Tres amigos se pasean por una feria y de pronto ven un barracón desierto y silencioso en el que un gran cartel multicolor anuncia a un adivino con turbante. La entrada vale doscientas pesetas.
—Vamos a entrar ahí —propone uno de ellos—. Al menos no tendremos que hacer cola.
Los otros están de acuerdo, así que se acercan a la taquilla y el que ha hecho la propuesta saca mil pesetas y se las da al cobrador, que no es otro que el adivino anunciado en el cartel. Antes de que el cliente pueda decir nada, el adivino le da tres entradas y las cuatrocientas pesetas de vuelta.
¿Cómo sabe el adivino que los tres van juntos y, lo que es más, que el que le ha dado las mil pesetas pensaba pagar por sus dos compañeros? ¿Es correcta su deducción o se ha pasado de listo (mejor dicho, de adivino)?