AGRADECIMIENTOS

La trayectoria hasta la publicación de este libro incluye cinco manuscritos inéditos y más personas maravillosas de las que puedo nombrar. No obstante, lo intentaré. Doy las gracias primero a Steven Malk, el más sincero defensor de la literatura infantil y juvenil que conozco: tu instinto y tu talento son inestimables. A mi fantástica editora Nancy Consecu, por su apoyo y su talento profesional, tan gratificantes. Al Departamento de Derechos Subsidiarios de Little Brown por ayudar a la profecía a conquistar el mundo y a todo el equipo de relaciones públicas y marketing de Little, Brown and Company. No existe ningún equipo de personas más entusiastas y competentes. A mis lectores y extraordinarios amigos Madeline Rispoli, Beth Helms, Karen Barton y Jackie Lynch. A mis amigas Karla Galazzo, Eileen Cole y Kathy Strucker: la vida sería mucho más triste sin las patatas fritas y las locas conversaciones de sobremesa. A Maddi Collier, mi primera admiradora, que tiene un brillante futuro por delante como poeta y escritora. A todos los jóvenes que tan generosamente han compartido conmigo la magia, la alegría, el humor y las penas de la adolescencia: Morgan Doyle, Mike Strucker, Jake Marks, Emily Sawitsky y Conner Raymond. Es un privilegio para mí haberos conocido. Mi especial agradecimiento a Anthony Galazzo, a quien quiero como a un hijo: mi admiración y respeto por tu inteligencia, perspicacia y creatividad; tu entusiasmo por la vida, la lectura y la escritura es un constante recordatorio de por qué me gusta lo que hago. ¡Estoy deseando saber qué pasará después! A mi padre, Michael St. James, por sus genes de escritor. Y ante todo a mis queridísimos hijos Kenneth, Rebekah, Andrew y Caroline Zink, por su resignado sacrificio para que yo pudiera alcanzar mi sueño; sois mi diaria inspiración.