Los tres exploradores emprenden el camino juntos, con cuatro raciones de víveres cada uno. Tras un día de marcha les quedarán tres raciones por cabeza; uno de los exploradores entrega dos de sus raciones a sus compañeros —una a cada uno— y con la que le queda regresa al campamento. Los otros dos siguen, y al cabo del segundo día estarán de nuevo con tres raciones por cabeza; uno le entrega una ración al otro y con las dos que le quedan regresa al campamento, del que ahora se halla a dos jornadas. Con cuatro raciones, el último explorador puede recorrer las cuatro jornadas de marcha restantes, y tiene día y medio (pues la séptima ración del campamento se la reparten los otros dos) para ir en auxilio de sus compañeros con algún medio de transporte.
Moraleja: Es tarea de la mente racionar racionalmente.