Cualquiera puede hacer maravillas con el dinero, siempre que disponga de la cantidad suficiente; pero tú serás capaz de hacerlas con un único billete de mil, cuyas cualidades ocultas (amén de las obvias) te garantizarán la rendida atención de los concurrentes.
Pues si ya las monedas resultan altamente sugestivas, ¿qué decir de esos suaves billetes verdes como la esperanza y como ella huidizos?
Bueno, de entrada se puede decir de un billete de mil que es un tatami o dominó (ver capítulo «Dominar el dominó») de papel, de unos 7 por 14 centímetros y aproximadamente una décima de milímetro de grosor y un gramo de peso. Por eso a un millón de pesetas se lo suele llamar cariñosamente «un kilo»: porque eso es precisamente lo que pesan mil billetes de mil (he aquí un dato trivial que, sin embargo, mucha gente desconoce y que puede servir como introducción a los juegos con billetes que aprenderás en las próximas páginas).
Un consejo: no hagas estos trucos con cualquier clase de público, y sobre todo elige con cuidado a tus víctimas… Hay personas que se ponen muy nerviosas cuando entra en juego el papel moneda…