En términos humanos, el mundo de los cables submarinos es íntimo, y fueron muchas las personas que compartieron generosamente sus conocimientos y me abrieron sus instalaciones. En Global Crossing —hoy Level 3— Kate Rankin defendió mi interés ante sus colegas, que en conjunto pasaron varios días respondiendo a mis preguntas. En Rochester, Jim Watts, Mary Hughson, Louis LaPack, Mike Duell y Nels Thompson me facilitaron información general. Y en Cornualles, Jol Paling compartió conmigo esa hermosa porción del mundo. El Porthcurno Telegraph Museum es una fuente de incalculable valor para la historia de los cables submarinos; el archivista Alan Renton se convirtió en mi amigo en el valle. En Hibernia Atlantic, Bjarni Thorvardarson me dio la bienvenida, y Tom Burfitt me ofreció una gran visita guiada. En Tata Communications, Simon Cooper me lo permitió todo, en especial la ocasión de observar cómo llegaba un cable hasta la playa: sus colegas Janice Goveas, Paul Wilkinson, Rui Carrilho y Anisha Sharma lo hicieron posible. En TE Subcom, Courtney McDaniel organizó unas visitas fascinantes y altamente informativas con Neal Bargano en Eatontown y con Colin Young en Newington. Y todas y cada una de las palabras escritas sobre esta cuestión están en deuda con el artículo épico que en 1996 Neal Stephenson escribió para Wired, «Mother Earth Mother Board», disponible en http://www.wired.com/wired/archive/4.12/ffglass.html