manera de terrier cariñoso, haciéndome compañía en el regazo mientras aporreaba las teclas a primera hora de la mañana, solos tú y yo, amigo mío. Tú y yo.
Para mi esposo, Jack, va todo mi amor. Su inquebrantable apoyo y su aliento han sido los verdaderos regalos. Gracias por creer que todo es posible… incluso los castillos en el aire… sobre todo, los castillos en el aire.