En este capítulo hemos agrupado al Grupo Antena 3 y al Grupo Planeta debido a que, aunque han tenido trayectorias históricas diferentes, el segundo es el principal accionista del primero.
Antes que una empresa de comunicación, el Grupo Planeta es un emporio con más de 70 casas editoriales repartidas por todo el mundo, de forma secundaria a la publicación de libros tiene inversiones en medios de comunicación. En su anuario de 2009 reconoce esta apuesta: «En los últimos años, el Grupo Planeta ha realizado una de sus mayores transformaciones al pasar de ser el líder del sector editorial en el ámbito del habla hispana a convertirse en uno de los grandes grupos multimedia españoles, con una clara vocación multinacional».
Planeta también posee inversiones en otros ámbitos que no son editoriales ni medios de comunicación, algo que maneja con mucha mayor discreción y que no aparece en su web ni en su libro corporativo anual. Para ello dispone de varias empresas de inversiones como Terráqueo Plan, S.L., Cordina Planet, S.L. o la empresa de capital riesgo Inversiones Hemisferio, a través de la cual participó, por ejemplo, en la aerolínea Vueling. Las inversiones y desinversiones a través de estas empresas se suceden con mucha frecuencia; es difícil, por tanto, presentar una situación estable de su presencia accionarial en otras firmas. Se puede decir que además de en Vueling tuvo presencia en Parques Reunidos y tiene o ha tenido participación en alimentación, como en Interaliment dedicada al pescado congelado, en la inmobiliaria Metrópolis, en la juguetera Tecnitoys —fabricante del popular Scalextric—, en el casino de Lloret del Mar… Planeta también tiene porcentaje accionarial en Logista (1 por 100) y en el Banco Sabadell. En esta última entidad, el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara, controlaría, de forma directa o indirecta a través de diversas firmas como Jaipur Investment y el holding familiar Inversiones Hemisferio, más del 6 por 100 del capital del banco, con lo que se convierte en el primer accionista de referencia. Nosotros nos limitaremos a su presencia en medios de comunicación.
TELEVISIÓN
Desde junio de 2003, el Grupo Planeta, junto a DeAgostini, es el accionista de referencia del Grupo Antena 3, que incluye Antena 3 TV.
RADIO
Onda Cero. A través de la presencia de Planeta en Antena 3.
Emisoras RKOR. Concesión de Radio Digital Terrestre. Para ello creó la Sociedad de Radio Digital Terrenal, S.A. (SRDT), cuyos accionistas son Planeta 2010, S.L., Onda Ramblas, S.A. y un grupo de empresarios catalanes. La programación de la SRDT se emite en periodo de pruebas a través de la cadena radiofónica RKOR.
Radio España. Tras ser adquirida por Planeta, se emite a través de ella Onda Cero.
En 2004 Planeta debió vender su acciones en la Cadena COPE al accionista mayoritario, la Conferencia Episcopal, al no poder simultanear su presencia en dos emisoras concesionarias de radio, lo que estaba sucediendo a través de su participación en Antena 3, propietaria de Onda Cero.
PRENSA
La Razón. Planeta es el accionista de referencia, posee en torno al 70 por 100 del accionariado.
ADN. El Grupo Planeta y diversos editores regionales (Diario de Navarra, Grupo Promotor Salmantino –La Gaceta Regional—, Grupo Joly, Grupo Serra –Última Hora—, Heraldo de Aragón y La Voz de Galicia), se unieron para crear la editorial Página Cero a través de la cual publican este diario gratuito en gran parte de España. La crisis económica ha provocado que algunos (grupo Joly) abandonaran el proyecto.
Editora Prisma. Planeta posee el 50 por 100 de las acciones, el otro 50 por 100 corresponde al Grupo Godó. Prisma edita revistas como Historia y Vida, revistas de decoración como Interiores, LivingDeco e Interiores Cocinas & Baños, Playboy o Psychologies. Edita suplementos para el diario La Vanguardia como QuèFem?, TVmanía, Salud & Vida y monográficos especiales temáticos. También edita monográficos y las guías QF?, sobre ocio y tiempo libre[85].
