Ya me perdonarás, amable lector, el titulillo en pareados trisílabos, pero al pensar en las cerillas se me inflama la inspiración poética.
Y es que las cerillas son objetos fascinantes, y no sólo para los niños y los pirómanos: además de utilísimas (y peligrosísimas) generadoras de fuego, son pequeños módulos lineales siempre al alcance de la mano, con los que realizar todo tipo de juegos y figuras (los palillos o mondadientes también sirven, pero tienen menos morbo y además están cayendo en desuso).
No es extraño que las cerillas se vengan utilizando tradicionalmente para plantear todo tipo de trucos, acertijos y problemas lógico-geométricos que un ingenioso que se precie no puede ignorar. Algunos de los que siguen son muy conocidos (auténticos clásicos), otros no tanto, y todos ellos te pueden hacer pasar dos ratos agradables: el primero al intentar resolverlos, y el segundo al divertir, asombrar o burlar con ellos a amigos y enemigos.