Testimonios II

«Yo vi esa cosa»

(En julio de 1981, cuando el Centro de Fenómenos Espaciales me comisionó para investigar el caso de la pequeña Ana Julia Moreno, todo parecía indicar que sería otro de los rutinarios acopios de datos a los cuales me tiene acostumbrado mi trabajo para The Unknown Flying Object Office (UFO). Sin embargo, antes de abordar el avión que me llevaría a la provincia de San Juan, en la Argentina, me notificaron que en apariencia se trataba de un Encuentro Cercano de Tercer Tipo y que la niña, al parecer, había llegado incluso a dialogar con los visitantes. Mi entrevista con Ana Julia Moreno, que puede leerse a continuación, es la misma que remití en su oportunidad al Superior Comando Estratégico de la Fuerza Aérea Norteamericana en aquella oportunidad, habiéndoseme permitido recién ahora darla a conocimiento debido a los obvios reparos de seguridad que dicho Comando se reserva).

JOHN P. ZAMECNIK

(Ana Julia Moreno, 9 años, camina por la habitación, frente a mí, sin prestarme demasiada atención. Es menuda para su edad y puede verse aún, en sus ojos oscuros, la impresión que le ha causado el Encuentro. No registra, en los contadores, rastros de radiación alguna y sólo presenta cerca de su codo derecho un extraño sarpullido rojizo que, según su madre, es un resabio de sarampión. Estamos solos y finalmente, la niña accede a sentarse frente a mí).

Zamecnik: Cuéntame por favor qué fue lo que viste.

Ana: Fue una gran bola de luz, amarilla. Brillaba.

Zamecnik: ¿Dónde estabas tú, cuando la viste?

Ana: Estaba en mi pieza, acostada en mi cama, jugando con una muñeca que se llama Frida.

Zamecnik: ¿Viste entonces esa cosa por la ventana?

Ana: No. Estaba en el pasillo.

Zamecnik: ¿En el pasillo?

Ana: Sí. En el pasillo que da a la cocina.

Zamecnik: ¿Cómo te diste cuenta de que estaba allí?

Ana: Por la luz. La puerta de mi pieza estaba abierta, y yo vi la luz. Una luz que venía por el pasillo y venía hacia mi pieza. Frida también la vio.

Zamecnik: ¿Es decir que la luz no estaba fuera de la casa sino dentro? ¿Estás segura de eso?

Ana: Sí.

(En los miles de testimonios recogidos, éste es el primero en que se registra un contacto dentro de un recinto cerrado).

Zamecnik: ¿Entonces?

Ana: Yo me quedé sentada en la cama y vi que esa luz venía por el pasillo y se acercaba a la puerta. Era una luz muy fuerte. Entonces la puerta se empezó a abrir, sola. Y yo vi la luz. Frida también la vio.

Zamecnik: ¿Estás segura de que nadie abrió la puerta? ¿Que se abrió sola?

Ana: Sí. Segura. Nadie abrió la puerta. Se abrió sola. Frida también la vio.

(Este dato es reiterativo en casi todos los testimonios. Objetos que se mueven y desplazan bajo una fuerza invisible y extraña. Energía emanada del Objeto, sin duda).

Zamecnik: ¿Estabas sola en tu casa?

Ana: No. Mamá estaba en la pieza de arriba y la abuela también.

Zamecnik: ¿No tienes animalitos?

Ana: Sí. Un perro.

Zamecnik: ¿Y no notaste en él, antes de la aparición de la luz, algún comportamiento extraño, algún nerviosismo?

Ana: No.

Zamecnik: ¿No lo notaste?

Ana: No. No sé. Porque el perro lo tenemos en la casa de mi tía. En Buenos Aires.

Zamecnik: Ajá. Estábamos en que viste la luz y la puerta que se abría… ¿No tuviste miedo?

Ana: No. La luz no me da miedo. La oscuridad me da miedo.

Zamecnik: Perfecto. ¿Qué pasó entonces?

Ana: La puerta se abrió. Y entró una cosa de luz, así (hace gestos con los brazos, escenificando una forma oval), muy brillante.

Zamecnik: ¿Hacía ruido?

Ana: No… Hacía un ruido como quien anda en chancletas (calzado doméstico de la región), pero muy despacio.

Zamecnik: ¿No hacía ruido como si fuera una máquina? ¿Una licuadora? ¿Un lavarropas?

Ana: No. No. Como una licuadora, no. Y como un lavarropas, podría ser…

Zamecnik: ¿Te parece?

Ana: No sé. No tenemos lavarropas.

Zamecnik: ¿Se movía velozmente, o despacio?