Hasta noviembre de 2009, Planeta era propietaria, junto con el Grupo Godó, del 40 por 100 de las acciones del diario catalán Avui. Ese mes se hizo pública la compra por Hermes Comunicación, empresa editora del diario El Punt, del 100 por 100 de las acciones de Avui.
Desembarco en Colombia
Aunque su implantación como editorial de libros está muy consolidada, además de en España, en Portugal, Francia y Latinoamérica, en lo referente a medios de comunicación sus inversiones destacan en Colombia. En ese país, Planeta es propietaria mayoritaria del mayor grupo de comunicación, Casa Editorial el Tiempo. La influencia de Casa Editorial El Tiempo en Colombia es abrumadora. La empresa agrupa al diario generalista El Tiempo, el diario «amarillo» Periódico Hoy, el especializado en economía Portafolio, el semanario regional 7 días, el gratuito ADN, media docena de revistas entre las que destaca la influyente Cambio, la televisión local CityTV y la agencia de publicidad y de estudios de campo Datatiempo. Los analistas colombianos no tienen ninguna duda de que el «Grupo Planeta, al comprar El Tiempo se convirtió en el más poderoso grupo de medios en Colombia»[86].
Planeta y Prisa mantienen un duro enfrentamiento por el control del panorama informativo colombiano. El primer asalto fue el pulso para la compra a finales de julio de 2007 de Casa Editorial El Tiempo, que se saldó con la victoria de Planeta al lograr el 55 por 100 del accionariado[87]. El segundo asalto de los dos grupos españoles en Colombia fue para conseguir la licencia del tercer canal de televisión en abierto. Parece que el asunto tampoco pintaba muy bien para el Grupo Prisa, que en diciembre de 2009 anunció su renuncia a la puja dejando como favorito a Planeta, si bien este último podría tener problemas al contar ya, a través de Casa Editorial El Tiempo, con licencias en Bogotá (CityTV). En junio de 2010 se hacía público que Planeta se presentaba en solitario a la licitación del tercer canal de televisión privada en Colombia tras la retirada de los otros dos aspirantes, Prisa y el venezolano Cisneros, que alegaron «falta de garantías». Sin embargo, no se presentó el asunto tan claro para Planeta; horas antes del día previsto para que el Gobierno colombiano hiciera pública la adjudicación, el 23 de julio, el Consejo de Estado de este país anunció la suspensión provisional de la entrega a Planeta al entender que realizar una subasta con un solo participante podía vulnerar la ley[88].
En cualquier caso, hasta entonces, el primer beneficiario de las aspiraciones de los dos grupos españoles fue el Gobierno de Álvaro Uribe que se vio mimado en el tratamiento informativo de los medios de ambos grupos de comunicación, tanto los españoles, como los colombianos: El Tiempo de Planeta y Radio Caracol de Prisa. Para cerrar el círculo de buena relación del Gobierno con los medios, el segundo accionista de la Casa Editorial El Tiempo es la familia Santos. Luis Fernando Santos es el presidente del grupo, Enrique Santos Calderón y Rafael Santos Calderón fueron directores del periódico El Tiempo y tuvieron diferentes cargos directivos en el grupo. Francisco Santos Calderón (hermano de Rafael) fue vicepresidente de la República durante las dos legislaturas de Uribe (desde 2001) y su primo Juan Manuel Santos Calderón (hermano del presidente del grupo) hasta 2009 fue ministro de Defensa y posteriormente, en 2010, elegido presidente —con una abstención del 56 por 100— al no poder volver a presentarse Álvaro Uribe. No acaba aquí la consanguinidad Gobierno-El Tiempo. La hermana del vicepresidente Francisco Santos, Juanita Santos, tuvo cargos directivos en el grupo y su esposo, Roberto Pombo, es el actual director del periódico El Tiempo.
