AGRADECIMIENTOS

Resulta imposible dar las gracias a todos los que me han apoyado para que esta novela pasara de ser un simple borrador a convertirse en un auténtico libro. Sin embargo, lo intentaré.

En primer lugar, debo mencionar a mi agente, Steven Malk, mi más fervoroso defensor en todo tipo de cuestiones; estaría perdida sin tu apoyo y tus conocimientos. A mi incomparable editora, Nancy Conescu, que se asegura de que cada frase, cada palabra quede perfectamente pulida; tú haces que sea mejor escritora, por eso y por tantas cosas más te estaré eternamente agradecida. A Andrew Smith, Melanie Chang y a todo el equipo de márketing de Little, Brown and Company Books for Young Readers; vuestra pasión, creatividad y determinación no tienen rival, me siento muy afortunada de teneros de mi parte. A Rachel Wasdyke, la mejor publicista que conozco, además de una fantástica compañera de viaje. A Amy Verardo y al Departamento de Derechos de LBYR, que continúan conquistando el mundo con la profecía por estandarte. Y a Alison Impey, que siempre acierta con la cubierta que todo el mundo desea ver.

Aparte del grupo de expertos del mundo editorial, hay muchas otras personas cuyo amor y apoyo me han permitido dedicarme a la escritura con decidida entrega. Encabeza la lista mi madre, Claudia Baker; darte las gracias por todo lo que haces y por todo lo que significas no es suficiente, pero es todo cuanto puedo hacer. Gracias de nuevo a mi padre, Michael St. James, por transmitirme su amor por las palabras bien escritas. A David Bauer y Matt Ervey, mis leales amigos de toda la vida. A Lisa Mantchev, cuya compañía me ha ayudado a superar revisiones, críticas y montañas de dudas, compartiendo ambas nuestra pasión por los helados. A los 2009 Debutantes, por compartir mi alegría y mi neurosis. A tantos y tantos blogueros de la red que han hablado de mí con incomparable entusiasmo y energía, especialmente a Vania, Adele, Laura, Steph, Alea, Mitali, Devyn, Nancy, Khy, Leonore y Annie; vosotros sí que valéis, chicos, me gustaría poder nombraros a todos.

Por último, a Morgan Doyle, Jacob Barkman y a todos los jóvenes que me han permitido formar parte de su existencia; me honráis compartiendo conmigo vuestra pasión por la vida, es un privilegio conoceros tal y como sois. A Anthony Galazzo; te quiero como a un hijo, lo demás no puede describirse con palabras. Y de nuevo a Kenneth, Rebekah, Andrew y Caroline; sois la razón de lo que hago y de lo que soy, siempre os llevo en el corazón.