CAPÍTULO IX
Unidad Editorial

Unidad Editorial nace como resultado de la fusión de Grupo Recoletos y Unedisa en 2007. El grupo está presidido por la historiadora y académica Carmen Iglesias, quien fue tutora de la infanta Cristina en 1984 y después preceptora de Felipe de Borbón.

Medios impresos

Diarios

El Mundo, Expansión, Estadio Deportivo (diario deportivo andaluz en copropiedad con Prensa Ibérica), Diario Médico y Gaceta Universitaria.

Revistas y semanarios

Metrópoli, Magazine y El Cultural, suplementos del diario El Mundo.

Fuera de serie, suplemento del diario Expansión.

Telva y Yo Dona, dedicados a la mujer y que también se distribuyen con El Mundo.

Actualidad Económica, revista económica.

Descubrir el Arte y La Aventura de la Historia, revistas culturales.

MarcaMotor y Golf Digest, revistas deportivas[311].

Xbox, de videojuegos.

Correo Farmacéutico.

Además posee las editoriales españolas La esfera de los libros y Sieteleguas.

Audiovisual

Radio Marca (deportiva).

Unión Liberal de Radio, de la que es socio al 45 por 100, junto con Libertad Digital (55 por 100). Posee una frecuencia en la Comunidad de Madrid, concedida por Esperanza Aguirre, por la cual emitirá la radio de Libertad Digital, esRadio, que comenzó a emitir en septiembre de 2009.

Veo TV. Una de las empresas concesionarias de una licencia nacional de TDT terrestre. Opera dos canales (Veo7 y AXN) y un tercero, calificado de servicio adicional, llamado Tienda en Veo.

En Veo7 tiene un acuerdo con Libertad Digital para emitir la tertulia de Jiménez Losantos de su programa esRadio.

AXN, aunque con licencia de Unidad Editorial, era propiedad de Sony Entertainment Television (SET). En mayo de 2010 un acuerdo entre Mediapro, Unidad Editorial y SET permitió que AXN se sumara a la plataforma de TDT de pago impulsada por Mediapro.

Entre sus medios locales, se encuentra el canal EM2 para Madrid.

El grupo también cuenta con la productora El Mundo TV, encargada de los programas de investigación y de perfil más periodístico; Mundo Ficción, destinada a realizar los proyectos de ficción; y EM3, dedicada a desarrollar programas de entretenimiento.

Fuera de España

La salida del Grupo Pearson y la compra por los italianos de RCS supuso abandonar la participación en medios extranjeros. Lo que no quiere decir que la casa matriz RCS no los tenga, como veremos más adelante.

En Chile. Hasta 2005 fue copropietario de Ediciones Financieras, la empresa que edita El Diario Financiero, el primer periódico de información económica en Chile.

En Argentina. Hasta 2006 fue propietario de Sadei, S.A., sociedad editora de El Cronista, diario de empresas, economía y finanzas; y de Mind Opener, S.A., sociedad también argentina, que edita tres revistas especializadas en diferentes ámbitos del mundo empresarial y económico.

En Portugal. En junio de 2008 vendió a un fondo de inversiones la editora lusa Económica SGPS, que publicaba el periódico Diario Económico y la revista Semanario Económico.

Participación en otras empresas y acuerdos con otros grupos

En mayo de 2006 Veo TV firma un acuerdo de licencia de contenidos con Sony Pictures Television International (SPTI) cuyo resultado fue Sony Entertainment Television en Veo. Después pasó a llamarse AXN y, como ya señalamos anteriormente, se sumó a la plataforma de TDT de pago impulsada por Mediapro.

Nexum, empresa participada al 50 por 100 entre El Mundo TV y Europa Press.

Tesamun, una sociedad entre las productoras Tesauro y El Mundo TV destinada a producir formatos de ficción.

Unidad Editorial colabora con TRACOR, el Instituto de las Artes de la Comunicación, y su área de Conferencias y Formación a través de las empresas de su división audiovisual El Mundo TV y Veo7, en la impartición de dos programas de posgrado: el Máster en Producción de Televisión y el Máster en Reporterismo e Investigación en Televisión.

Historia

Como señalábamos al inicio, Unidad Editorial es el fruto de la fusión del Grupo Recoletos y Unedisa[312]. Veamos la evolución de ambas entidades.

Recoletos

Los orígenes del Grupo Recoletos se remontan a 1977 cuando un grupo de periodistas, formado por J. M. García-Hoz, A. Juan Kindelán, L. Infante y Juan Pablo de Villanueva, crearon diversas empresas para comprar las publicaciones Actualidad Económica, Telva, Marca y Expansión. En 1988 se asocian al grupo británico Pearson, propietario de Financial Times. Seguidamente, a principios de los noventa, crean la sociedad Pool de Medios, S.A. para impulsar el desarrollo de prensa gratuita como Gaceta Universitaria o Diario Médico, en 1992. Ese año se fusionan todas las empresas editoras y nace Recoletos Compañía Editorial, S.A. En principio el grupo original de españoles poseía el 58 por 100, Pearson el 25 por 100 y el Grupo Correo el 17 por 100, pero Pearson acaba comprando las acciones del Grupo Correo y parte de las que poseen los accionistas promotores. En 1994, Pearson posee el 56,72 por 100 de las acciones de Recoletos.