«Los medios de comunicación españoles en Colombia están desarrollando el papel de legitimación de la peor crisis humanitaria existente en los países de occidente»[89], afirmó Edgar Robledo, experto en comunicación social de la Universidad Simón Bolívar, al referirse al papel de los grupos mediáticos españoles. Según Robledo, «la presencia de más de 136 multinacionales españolas en territorio colombiano marca el papel que desarrollan sus multinacionales mediáticas en Colombia, ¿o es que acaso existen dudas sobre el papel financiador a través de la publicidad, y en algunos casos incluso de la participación indirecta en el accionariado, por parte de estas corporaciones en los grupos mediáticos españoles?»[90]. Esta última acusación resulta todavía más fundada tras la compra por parte de Telefónica de parte del accionariado de Digital+ (Prisa). No es éste el único caso de presencia de multinacionales españolas en medios de comunicación de nuestro país a través de su accionariado o de sus directivos presentes en los consejos de administración. Lo vimos en el capítulo anterior de Vocento y lo podremos seguir observando a lo largo de esta obra según vayamos estudiando cada grupo de comunicación. Sin duda, tal como señala el analista colombiano, eso se refleja en la información sobre su país, pero también en toda la línea editorial e informativa de los medios.
Familia Lara
El Grupo Planeta es propiedad de la familia Lara, en su anuario corporativo de 2009 se califica «de capital íntegramente familiar»[91]. Como se trata de una empresa que no cotiza en Bolsa, su contabilidad pública es menos detallada y transparente. El patriarca, José Manuel Lara Bosch, es gran amigo personal del cardenal Antonio Cañizares, ubicado en el sector más conservador de la Iglesia española. Fue este religioso quien ofició la boda de la hija de Lara, Ángela Lara, en mayo de 2009. A la celebración, en el exclusivo monasterio de Sant Feliu de Guixols, acudieron destacados personajes de la vida política y mediática española como Ana Botella, Josep Piqué, Rodrigo Rato, Pedro J. Ramírez y Jordi Pujol. Cañizares pudo ser el mediador para que el diario La Razón se hiciera con la distribución dominical de la edición española del periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano. El mismo mes que se hizo público este acuerdo, diciembre de 2009, el papa Benedicto XVI recibía en audiencia al propio José Manuel Lara, que iba acompañado del citado cardenal.
Fundación y premios
Como todas las grandes empresas de comunicación, Planeta dispone de su correspondiente fundación, en este caso la Fundación José Manuel Lara. Entre otras muchas funciones, a través de ella se organizan los premios literarios del grupo o la creación de «programas de contenido cultural para su divulgación a través de la TV, radio e internet»[92]. Planeta ha descubierto en su política de premios una magnífica estrategia de publicidad y marketing para sus propios libros. Alguno de ellos, como el Premio de Novela Fundación José Manuel Lara Hernández, reconocen que su dotación económica «se destina a la promoción de la obra ganadora», si bien este galardón no necesariamente debe recaer en un libro de la editorial Planeta[93].
De todas las distinciones organizadas por este grupo destaca el denominado Premio Planeta, uno de los mejor dotados del mundo, que se falla cada 15 de octubre, festividad de Santa Teresa (nombre de la esposa de José Manuel Lara Hernández, padre del presidente de Planeta). El periodista Javier Ortiz escribió que, mientras trabajaba en El Mundo, había visto «una y otra vez a la sección de Cultura de El Mundo trabajando en la redacción de los textos y en el montaje de las páginas destinadas a anunciar el Premio Planeta bastante antes de que el jurado hubiera celebrado su última reunión». Ortiz afirmaba que «es frecuente que los premios de este género se aderecen al gusto. El editor se pone en contacto con el autor que le conviene y le dice: “Escríbeme una buena novela y el año próximo el premio es tuyo”»[94]. La verdad es que escritores como Miguel Delibes —en 1994— o Ernesto Sábato —en 2001— denunciaron que les hicieron esa propuesta[95].
