Como llenar un vaso boca abajo

Es un típico truco de sobremesa, más viejo que la tos, pero de gran efecto.

En el momento en que alguien está escanciando agua en un vaso, comentas que con el vaso boca arriba es muy fácil y le desafías a hacerlo con el vaso boca abajo. Te dirán que es imposible, y tú demostrarás lo contrario (por el simple placer del lucimiento personal o tras apostar algo) del siguiente modo:

Pones medio centímetro de agua en un plato y en medio «plantas» una cerilla de modo que la cabeza sobresalga sin mojarse. Si es una cerilla etimológicamente coherente, es decir, con el rabo de papel encerado, es muy fácil doblarlo para convertirlo en un soporte adecuado. Si el rabo es de madera, quebrándolo con cuidado en dos puntos y en direcciones perpendiculares, también lo conseguirás sin dificultad. Una vez plantada la cerilla, la enciendes con otra y rápidamente la cubres con un vaso vacío, dejándolo boca abajo sobre él plato con agua. Al consumir el oxígeno del aire que hay dentro del vaso, la cerilla crea un vacío parcial con la consiguiente disminución de la presión, por lo que la mayor presión atmosférica del exterior «empujará» el agua del plato dentro del vaso, con gran estupor de quienes no estén familiarizados con el tema.