Nada que ver con el típico caso del cristiano que se convierte en marxista: la estrella es de cuatro puntas.
Rompe por la mitad cuatro cerillas de madera, pero evitando que las dos mitades queden separadas del todo. Disponlas sobre una superficie lisa en ángulo recto, formando una cruz como se indica en la figura, y apuesta a que puedes convertir la cruz en una estrella sin tocar las cerillas.
Para conseguirlo no tienes más que dejar caer unas gotas de agua o cualquier otro líquido en el centro de la cruz: al humedecerse, la madera tenderá a adoptar su forma original y los extremos de las cerillas se juntarán, formando las puntas de una estrella.