Diario La Razón
Fue creado en 1998 por Luis María Anson, quien abandonó ABC tras quince años al frente. Aquello se calificó de «traición» en ese diario, Anson dijo que no sería competencia de ABC al tratarse de un vespertino y terminó haciendo «un matutino generalista, clónico de ABC, al que copió los aspectos más evidentes del carísimo diseño que Glaser había confeccionado para Prensa Española»[96]. El diario no oculta su ideología conservadora y confesional, que llega a ser militancia. La empresa propietaria es Audiovisual Española 2000, S.A., propiedad en su mayoría de Planeta. Es curioso pero, una vez más, es una empresa editora de prensa la que no tiene página web corporativa donde se informe de ella.
Conflictos y polémicas
Los conflictos laborales y judiciales no podían ser ajenos a un emporio como el Grupo Planeta. En febrero de 2006 nacía el periódico ADN, que declaraba situarse ideológicamente en defensa de valores como el progreso social[97]. En octubre de 2008 despidieron a la subdirectora, Cristina Fallarás, en su octavo mes de embarazo. La periodista escribió en su blog:
No puedo especificar las razones, porque no las conozco.
Vaya por delante que podría haber esperado las 16 semanas correspondientes que me da la baja por maternidad, pero he preferido cortar rápido. Un lugar donde te plantan la hoja de despido delante en el octavo mes de embarazo no es un lugar donde yo quiera permanecer[98].
En enero de 2009 Planeta anuncia el cierre de la edición digital de ADN a pesar de contar con 1,3 millones de usuarios únicos, una cifra importante para un medio en internet. La razón esgrimida por la empresa fue la «puramente económica». En realidad el cierre no se produjo nunca, se despidió a unos 40 profesionales y la página siguió funcionando —y acogiendo anunciantes— mediante el volcado de teletipos o de textos procedentes de la versión en papel. Un negocio redondo.
En diciembre de 2007, un juzgado de Madrid condenaba al director de La Razón, José Alejandro Vara, a seis meses de cárcel por no publicar correctamente una rectificación en su periódico. El origen de los hechos se remontaba a 2005, el 19 de mayo de ese año, el juez de Primera Instancia número 57 de Madrid estimó la demanda interpuesta por el diplomático Melitón Cardona Torres y ordenó la rectificación íntegra del texto que este alto cargo había enviado al periódico con motivo de una información publicada el 23 de marzo. Bajo el título «Empresarios marbellíes denuncian al embajador para la reforma de Exteriores por tráfico de influencias», la periodista Carmen Gurruchaga aseguraba en La Razón que el ex cónsul de España en Moscú «está acusado de utilizar su cargo en la capital rusa para desviar clientes al despacho de su amigo el abogado Jaume Torrabadella». Se señalaba también que «Cardona compaginaba su cargo en el Ministerio de Exteriores con su puesto de administrador único» en una empresa y, en este sentido, se subrayaba, entre otras cuestiones, que el embajador podría haber vulnerado la Ley de Incompatibilidades. Ninguno de estos datos resultó ser cierto. La rectificación no se publicó correctamente, sólo salió en la edición de Madrid y en ubicación y extensión menos relevantes que la noticia de Gurruchaga que se estaba enmendando. No se ajustaba por tanto a lo que exigía la sentencia judicial. El denunciante recurrió a la vía penal, que le volvió a dar la razón y condenó al director del periódico. «Fue un estricto despiste administrativo», comentó José Alejandro Vara para explicar la indebida rectificación.