En 1996 adquiere el 15 por 100 del capital social de Ediciones Financieras, sociedad chilena editora de El Diario Financiero, posteriormente llegaría al 86 por 100 de las acciones.

En 1997 Recoletos entra en Vía Digital, plataforma de televisión digital por satélite.

Al año siguiente Telefónica invierte en el grupo quedando el accionariado de la siguiente forma: 76 por 100 Pearson, 20 por 100 Telefónica, 4 por 100 socios fundadores. Al mismo tiempo, Recoletos adquiere el 10 por 100 de las acciones de Antena 3 TV. En estas fechas inicia las emisiones de Expansión TV, canal de televisión de información económica.

A finales de 1998 la empresa adquiere el 30 por 100 de Unedisa, sociedad editora del periódico El Mundo, participación de la que se deshará en 2003. Pearson compra a Telefónica su participación del 20 por 100.

Recoletos cederá a RTL Group sus participaciones del 10 por 100 y el 5 por 100 en Antena 3 TV y Vía Digital, respectivamente, a cambio del 1,8 por 100 del capital social de RTL. Obtiene una licencia de televisión digital a través del consorcio Veo TV.

A principios de 2001 nacen Radio Marca Madrid y Radio Marca Valencia.

En diciembre de 2004 Pearson dejó definitivamente el holding debido a la pérdida de lectores de Expansión y la futura aparición de 20 Negocios (periódico económico gratuito), unido a las diferencias editoriales ya que el periódico Expansión se alejaba cada vez más de la línea del Financial Times. Vende su participación mayoritaria al consorcio español Retos Cartera —formado por directivos del grupo junto a otros inversores individuales y Banesto, con un 28,6 por 100 de la sociedad.

En 2007 RTL compra el 100 por 100 de Recoletos. En ese momento, según comunicó a la CNMV, estaba participado por el fondo de capital riesgo Providence, con un 25,50 por 100; Financial Retos Partners (23,18 por 100); Solter Investments (12,5 por 100); el equipo gestor (12 por 100); sociedades asesoradas por Mercapital (7,5 por 100); Kutxa (5 por 100); Caja Navarra (5 por 100); Investindustrial (5 por 100); Sociedad de Administración de Valores Mobiliarios (2,32 por 100); y Banesto (2 por 100)[313].

Unedisa

Unedisa aportó al Grupo Unidad Editorial el diario El Mundo, la publicación femenina Yo Dona, las revistas Descubrir el Arte y La Aventura de la Historia, el Canal Mundo Producciones Audiovisuales y la editorial La esfera de los libros.

La empresa se constituyó en 1989, después de que Pedro J. Ramírez y Alfonso de Salas fueran destituidos de sus puestos en el Grupo 16, según denunciaron, por motivos políticos debido a sus investigaciones críticas contra el Gobierno de Felipe González. El 23 de octubre de ese año sale a la calle el gran proyecto de Unedisa, el diario El Mundo. Los responsables intentaban presentar el proyecto como colectivo y participativo. Afirmaban que «el capital del periódico está fragmentado en participaciones inferiores al 10 por 100, distribuidas entre más de 400 accionistas (buena parte de ellos empleados de la propia empresa)»[314]. Roberto Montoya, hoy ya fuera del periódico, fue responsable de Internacional, afirma que

El Mundo nunca fue algo parecido a una cooperativa. El banquero Mario Conde fue el primero o uno de los primeros accionistas. Los directivos, gente como Pedro J. Ramírez, Alfonso de Salas (en la parte económica), J. Fernández, Alfonso Rojo y el resto de fundadores, tenían un paquete de acciones y ofrecieron a los curritos comprar participaciones, pudiendo pagarlas de sus propias nóminas, pero los trabajadores nunca tuvieron un porcentaje significativo. Jamás hubo espíritu de cooperativa, ni a nivel de las decisiones económicas ni a nivel de la línea editorial ni nada de nada[315].

En 1991, el grupo italiano Rizzoli-Corriere della Sera (RCS) adquiere el 45 por 100 del capital. Los directivos y profesionales acumulaban un 26 por 100 y Banesto (Mario Conde) un 4,5 por 100. Tal como alardeaban en el diario, «El Mundo se había convertido, entre tanto, en elemento determinante de la vida española como consecuencia de sus revelaciones sobre los casos Filesa, Ibercorp, GAL, Fondos Reservados o Cesid»[316]. El 28 de noviembre de 1998 El Mundo y el Grupo Recoletos establecen una gran alianza estratégica por la que Recoletos adquirió entre el 20 por 100 y el 30 por 100 del capital de Unidad Editorial y se adhirió al pacto entre el Grupo Rizzoli y los fundadores de El Mundo.

