Blackout es ficción. Pero mientras estaba trabajando en el manuscrito mi fantasía quedó varias veces superada por la realidad. Mi primer borrador en 2009 planteaba una manipulación de los sistemas SCADA de las centrales eléctricas. En aquel momento los expertos consideraban que eso era prácticamente imposible o directamente impensable… hasta que en 2010 se descubrió Stuxnet. Lo mismo ocurría con el peligro inherente en los sistemas de refrigeración de emergencia de las centrales nucleares… hasta la catástrofe de Fukushima.
Espero que la realidad se conforme con esos casos de superación de mi ficción.
En la investigación para este libro he utilizado muchas fuentes. He hablado con expertos tanto del ramo de la energía y las IT, como de la protección contra catástrofes. Normalmente les gusta que los citen, pero no en este caso. Me ofrecieron de buen grado todos sus conocimientos, pero no querían que los citase por su nombre. No me extraña, dada la información que me facilitaron.
Una fuente de información inagotable es evidentemente Internet y me gustaría citar algunas de las más destacadas.
Sin la enciclopedia en línea Wikipedia y sus diez mil autores y autoras, un escritor como yo habría tenido que dedicar mucho más tiempo a la investigación (y antes de que pregunte alguien: sí, apoyo económicamente a Wikipedia).
Mis investigaciones se vieron confirmadas poco antes de la finalización del manuscrito en mayo de 2010 por el informe del Ausschusses für Bildung, Forschung und Technikfolgenabschätzungen [Comisión para la evaluación de los consecuencias de la Formación, la Investigación y la Técnica] conforme al artículo 56a de la Geschäftsordnung zum Technikfolgenabschätzung-Projekt: «Gefährdung und Verletzbarkeit moderner Gesellschaften —am Beispiel eines grossräumigen und lang andauerden Ausfalls der Stromversorgung» [Orden ministerial para el proyecto de valoración de las consecuencias de la Técnica: «Peligros y vulnerabilidades de las sociedades modernas: por ejemplo ante un apagón eléctrico de gran afectación territorial y larga duración»]. En el libro he recogido los resultados de este estudio. El informe se puede descargar desde la página del Ministerio del Interior de la República Federal de Alemania. Los autores del informe también han publicado los resultados bajo el título Was bei einem Blackout geschieht: Folgen eines lang andauernden und grossflächigen Stromausfalls [Lo que ocurre durante un apagón: las consecuencias de un apagón eléctrico de larga duración y gran extensión] en Edition Sigma.
Un estímulo para la situación en los hospitales fue el artículo ganador de un premio Pulitzer, publicado por Sheri Finks el 25 de agosto de 2009 en el New York Times sobre los días dramáticos en el Memorial Medical Center de Nueva Orléans durante el huracán Kathrina en 2005.
Pero en la historia también aparecen los recuerdos de mis abuelos y padres, que en aquel momento eran unos niños, sobre la época de hambruna después de la Segunda Guerra Mundial.
El escenario que he descrito es uno de los muchos posibles. En realidad nadie puede predecir lo que puede ocurrir en un caso semejante. Como no quería publicar una guía para un atentado terrorista he omitido o cambiado algunos detalles técnicos importantes. He simplificado algunos procesos por razones dramáticas y para facilitar la lectura; por ejemplo he omitido algunos puntos de control de las redes en los centros fabriles, las conexiones telefónicas y de Internet, que resisten más tiempo del que parece razonable, o diversos detalles técnicos. Las incongruencias o inexactitudes se deben a esta circunstancia o a que se me han pasado algunos errores, por los que pido perdón.
Me gustaría dar las gracias a todas las fuentes nombradas o no. Sin ella no hubiera podido escribir este libro.
Un agradecimiento muy especial está destinado a mi agente Michael Gaeb y a su equipo, que creyeron en el manuscrito; a mi editora Eléonore Delari y a mi directora editorial Nicola Bartels, así como a la redactora Kerstin von Dobschütz, que me han ayudado a hacer este libro, y a todo el equipo editorial de Blanvalet. Un agradecimiento muy especial también a mi ayudante anónimo que me proporcionó incasablemente información sobre temas de IT y que incluso leyó una versión del manuscrito. También doy las gracias a mi mis padres por esas cosas que sólo se pueden agradecer a los padres. Por último, pero por encima de todo, le doy las gracias a mi esposa por la paciencia infinita, las acertadas críticas, los numerosos comentarios y el estímulo incesante.
Y también le quiero dar las gracias a usted, querida lectora, querido lector, por su interés y su valioso tiempo.
MARC ELSBERG