Por ejemplo, a alguien que está bebiendo demasiado.
Pídele que apoye ambas manos sobre una mesa o sobre la barra del bar, con las palmas hacia abajo, ponle sobre el dorso de cada mano un vaso lleno (de cerveza, vino o cualquier otra bebida, pero no de agua) y dile que se libre sin ayuda ajena y sin derramar el contenido de los vasos (el respeto de los bebedores por el contenido de un vaso, cuando es alcohólico, hará casi innecesaria esta segunda condición). Se puede quedar así hasta que cierren el bar.
Si la víctima aún conserva el sentido del equilibrio, no es necesario que apoye las manos: le pides que las extienda con las palmas hacia abajo y le plantas un vaso sobre el dorso de cada mano, como si llevara una bandeja invisible. Es aún más divertido.