El periodista José Díaz Herrera cuenta en su libro Pedro J. Ramírez al desnudo, el pelotazo que algunos directivos del periódico hicieron en este periodo con los trasvases de accionariado. Conocedores los componentes del núcleo dirigente del diario del interés de Recoletos por comprar acciones de El Mundo, crearon una sociedad de inversiones con el objetivo de adquirir el pequeño paquete que tenían algunos de los profesionales al 200 por 100 de su valor nominal. Así lo cuenta Díaz Herrera:

Otros muchos periodistas ajenos al «chanchullo» que se traían entre manos Pedro J. Ramírez y Alfonso de Salas, cuya lista se haría interminable, se desprendieron de los títulos adquiridos en 1989 y 1991 para que «El Mundo fuera suyo». Endeudados hasta las cejas en algunas ocasiones para que nadie arrebatara a la sociedad el derecho a recibir información libre y pluralista, forzados a vender antes de tiempo porque nadie les informó de los «manejos» de sus jefes, su esfuerzo se convertía a partir de 1998/1999 en un negocio de cuatro espabilados[317].

En opinión de Díaz Herrera,

la compra de la participación de El Mundo por Recoletos escondía en realidad uno de los mayores «pelotazos» de la prensa española de los últimos años para unos pocos elegidos. Así, mientras una parte de la redacción vende anticipadamente sus títulos al 200 por ciento al carecer de información privilegiada, los «jefes» lo hacen al 520 por ciento y los superjefes, el núcleo duro, esperan al 2002 o 2003 y obtuvieron plusvalías de 1.900 por 100 e incluso más[318].

El Grupo Rizzoli mantendrá, con su participación del 45 por 100 en el capital de Unidad Editorial, su condición de principal accionista. Entre los negociadores del acuerdo se encontraba Cesare Romiti, recién nombrado presidente del Grupo Rizzoli, tras dejar la presidencia de Fiat. Según informó El Mundo, «Romiti se ha implicado personalmente en la negociación de los acuerdos dentro de su nueva etapa de activa dedicación a la empresa periodística»[319]. Dos años después, mientras seguía siendo presidente de Rizzoli, Cesare Romiti fue condenado en Italia, en firme, a once meses y diez días de prisión por «falsedad contable» relativa al periodo en el que fue directivo de la Fiat. La condena terminaría anulada gracias a las reformas legales introducidas por Berlusconi por las cuales la falsedad contable dejaba de ser delito.

Más tarde, en 2003, Recoletos vende a Rizzoli su 30 por 100 de acciones de Unedisa, lo que convertía a los italianos en propietarios del 87 por 100 de la editora de El Mundo. En esa época, algunos otros altos directivos del periódico pegaron otro «pelotazo» vendiendo sus acciones, ahora a los italianos. Por ejemplo, Pedro J. Ramírez se embolsó «entre 1999 y 2003 alrededor de 2.000 millones de pesetas por la venta de los títulos que le correspondían por la autocartera de Unidad Editorial y otros propios»[320]. Así lo explica Juan Carlos Escudier, uno de los periodistas de El Mundo que vendió sus acciones antes de que llegasen Recoletos y Rizzoli con el talonario:

Ramírez conoce, porque es un periodista de una pieza, que los accionistas italianos de su medio van a comprar en un plazo de meses acciones del periódico con una prima del 500 por 100. ¿Qué hace el avispado informador? Ofrece a algunos trabajadores de El Mundo, a través de una sociedad instrumental en la que figura él mismo, comprar esos mismos títulos al 200 por 100. La libertad de mercado es uno de los pilares de la libertad de expresión[321].

No fue Pedro J. el único que hizo negocio. Según revela José Díaz Herrera, Balbino Fraga —uno de los fundadores— vendió unas acciones que le costaron poco más de 79 millones de pesetas por 1.500 millones; y Juan González y Alfonso de Salas vendieron las suyas por dos mil millones[32].

Todo para los italianos

En febrero de 2007, la italiana RCS MediaGroup —controlada por un pacto sindicado de accionistas de bancos y grupos industriales— propietaria ya del 96 por 100 de Unedisa, compra el 100 por 100 del Grupo Recoletos por 1.100 millones de euros. Pocos meses después, en junio, la junta extraordinaria de las entidades aprobó la fusión de Unedisa y Recoletos, cuya sociedad resultante se denomina Unidad Editorial. Como consecuencia se produce la fusión por absorción de las sociedades Financial Retos Partners, S.A., Sociedad Unipersonal; Recoletos Grupo de Comunicación, S.A.; Novomedia, S.A., Sociedad Unipersonal; Global Danegeld, S.L., Sociedad Unipersonal; BOJ Media, S.L., Sociedad Unipersonal; Tu Salud Servicios Interactivos, S.L., Sociedad Unipersonal y Ediciones Reunitel, S.L., como sociedades absorbidas, y Unidad Editorial, S.A., como sociedad absorbente. Tras la fusión, el grupo procederá a aportar las distintas ramas de actividad a sociedades limitadas, de nueva constitución. Cuando culmine el proceso, colgarán directamente de la sociedad matriz —Unidad Editorial— cuatro filiales. Una de prensa diaria —El Mundo—, otra de prensa económica —Expansión—, una tercera de prensa deportiva —Marca— y la cuarta con las revistas del grupo. Esta última filial integrará a Actualidad Económica, Descubrir el Arte, La Aventura de la Historia, OKS, Sieteleguas, Golf Digest, Xbox, Magazine, Fuera de serie, Yo Dona y Telva. Además se crearán las correspondientes filiales de televisión y radio, internet, distribución e impresión[323].

