Vaciar la copa en diez segundos

Empieza diciendo, en un bar o una tertulia de amigos, que en realidad beber es una tarea más lenta de lo que parece. Si se te da bien la oratoria seudocientífica, suelta un pequeño rollo sobre el mecanismo de la deglución, la delicada tarea de la epiglotis, etcétera, y si alguien se muestra incrédulo, apuéstale algo a que no vacía su copa en diez segundos. Si acepta, encarga a un testigo imparcial que cronometre. Cuatro o cinco segundos son más que suficientes para vaciar una copa, y tu víctima tardará eso, o probablemente menos aún, ya que intentará beber lo más rápido posible. Cuando termine le dices con toda naturalidad que ha perdido la apuesta, puesto que tenía que tardar diez segundos en apurar su copa y lo ha hecho en menos de lo estipulado.