El dinero no ocupa lugar

Tras hacer esta sorprendente afirmación, invita a alguien a que llene del todo un vaso de agua. Acto seguido pregunta cuántas monedas creen los presentes que pueden meterse en el vaso lleno sin que el agua rebose. No es probable que alguien piense que sea posible meter más de diez monedas pequeñas (de una peseta, por ejemplo) sin mojar la mesa. Apuesta por lo contrario, o propón que te den todas las monedas que seas capaz de meter en el vaso sin derramar agua.

Por increíble que parezca, en un vaso de tamaño normal lleno de agua se pueden meter unas cincuenta monedas de una peseta sin que rebose. La explicación está en la tensión superficial del agua, que hace que su superficie tome una forma convexa, por lo que llega a sobresalir del borde del vaso una cantidad no despreciable de líquido antes de derramarse.

Para lograr meter el mayor número de monedas has de introducirlas en el agua muy cerca del borde del vaso y sin tocar con los dedos la superficie líquida, para no romper la «membrana» formada por la tensión superficial.