Según el Registro Mercantil, en diciembre de 2007 los italianos de RCS MediaGroup quedan como propietarios del 96,43 por 100 de las acciones, dato que no aparece en la web de Unidad Editorial. Como accionista de una cantidad indeterminada se encuentra el empresario español Pedro Ballvé Laterno, presidente del Grupo Campofrío. Así se pueden entender las complacientes entrevistas que publicaban El Mundo en marzo de 2008[324] y Expansión en diciembre del mismo año[325], o informaciones del tipo «Ballvé da un golpe de mano en el mercado cárnico europeo», «Campofrío se convierte en el principal grupo de Europa y uno de los cinco mayores del mundo tras su fusión con el grupo Smithfield Foods»[326]. Otro accionista minoritario es Parques Reunidos de Madrid.

Es el momento de recordar lo que decía el editorial de El Mundo el día de su aparición, 23 de octubre de 1989:

El Mundo será en la práctica de sus lectores porque los trescientos accionistas que hemos construido su capital social lo hemos hecho concurrriendo a un proyecto cuyas reglas de juego están nítidamente definidas de cara a garantizar su independencia.

El Mundo no tiene «amo», y por eso jamás utilizará la información como elemento de trueque u objeto de compraventa en el turbio mercado de los favores políticos y económicos.

Ocho años después el resultado está en las antípodas de aquellas declaraciones. Un gran grupo empresarial extranjero es el dueño del periódico y los que iniciaron el proyecto se han forrado especulando con las acciones o se han visto obligados a vender. Veamos ahora quiénes son los «amos» de Unidad Editorial, ésos que decían en El Mundo que nunca tendrían.

Rizzoli-Corriere della Sera

RCS Group, en Italia, es editor de Corriere della Sera (el periódico más importante del país), La Gazzetta dello Sport y el gratuito City. También posee numerosas revistas, que en su web diferencia entre familiares, masculinas, femeninas y especializadas[327]. Cuenta con más de una docena de editoriales, entre las que destacan Bompiani, Rizzoli, Fabbri, Sonzogno y Adelphi, en España es propietario de La Esfera de los Libros. En televisión, al margen de Unidad Editorial, a través de la empresa Digicast posee cuatro canales temáticos especializados que distribuye en Italia a través de la plataforma Sky. Además, mediante Sailing Channel International, difunde en 25 países europeos con 50 plataformas de pago. En radio maneja, también en Italia, tres emisoras de ámbito nacional.

El origen de la editorial Rizzoli se remonta a 1927, cuando Angelo Rizzoli adquiere varias revistas italianas. Posteriormente publicaría varios semanarios y en 1974 compró a la familia Cespi la editorial Corriere della Sera. En 1983 algunos directivos de Rizzoli-Corriere della Sera (Angelo Rizzoli, nieto del fundador, y el administrador delegado Bruno Tassan Din) se vieron envueltos en el escándalo del Banco Ambrosiano y de la P2 (logia masónica italiana). Tras una grave crisis financiera, Angelo Rizzoli se ve obligado a vender la totalidad del grupo editorial a Gemina (holding perteneciente a la familia Agnelli) y a diferentes accionistas.

En la actualidad, entre los accionistas de RCS, según consta en la Commissione Nazionale per le Società e la Borsa de Italia, en el primer trimestre de 2010[328], aparecen las siguientes firmas, en su mayoría bancos y financieras: Mediobanca Spa (14,209), Giovanni Agnelli & C. Sapa (10,497), Efiparind BV (7,748), Rotelli Giuseppe (empresario de sanidad) (7,546), Premafin Finanziaria Spa Holding Di Partecipazioni (5,461), Della Valle Diego (zapatos) (5,499), Pirelli & C.Spa (5,166), Si.To. Financiere, S.A. (5,140), Edizione SRL (Benetton) (5,100), Intesa Sanpaolo Spa (5,065), Assicurazioni Generali Spa (3,957), Banco Popolare Società Cooperativa (3,634), Merloni Francesco (2,090), Sinpar Società di Investimenti e Partecipazioni Spa (2,060), Mercado (16,828). La mayoría de los accionistas de RCS se agrupan en el denominado Pacto de Sindicato que controla el 63,540 por 100 del accionariado. Repasemos el perfil de algunos de estos accionistas.