En octubre de 2009, la justicia española consideró culpables al periódico ADN y a su agencia publicitaria de plagiar la canción del cantante Manu Chao Me gustas tú, para usarla en una campaña publicitaria del diario. Dos años antes el cantante ya les había notificado su negativa a que utilizasen su canción cuando se lo pidieron. El periódico tuvo que pagar 70.000 euros a la discográfica Radio Bemba por daños patrimoniales y a Manu Chao otros 20.000 por daños morales.
Tras el acuerdo, en diciembre de 2009, entre el periódico La Razón y el diario vaticano L’Osservatore Romano, por el cual el primero distribuía cada domingo la edición semanal en castellano del segundo, el diario propiedad de José Manuel Lara retiró los anuncios por palabras de contactos sexuales y prostitución, habituales hasta entonces. Según el diario La Gaceta, La Razón se embolsaba más de 1.700 euros al día con estos anuncios[99]. Sobre el acuerdo con el diario vaticano, José Manuel Lara señaló que se trataba de un convenio de «principios» ya que «La Razón es un diario de principios, no de ideas siquiera, ni menos de ideas políticas. Es básicamente un diario de principios. Y si en este diario de principios hay uno fundamental, ése es el de ser el diario defensor de la doctrina de la fe. Un diario católico». Es curioso, pero entre los principios del otro diario con participación accionarial de José Manuel Lara, ADN, se dejaba claro que «no está adscrito a ninguna organización política o religiosa»[100]. De modo que un mismo propietario puede tener un diario de principios religiosos y otro de principios no religiosos. Lo único que deben tener en común es que sean rentables.
La distribución de L’Osservatore Romano con La Razón, también dio pie a otra anécdota, muy bien explotada por el otro grupo mediático pro católico que aspiraba a esa distribución y que compite con La Razón por la misma audiencia religiosa: Intereconomía a través de su periódico La Gaceta. A ellos no se les escapó que el Grupo Planeta, tal como hemos señalado antes, además de accionista mayoritario de La Razón, es dueño del 50 por 100 de Prisma, editora de revistas como Playboy. De modo que tenemos a la misma empresa editando y vendiendo Playboy y L’Osservatore Romano. La Gaceta no pudo evitar titular en portada el 27 de diciembre de 2009: «El editor de La Razón y Playboy, recibido por el Papa»[101]. Sin embargo, Lara fue defendido por otros sectores pro católicos, como la organización Hazte Oír, donde Víctor Rodríguez Gago escribió:
Pero el señor Lara no es un pastor de la Iglesia ni un moralista, sino un empresario que aspira, legítimamente, a enriquecer su empresa sirviendo a sus clientes productos que éstos demandan y él considera que hace mejor que otros. No confunde a clientes distintos ofreciéndoles el mismo producto, sino que hace un producto para cada tipo de cliente. […] Su riesgo merece ser beatificado, no condenado al fuego eterno[102].
El 13 de diciembre de 2009 se publicaba a dos columnas en las páginas de Religión de La Razón una amplia esquela en recuerdo de Irma Ilse Ida Grese. Al pie de la esquela se añadía «Tu muerte fue injusta e innecesaria y te debemos el recuerdo. Espero verte algún día ahí arriba, con tu dulce sonrisa. ¡Hasta siempre!». ¿Quién era la homenajeada Irma Ilse? Debajo de su nombre se podría encontrar la clave: «SS-Aufseherin», que significa guardia femenina de un campo de concentración nazi.
Esquela laudatoria a la guardiana de campo de concentración nazi Irma Ilse.
Efectivamente, Irma Grese fue supervisora de la SS de los campos de concentración de Auschwitz, Ravensbruck y Bergen-Belsen, donde se produjo su detención por el ejército británico el 15 de abril de 1945. Fue juzgada culpable en septiembre de ese año y ejecutada en diciembre por crímenes de guerra. Colaboró en la selección de presas con el cruel médico nazi Josef Mengele, nunca renegó de su ideario nazi y cantaba himnos de la SS en su celda. Los testimonios de los supervivientes de los campos la recuerdan por su comportamiento sádico y perverso, considerada una de las más crueles y notorias criminales de guerra nazis a pesar de su juventud[103]. Al periódico La Razón no le importó publicarle la esquela apologética.
