Este truco es muy adecuado para hacerlo a continuación de otros de inversión de vasos llenos, pues tus víctimas pensarán que se basa en algún recurso similar y puede que lleven a cabo divertidos (y catastróficos) intentos con bolsitas de plástico, posavasos, etc.
Desafía a los presentes a poner un vaso lleno de agua boca abajo sobre otro también lleno, acoplando sus bocas para formar un único recipiente, como se ve en la figura.
Cuando todos hayan desistido, llenas de agua una pileta o lavabo, sumerges ambos vasos en el agua y, antes de sacarlos, juntas sus bocas (naturalmente, los vasos han de ser iguales, para que sus bocas ajusten perfectamente). Manteniéndolos firmemente unidos, los sacas del agua y los depositas sobre una mesa, sin derramar ni una gota.