Este sencillo truco puede servirte como introducción para otros pasatiempos con vasos, o como tarjeta de visita en una reunión en la que pienses ejercer de ingenioso y presunto violador de las leyes (de la física).
Tapa la boca de tu vaso lleno (no hace falta que esté lleno del todo) con un posavasos, preferentemente plastificado, apoya la palma de la mano sobre éste y voltea el vaso con rapidez. Puedes retirar la mano sin miedo: la presión atmosférica impedirá que caiga el posavasos y se derrame el líquido. Puedes pasearte así, tranquilamente, con tu vaso invertido. Incluso puede que te sirva para ligar…