El principal es Mediabanca (14,209 por 100). Se trata del tercer grupo bancario italiano. Entre sus empresas se encuentran bancos en Suiza y Luxemburgo, países considerados hasta 2009 paraísos fiscales por la OCDE. Otra curiosidad es que Mediabanca comparte accionariado con otras empresas italianas que participan en grupos de comunicación competidores en España. Por ejemplo con DeAgostini en Lottomatica, el ente que maneja la lotería y otros juegos de azar en Italia. DeAgostini se alía en España con Planeta para crear Planeta-DeAgostini que gestiona medios como Antena 3 y el diario La Razón. Pero simultáneamente es dueña, a través de RCS, de El Mundo.

El 45 por 100 del accionariado de Mediabanca lo componen un colectivo de 55.000 accionistas estables, pero en su mayoría importantes empresas italianas, que conforman el «acuerdo de bloque» (accordo di blocco), que supone el accionariado estable del grupo. Entre ellas destaca Unicredit, con el 19,23 por 100 del citado bloque, que es el mayor banco de Italia con presencia en 22 países. El 55 por 100 del accionariado restante se considera «flotante»[329] (cotiza en Bolsa). El presidente del comité directivo de este bloque es Cesare Geronzi. El periodista de investigación Marco Travaglio explicó en 2007, en el programa estrella de la Rai Annozero, quién era Cesare Geronzi:

Fue amigo de los principales políticos italianos de todo el espectro ideológico. Podemos dudar de que algunos bancos, como algunos partidos políticos, seleccionen a sus dirigentes inspirándose en la película Sillas de montar calientes[330]. Por ejemplo, este zorro de Cesare Geronzi, que a los setenta y tres años es el amo del sistema financiero italiano y tiene una condena en primera instancia a veinte meses de prisión por la bancarrota de la inmobiliaria Italcase. Ha tenido dos condenas de inhabilitación y tiene cinco juicios por quiebra y hasta dos por usura. […] Tres de ellos se refieren al crac de Cirio y Parmalat […]. Creo que en Estados Unidos no le dejarían ni siquiera tocar un dólar ajeno, pero en Italia los juicios parecen un poco como el medicamento rejuvenecedor Gerovital, ayudan a prolongar la vida. Nos preguntaríamos: si se dice que este hombre es el patrón del capitalismo italiano, ¿por qué se habla tan poco de él? Precisamente porque es el patrón del capitalismo italiano, por eso se habla tan poco. Es verdad, como decía Craxi, que todos los zorros, tarde o temprano, terminan en la peletería. Pero el problema es, ¿y si la peletería la gestiona el zorro?

Una premisa. Geronzi es absolutamente inocente hasta la sentencia final, aquí no estamos hablando de cuestiones penales, la cuestión es más bien, ¿cuál sería el banco que pondría en la ventanilla o en la caja a una persona que tiene siete juicios por bancarrota o por usura? De hecho, no es el caso, Geronzi no está en la caja, es el presidente.

Este verano ha sido nombrado presidente del comité de vigilancia de Mediobanca, prácticamente el zorro cuidando el gallinero. A través de Mediobanca, Geronzi controla una buena porción del Corriere della Sera, Generali, Telecom —que tiene también un canal de televisión, La 7— y ahora deja entrar en el grupo dominante de Mediobanca a Berlusconi[331].

Cesare Geronzi demandó por difamación a Marco Travaglio por estas declaraciones. Sin embargo, en diciembre de 2009, la justicia italiana decretó el archivo de la causa. Geronzi entró en marzo de 2010 a formar parte del consejo de administración de RCS.

Como señalaba Travaglio, una curiosidad es que dentro de Mediobanca también se encuentra Berlusconi a través de su empresa Fininvest, incluso su hija, Marina Berlusconi, entró en el consejo de administración de Mediabanca en septiembre de 2008[332]. Una vez más tenemos a los mismos propietarios italianos en una empresa de comunicación española y en su competidora, recordemos que Berlusconi es el propietario en España de Telecinco, y posteriormente de Cuatro. No parece que los principios neoliberales de competencia empresarial puedan aplicarse en el panorama mediático español porque encontramos a los mismos dueños en todos los grupos.

Pero sigamos con los accionistas de RCS. El siguiente en importancia es Agnelli (10,497 por 100), dueño de la automovilística Fiat, y también de industria pesada, como armamento, con lo cual es el dueño del principal complejo industrial de Italia. Agnelli se desenvolvió económica y políticamente bien con la dictadura de Mussolini y con la democracia posterior. Fue durante el fascismo cuando Agnelli fabricó aviones de guerra con los que se bombardearon, por ejemplo, objetivos civiles en colaboración con las tropas franquistas en la Guerra Civil Española. Entre ellos, se encontraban los Fiat CR.32, que formaron el núcleo central de la Aviación Legionaria, cuerpo expedicionario italiano que participó en apoyo al bando nacional. Algo más de 400 aparatos se utilizaron en la guerra desde agosto de 1936. Los CR.32 integrarían diversas escuadras italianas, así como unidades españolas del ejército franquista. Una de las masacres que perpetraron los aviones de Agnelli fue el 2 de abril de 1936 cuando la población civil y el casco urbano de Durango fueron objetivos de ataques aéreos que lanzaron 281 bombas con 14.840 kilos de explosivos, que causaron la muerte de más de 336 personas[333]. Los escrúpulos de Agnelli no parece que mejoraran con los años. A finales del siglo pasado, Fiat fue propietaria del 50 por 100 del grupo industrial Valsella, líder en la producción de minas antipersona, y aunque Fiat ya salió de ese conglomerado empresarial en 1994, las minas siguieron explotando en lugares como Sahara o Kurdistán, según denunció Nicoletta Dentico, directora ejecutiva de Médicos sin Fronteras en Italia, durante la presentación en Roma de la campaña de 2002 contra las minas antipersonas[334].