Ana: Despacio. Casi no se movía.

Zamecnik: ¿Tenía forma de bola, o de cigarro, o de qué?

Ana: Era una cosa alta, más alta que usted (Mi estatura es de 1,84 m.) y flotaba en el aire. No tocaba el suelo.

Zamecnik: ¿Qué más?

Ana: Al principio yo casi que no podía mirarla porque el brillo me hacía mal a los ojos. Pero después el brillo se fue apagando un poco. Y fue apareciendo una forma de persona.

Zamecnik: ¿Una forma de persona?

Ana: Sí. Esa luz se fue convirtiendo en una persona. Era una persona alta, delgada, y seguía despidiendo luz para todos lados. Era medio transparente. (Otro dato novedoso. En los pocos casos de Encuentros Cercanos no se registran relatos de total transparencia en estos seres). Tenía barba y un bastón en la mano.

Zamecnik: ¿Estás segura de que era un bastón?

Ana: Sí. Creo que sí. Lo usaba para apoyarse. (Referencia coincidente con otras que hablan de propaladores de rayos gama).

Zamecnik: ¿Qué más tenía? ¿Cómo iba vestido?

Ana: Con una cosa larga, parecida a un camisón. Larga hasta los pies. Y tenía una cosa luminosa que le cubría la cabeza (Clara referencia a una escafandra).

Zamecnik: ¿Eso lo pudiste ver con absoluta claridad?

Ana: ¿No le digo que era todo luz? Frida también lo vio.

Zamecnik: ¿Y tú que hiciste?

Ana: Yo me quedé muy quieta. No me podía mover. (Otro dato coincidente. Inmovilidad total del testigo, inmerso en un cono de energía paralizante).

Zamecnik: ¿No recuerdas nada más de ese ser?

Ana: Tenía atrás como un par de alas. (Notoria referencia a propulsores individuales)

Zamecnik: ¿Es cierto que pudiste comunicarte con él?

Ana: Él fue quien me habló. Pero no abría la boca. Yo escuchaba su voz pero él no abría la boca. (Coincidencia absoluta con otros testimonios. Lenguaje transmitido por ondas magnéticas).

Zamecnik: ¿Qué te dijo?

Ana: «Soy San Francisco de Asís. Tendrás un cuís y le pondrás Garufa». (Frase totalmente críptica. A consideración y estudio de ese Comando).

Zamecnik: ¿Estás segura de que escuchaste eso?

Ana: Sí. Frida también lo escuchó.

Zamecnik: ¿Podrías repetirlo?

Ana: Me dijo: «Soy San Francisco de Asís. Tendrás un cuís y le pondrás Garufa». (Cuís: tipo de cobayo o conejillo de Indias de la zona. Tangencial referencia a áreas de experimentación. Son animalitos muy empleados para pruebas de laboratorio. Es la única conclusión que por el momento saco).

Zamecnik: ¿Fue todo lo que te dijo?

Ana: Eso fue todo.

Zamecnik: ¿Qué pasó luego?

Ana: La luz que lo rodeaba se volvió a hacer fuerte, fuerte, hasta que el señor desapareció. Se hizo otra vez una bola de luz. Y se empezó a retirar. Salió de la pieza y se fue por el pasillo. La puerta se cerró sola.

Zamecnik: ¿Pudiste recuperar el movimiento, entonces?

Ana: Sí. (Analogía con otros casos, pero en éste el efecto paralizador ha tenido menor duración).

Zamecnik: ¿Y qué hiciste?

Ana: Subí las escaleras y le conté todo a mamá y a la abuela. Mamá empezó a los gritos y la abuela se desmayó. Mamá decía que era un milagro y la abuela, cuando se le pasó el desmayo, decía que había sido San Francisco de Asís haciendo una promoción.

Zamecnik: ¿Luego de ese contacto, has tenido algún problema de salud, alguna perturbación nerviosa?

Ana: No. Ha venido mucha gente a verme. Me regalan cosas. Vienen muchas viejas y rezan. Lo único que me quedó fue un ardor fuerte en esta mejilla (se toca la mejilla izquierda. Lógica consecuencia de las radiaciones). Mi papá me pegó un bife cuando le conté lo del cuís. Me dijo que ni loco iba a permitir uno de esos bichos en la casa. Pero mi mamá y la abuela casi lo matan porque dicen que si lo dijo San Francisco es así.

Zamecnik: ¿Has contado a mucha gente este suceso?

Ana: No. A muchos no. Estoy cansada.

Zamecnik: Procura que no lo sepa mucha gente. Adiós y gracias por todo.