Si eres muy osado, puedes plantear este truco como un «más difícil todavía» después del de la copa bajo el sombrero. Si tu víctima te supera en estatura, es mejor que lo reserves para otra ocasión.
Apuesta veinte duros, poniendo ruidosamente la moneda sobre la barra del bar, a que te bebes la copa de tu víctima sin tocarla en absoluto (o a la vez que cantas La Traviata, o dando un triple salto mortal: lo que quieras). Si la víctima acepta, bébete la copa tranquilamente, cogiéndola de la forma habitual y sin cantar ni hacer nada de lo que has dicho; el otro te dirá que no has cumplido, tú lo admites y le das los veinte duros.
Huelga señalar que esta apuesta sólo tiene sentido cuando te apetece tomarte la copa y ésta vale más de veinte duros.