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NINGUNA de las teorías sobre la esencia del comunismo contemporáneo trata el tema exhaustivamente. Ni esta teoría pretende hacerlo. El comunismo contemporáneo es el fruto de una serie de causas históricas, económicas, políticas, ideológicas, nacionales e internacionales. Una teoría categórica sobre su esencia no puede ser enteramente exacta.

La esencia del comunismo contemporáneo ni siquiera podía ser percibida hasta que, en el curso de su evolución, se pusiera de manifiesto en sus mismas entrañas. Ese momento llegó, y sólo podía llegar, porque el comunismo entró en una fase particular de su evolución: la de su madurez. Entonces se hizo posible descubrir la naturaleza de su poder, su propiedad y su ideología. En el tiempo en que el comunismo se desarrollaba y era predominantemente una ideología era casi imposible ver a través de él completamente.

Así como otras verdades son la obra de muchos autores, países y movimientos, así también lo es el comunismo contemporáneo. Éste se ha ido revelando poco a poco, más o menos paralelamente con su evolución; no se lo puede considerar como algo definitivo, pues no ha terminado su evolución.

La mayoría de las teorías con respecto al comunismo contienen, no obstante, algo cierto. Cada una de ellas ha captado uno de sus aspectos o un aspecto de su esencia.

Dos son las tesis fundamentales con respecto a la esencia del comunismo contemporáneo.

La primera de ellas sostiene que es una especie de religión nueva. Ya hemos visto que no es una religión ni una iglesia, a pesar de que contiene elementos de ambas.

La segunda tesis considera al comunismo como socialismo revolucionario, es decir como algo nacido de la industria moderna, o del capitalismo, y del proletariado y sus necesidades. Hemos visto que también esta tesis es sólo parcialmente exacta: el comunismo contemporáneo se inició en países muy avanzados como una ideología socialista y una reacción contra los sufrimientos de las masas trabajadoras en la revolución industrial. Pero después de haber llegado al poder en zonas poco desarrolladas se convirtió en algo enteramente distinto: en un sistema de explotación contrario a la mayoría de los intereses del proletariado mismo.

También se ha expuesto la tesis de que el comunismo contemporáneo es sólo una forma contemporánea de despotismo que crean los hombres tan pronto como se apoderan del poder. La naturaleza de la economía moderna, que en todos los casos requiere una administración centralizada, ha hecho que ese despotismo sea absoluto. También esta tesis contiene algo de verdad: el comunismo moderno es un despotismo moderno que no puede menos de aspirar al totalitarismo. Sin embargo, no todos los tipos de despotismo moderno son variantes del comunismo, ni son totalitarios en el grado en que lo es el comunismo.

Por lo tanto, cualquiera que sea la tesis que examinemos, vemos que esa tesis explica un aspecto del comunismo, o sea una parte de la verdad, pero no toda la verdad.

Tampoco puede ser aceptada como completa mi teoría sobre la esencia del comunismo. Esta es, de todos modos, la debilidad de cualquier definición, sobre todo cuando se quiere definir cosas tan complejas y vivas como los fenómenos sociales.

No obstante, es posible hablar de la manera teórica más abstracta sobre la esencia del comunismo contemporáneo, sobre lo que es más esencial en él y lo que impregna todas sus manifestaciones e inspira toda su actividad. Es posible penetrar más profundamente en su esencia, elucidar sus aspectos; pero la esencia misma ya ha quedado expuesta.

El comunismo, e igualmente su esencia, cambia constantemente de una forma a otra. Sin ese cambio no puede existir. En consecuencia, esos cambios exigen un examen continuo y un estudio más profundo de la verdad ya evidente.

La esencia del comunismo contemporáneo es el producto de condiciones particulares, históricas y de otras clases. Pero tan pronto como el comunismo se hace fuerte la esencia misma se convierte en un factor y crea las condiciones para su existencia continuada. Por lo tanto es evidente la necesidad de examinar la esencia por separado de acuerdo con la forma y las condiciones en que aparece y opera en un momento determinado.