Este truco, aunque también puede servir para ganar una apuesta, tiene por objeto abochornar a alguien (especialmente al dueño de un bar), por lo que te recomiendo, osado lector, que no lo hagas si no tienes mucha confianza con la víctima (o muchas ganas de recibir una bofetada).
Bebe un buen sorbo de tu vaso de vino blanco o cerveza (tiene que ser una bebida de color claro), como para que el cuarto superior del vaso quede vacío, y, poniendo cara de catador profesional, di que el vino (o la cerveza) está aguado. Para demostrarlo, coge un vaso vacío cuya boca sea algo más pequeña que la del tuyo, e introdúcelo boca abajo en el vino. La fina película de vino (o cerveza) que se formará entre ambos vasos parecerá agua sucia.
Puedes acompañar el experimento de alguna explicación seudocientífica sobre la tensión superficial del agua, que la hace separarse de la cerveza (o el vino) por capilaridad, etc. A no ser que veas que el dueño del bar empieza a arremangarse la camisa, en cuyo caso es mejor que te apresures a decir que se trata de un simple efecto óptico.