Los negocios de armas de Valsella han sido muy polémicos. Estuvo acusada de vender armas a Irán en 1987 durante la guerra de este país con Iraq, según denunció el Osservatorio Permanente sulle Armi Leggere de Brescia, lo que provocó la intervención de la Guardia de Finanzas italiana[335]. Pocos años después, The Wall Street Journal denunció lo que denominó la «Fiatconnection», que consistió en que en 1991 «una empresa italiana de armamento propiedad al cincuenta por ciento por Fiat exportó millones de minas antipersona al régimen de Sadam Hussein en Iraq»[336]. Paradójicamente, la Fiat también participó en la construcción del misil Patriot, cuyo uso por la coalición estadounidense fue clave para la victoria de la primera Guerra del Golfo contra Sadam. De este modo los accionistas de Unidad Editorial lograron obtener beneficios vendiendo armas a los dos bandos en conflicto.

La influencia de Agnelli en el diario El Mundo se muestra en la siguiente anécdota que sucedió en 1992 y fue hecha pública por el periodista Andrés Sánchez Díaz. En el verano de ese año, «El Mundo se atrevió a reproducir informaciones aparecidas en la revista Point de Veu (francesa) y Oggi (italiana), sobre los devaneos del Rey con la decoradora mallorquina Marta Gayá. Corrió el rumor de que había sido culpa de Mario Conde. Y se montó una gresca impresionante. El Rey llamó personalmente a Conde, y Conde dijo que no tenía nada que ver. El Rey también llamó a su amigo Giovanni Agnelli, máximo accionista de Oggi. Y Agnelli llamó a Unidad Editorial, matriz empresarial de El Mundo, pidiendo la cabeza de Pedro J. Se evitó in extremis, en un almuerzo de reconciliación entre Conde y el Rey, al que llegó a los postres el propio Pedro J.»[337].

El siguiente accionista en importancia es Epifarind BV (7,748 por 100), que es propietario de bancos, entre otros muchos lugares, en paraísos fiscales como Suiza y Luxemburgo.

Entre los accionistas que son personas físicas, el mayor porcentaje corresponde a Giuseppe Rotelli (7,546 por 100), un ex socialista, líder de la sanidad privada italiana. Se promociona como candidato a la presidencia de RCS a pesar de haber sido investigado (julio 2008 y febrero 2009) por la Fiscalía de Milán por falsificación de informes clínicos que produjeron un desfalco por valor de dos millones de euros a las arcas públicas italianas[338]. La investigación terminó en diciembre de 2009, pendiente de juicio por estafa, daño al servicio sanitario nacional y falsedad de informes clínicos.

Nombres propios

Pedro J. Ramírez

Cofundador y actual director de El Mundo. Miembro de la Junta de Fundadores de Unidad Editorial.

Casi 700 páginas necesitó su biógrafo José Díaz Herrera en 2009 para desgranar la actividad periodística —y más que periodística— del director de El Mundo en el libro Pedro J. Ramírez al desnudo[339]. Y no es el único libro, Eduardo Martínez Rico escribiría también Pedro J. Tinta en las venas, en 2008, y anteriormente, en 1995, Esther Esteban, El tercer hombre. P.J. la pesadilla de F.G.

Desde 1980, cuando con veintiocho años le nombraron director de Diario 16, ha sido director de periódico. Según Díaz Herrera, «desde Mariano José de Larra, no ha existido en España un periodista más conocido y con más poder que él, […] ha puesto y quitado ministros y presidentes de Gobierno a su antojo, tiene en sus manos a banqueros y a grandes empresarios». Según el biógrafo, «mientras los ejecutivos de Rizzoli-Corriere della Sera entraban a pares en la cárcel San Vitore de Milán —y salían con la misma facilidad—, Ramírez se empeñó en España durante 14 años en criminalizar a toda una clase política…».

Entre 1975 y 1980 trabajó en ABC y el 17 de junio de 1980 fue nombrado director de Diario 16. Le cesaron el 8 de marzo de 1989 y seis meses después puso en marcha el diario El Mundo[340]. Su papel en la caída del Gobierno de Felipe González tras numerosos escándalos de corrupción y los crímenes del terrorismo de Estado fue fundamental. Pedro J. Ramírez siempre estuvo en el ojo del huracán. Ha destapado tantos escándalos como ha protagonizado y nunca ha ocultado su interés por influir en políticos y gobernantes. Pocos dudarán en considerarlo el periodista más influyente de España[341]. El periodista y ex presidente de El Periódico, Antonio Franco, dijo que «Pedro J. encarna muy bien estos periodistas que se erigieron como un símbolo para intentar ser los directores espirituales de la política de este país por encima de la gente escogida democráticamente».

