La dificultad de muchos problemas de ingenio estriba en el hecho de que, inconscientemente, nos imponemos más condiciones de las que en realidad hay en el enunciado. En éste de los nueve puntos, un verdadero clásico en su género, la condición innecesaria que muchos se imponen es la de que todos los vértices de la línea quebrada que ha de unir los puntos coincidan con algunos de éstos, y de este modo el problema no tiene solución. Sin embargo, prescindiendo de esta autolimitación arbitraria, no es difícil hallar la solución:
Moraleja: No te pongas más obstáculos de los que ya te pone la vida.