Se conoce como Cortes de Cádiz a la Asamblea Constituyente inaugurada en San Fernando el 24 de Septiembre de 1810 y posteriormente trasladada a Cádiz hasta 1814.

Las Cortes asumieron la regencia del país en nombre del exiliado Fernando VII, poniéndose así al frente de la resistencia frente al invasor francés, aunque su poder efectivo estuvo limitado a la ciudad de Cádiz hasta las fases finales de la Guerra de Independencia.

Dominadas por el partido liberal (aunque se encontraba en inferioridad numérica, era el grupo mejor organizado y más participativo) estas Cortes promulgaron la presente Constitución, que se caracterizó por recortar los poderes del rey y los privilegios de la nobleza y el clero.

Este carácter tan liberal sería el verdugo de la Asamblea, ya que, a la vuelta de Fernando VII, y contando éste con el apoyo de los grupos perjudicados por el documento, el monarca se negó a ratificar una Constitución que menoscabara el poder real, de forma que, en 1814, disolvió las Cortes y derogó la Constitución.