Dominar el dominó

El dominó por parejas, aunque no alcance el nivel de sutileza y complejidad del bridge, es un juego apasionante que requiere no poca perspicacia y concentración, por lo que no es extraño que cuente con tantos adeptos.

Las siguientes páginas te permitirán, la próxima vez que alguien saque la tradicional cajita de madera de tapa deslizante con las veintiocho fichas para proponer unas manos, lucir tu dominio del dominó (antes, después o en vez de la partida, si no te sientes muy seguro como jugador), con una serie de trucos y pasatiempos que ni siquiera los jugadores habituales suelen conocer.

Si, además, quieres dártelas de erudito, no tienes más que designar algunas de las fichas con sus poéticos nombres chinos (el dominó, como casi todo, ya era conocido en China varios siglos antes de que se empezara a jugar en Europa); así, el seis doble es «el cielo», el uno doble (o pito doble, para los viciosos) es «la tierra», el cinco doble es «la flor de ciruelo», el seis-cinco es «la cabeza de tigre»…