La mayoría de los que le conocen —políticos incluidos— coinciden en que no se puede definir una clara ideología política en el director de El Mundo. El senador del PNV Iñaki Anasagasti afirmó que «la ideología de Pedro J. es la de vender periódicos. No tiene otra». José Díaz Herrera recuerda que quien hizo bandera periodística de la denuncia de los GAL y su relación con el Gobierno de Felipe González, años antes «pidió primero que el Ejército, al margen de las instituciones, acabara con ETA[342], después pretendió la pena de muerte para los terroristas[343] y, por último, escribió decenas de artículos y editoriales defendiendo a los GAL».

Pedro J. no sólo ha sabido moverse bien en el periodismo y la política, sino también en los negocios como hemos visto en los movimientos accionariales de su periódico. En la actualidad posee un 1 por 100 de acciones de Unidad Editorial, pero se trata de una participación a la que no le preocupa la evolución económica del grupo. Tiene un contrato de sindicación de sus acciones con Rizzoli con una cláusula especial, mediante la cual, si se marcha de la empresa o es despedido, sus títulos pasarán a ser adquiridos por Corriere della Sera al 3.000 por 100 de su valor facial[344]. Porque para llevar un periódico hay que saber mucho más que periodismo.

Hermanos Kindelán

Promotores del Grupo Recoletos, que posteriormente se integrará en Unidad Editorial. Tanto A. Juan Kindelán como su hermano Alejandro Kindelán están vinculados al Opus Dei. Igualmente sucede con Covadonga O’Shea, directora de la revista Telva, que también pertenece a Unidad Editorial.

Juan Kindelán fue miembro del Comité Español del World Monuments Found, del consejo asesor de la Escuela de Negocios ICADE y del patronato de la Fundación Codespa en 2002. Asumió la presidencia de la emisora radiofónica Onda Cero, en sustitución de Javier Gimeno, puesto que compatibilizó con las vicepresidencias de Marpetrol y Naviera Vizcaína. Preside Dixi Media Digital, la Fundación Worlwide Bioethics y Ediciones Cristiandad. Curiosamente como editor responsable de la empresa Dixi Media, propiedad de los hermanos Kindelán, está Mario Tascón, quien fue, de 2000 a 2008, director general de contenidos de Prisacom, la compañía de internet de Prisa.

Piergaetano Marchetti

Desde 2005 es presidente de RCS MediaGroup y RCS Quotidiani. La web oficial de RCS le presenta como rector de la Universidad Bocconi y profesor de Derecho comercial, es uno de los mayores expertos en derecho societario y derecho de los mercados mobiliarios y de los mercados financieros.

En 1997 formó parte del comité de juristas nombrado por el Ministerio de Economía y Hacienda italiano para la preparación del «Texto único sobre los mercados financieros y las sociedades cotizadas en la Bolsa» y es miembro del comité de garantía para las privatizaciones, creado por el Gobierno italiano en 1993.

Forma parte de la dirección de varias revistas jurídicas y es copresidente del comité directivo de «Economía y Sociedad Abierta»[345], un lobby económico que desarrolla su actividad en varios países europeos con la colaboración de grandes empresas italianas como Generali, UniCredit Group y Telecom Italia.

Situación financiera

Unidad Editorial Unedisa ya cerró el año 2007 en números rojos y con unas deudas superiores a los 1.000 millones de euros, según las cuentas que depositó en el Registro Mercantil. Su difícil situación financiera dejó el balance de cierre de año con un fondo de maniobra negativo de 116,5 millones, y sólo gracias al apoyo de su matriz, el grupo italiano RCS, pudo seguir como «empresa en funcionamiento», según la propia compañía. Las cuentas, además, se deterioraron por la caída de ventas de El Mundo y Marca y la crisis publicitaria, según RCS. Entre esa deuda destaca un préstamo de su accionista RCS Investimenti de 720 millones con vencimiento el 30 de junio de 2015 y tres pólizas de crédito de 50 millones cada una con las entidades BBVA, Santander y Banesto con vencimiento en junio de 2009, renovables hasta diciembre de 2010. Mientras que su grupo matriz recibe un interés del 7,1 por 100 por el préstamo, los bancos le cobraron un tipo de interés del 4,94 por 100. Además de esos 870 millones, Unidad Editorial, S.A., tenía otros préstamos a corto plazo de empresas del grupo por 168 millones (incluyendo otros 45,5 millones de RCS) y pasivos comerciales por 130,7 millones más. Ésas son las cifras de deuda incluso tras una ampliación de capital realizada en 2007 en la que RCS le inyectó cerca de 200 millones[346].

