Hay un caso en el que el adivino no se pasa de listo: si el que paga le entrega dos billetes (o monedas) de 500 pesetas, pues entonces es obvio que quiere más de dos entradas (y tres como máximo, pues no hay nadie más que ellos), ya que de lo contrario hubiera entregado sólo un billete (o moneda).
Moraleja: Nunca des por supuesto nada que no se desprenda necesariamente del enunciado.