La situación no ha mejorado con el paso del tiempo. En 2009, RCS sufrió pérdidas por valor de 129,7 millones de euros. El endeudamiento del grupo, de 1.057 millones, representa ya casi 30 veces el resultado bruto de explotación. Los resultados ni siquiera permiten cubrir el pago de los intereses de su abultada deuda, una de las mayores de los grupos de comunicación en términos relativos, según opinaba El País en marzo de 2010. Parte de la mala situación de RCS se debe al pésimo comportamiento de la filial española, Unidad Editorial, cuyos ingresos se desplomaron a pesar de la reducción de plantilla, la venta de activos y los planes de eficiencia. Según El País, Unidad Editorial, que ya en años anteriores reconoció que necesitaba para su supervivencia el apoyo financiero de su matriz italiana, dada su elevada deuda y su incapacidad para hacer frente ellos mismos, prefirió no hacer público el resultado neto de sus operaciones. Portavoces del comité de empresa declaraban a Periodista Digital en abril de 2010 que habían solicitado las cuentas del grupo «pero se niegan a dárnoslas aunque están obligados por convenio. El año pasado tardaron cuatro meses en pasárnoslas». Aunque legalmente Unidad Editorial está obligada a depositar las cuentas en el Registro Mercantil, tampoco lo había hecho en esas fechas ya que prefería recibir una sanción económica por el retraso que dar a conocer la dramática situación financiera que atravesaba[347]. En mayo se supo que en el primer trimestre de 2010 Unidad Editorial perdió 11,6 millones[348].

El director financiero de Rizzoli, Riccardo Stilli, calificó la situación de «dramática» al referirse a España, poniendo el acento en la caída de ingresos, en especial los de publicidad. La situación también ha provocado tensiones entre la sede central de RCS MediaGroup y su sección española, Unidad Editorial. Los italianos escenificaron su malestar con la ausencia del presidente de RCS, Piergaetano Marchetti, en el acto del 20 aniversario de El Mundo que se celebró en el Palacio de los Deportes en noviembre de 2009. Allí se leyó un discurso escrito en nombre de Marchetti quien puso como excusa para su ausencia «un compromiso universitario ineludible»[349].

Conflictos laborales

Unidad Editorial no ha sido ajena a los conflictos laborales. Los directivos del periódico El Mundo han mostrado su contundencia a la hora de enfrentar las movilizaciones de los trabajadores. La plantilla del diario decidió secundar masivamente la huelga general del 20 de junio de 2002, ante lo cual la dirección del periódico recurrió a furgonetas policiales para trasladar los periódicos desde la imprenta a los puntos de distribución. El redactor jefe de cierre de entonces, Francisco Frechoso, denunció en una tertulia televisiva que El Mundo había desinformado sobre la incidencia de la huelga en la redacción, y criticó que la policía hubiera asumido el traslado de los ejemplares del periódico. Como represalia, la dirección del periódico le prohibió la asistencia a esta tertulia en el futuro, lo que fue llevado a los tribunales por Frechoso. Tras un largo periplo judicial, el periodista ganó el juicio ante el Tribunal Constitucional que reconoció su derecho a la libertad de expresión. Paradójicamente fue un medio de comunicación quien desinformó sobre la incidencia de la huelga en su empresa y quien atentó contra la libertad de expresión de su redactor.

En mayo de 2009, la empresa presentó un pactado ERE que suponía el despido del 9 por 100 de la plantilla. Curiosamente, algunos meses antes, el 21 de enero, se celebraba en el auditorio de Unidad Editorial un seminario público titulado «Despidos colectivos y reestructuración de plantillas. Cómo planificar con éxito un ERE»[350]. En febrero de 2010 el Sindicato de Periodistas de Madrid denunciaba que Unidad Editorial aprovechó aquellos despidos para sustituirlos por becarios de modo que tenía «90 becarios haciendo trabajo ilegal después de despedir a 164 personas»[351]. De ellos, 30 eran becarios de El Mundo y Elmundo.es a los que se habían ampliado las prácticas para realizar el mismo trabajo que un redactor pero con contratos de becarios durante todo un año. Anteriormente El Mundo fue condenado a incluir en plantilla a ocho fotógrafos porque trabajaban en la redacción pero sin contrato[352]. Según los sindicatos, el recurso a los becarios y las nuevas contrataciones suponía violar los acuerdos de ese ERE. También denunciaron que, tras los despidos, Unidad Editorial contrató a profesionales a través de empresas de trabajo temporal[353].

Las condiciones laborales desiguales entre los diferentes medios del grupo también han generado conflictos. En marzo de 2010, los trabajadores de Expansión calificaron de «un agravio muy serio y muy injusto» la situación que vivían respecto a las condiciones salariales y beneficios de otros medios del grupo como Marca y El Mundo. Tras fracasar un acuerdo con los directivos de Unidad Editorial para homologar sus condiciones decidieron paros parciales durante ese mes. Finalmente los trabajadores aceptaron en un referéndum el capítulo económico del convenio colectivo, inicialmente rechazado. Las mejoras logradas se limitaron a poco más que al aumento de los cheques de comida en medio euro, de 9 a 9,50[354].