Opera principalmente en publicidad, radio y televisión. Su presencia en prensa de papel es mínima (sólo a través del Grupo Planeta, tal como desarrollamos anteriormente). Cotiza en Bolsa desde el 29 de octubre de 2003.
TELEVISIÓN NACIONAL
Antena 3 TV. Posee los canales Antena 3, Neox, Nova y Nitro, este último a partir de septiembre de 2010. A ellos se añade el Canal Internacional a través del satélite Hispasat.
RADIO Y TELEVISIÓN LOCAL
Bajo la empresa Uniprex. Posee Onda Cero y Europa FM. En televisión digital opera bajo la marca VER-T.
PUBLICIDAD
Atres Advertising. Creada en enero de 2005, es la filial exclusivista publicitaria. Gestiona los espacios publicitarios en las cadenas de Antena 3 de Televisión, Onda Cero y Europa FM. Pero también en cine (Movierecord) y el periódico gratuito ADN. Esta empresa comercializa publicidad de otras cadenas, por ejemplo de Veo7, propiedad de Unidad Editorial y Disney Channel, participada por Vocento.
Unipublic. Especializada en la organización de eventos. Son los organizadores, es decir los dueños, de la Vuelta Ciclista a España.
Movierecord. Es la filial de gestión de publicidad en salas de cine de toda España.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
Antena 3 Multimedia. Gestiona iniciativas en nuevas tecnologías como internet con el objetivo de ofrecer contenidos, servicios y herramientas para el entorno digital. Por ejemplo, firmó un acuerdo con Nokia para distribuir contenidos de Antena 3 en uno de sus teléfonos móviles. Aquí se encuentra el negocio de la interactividad SMS (el envío de mensajes desde tu móvil al programa para que aparezcan en pantalla) que ha llegado en ocasiones a cubrir totalmente los gastos de un programa.
CINE
Antena 3 Films (antes Ensueño Films). Se fundó en noviembre de 2000 con el objetivo de producir y financiar películas para cine y televisión. Participó (junto a Mediapro) en la producción de películas como Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, o Planet 51, junto a Ilion y HandMade Films.
Fundación Antena 3
La Fundación Antena 3 se constituyó en 2005. El presidente del patronato es José Manuel Lara Bosch y sus miembros pertenecen al consejo de administración del Grupo Antena 3. Colabora con otras grandes empresas como la aseguradora Mapfre, General Electric o Microsoft. Centra su labor en la infancia y entre sus actividades se encuentra la creación de bibliotecas hospitalarias, sobre todo, obviamente, de libros de la Editorial Planeta. También difunde canales de televisión en los hospitales infantiles. En ellos transmite programación disponible en sus archivos y que no le suponen gasto, pero que le puede ayudar a abrir nuevos mercados de audiencias.
Accionariado
Según la web del grupo[104], los principales accionistas son el Grupo Planeta-DeAgostini, con un 44,58 por 100 de las acciones, y UFA Film Und Fernseh Gmbh Unipersonal (antes RTL Group Communication, S.L.U.) con un 20,49 por 100. Tiene cotizando en Bolsa el 26 por 100, parte de él a través de empresas de inversión como State Street Bank and Trust Company, un banco de inversiones con sede en Massachusetts, y el fondo de pensiones privado Fidelity International Limited, con sede en el Reino Unido. También el Banco Sabadell tiene un pequeño porcentaje. Anteriormente estuvo entre los accionistas el Banco Santander Central Hispano.
Veamos el perfil de algunos de estos accionistas. El Grupo Planeta-DeAgostini reparte su accionariado en un 50 por 100 para cada uno. Los italianos DeAgostini Communications S. A., aunque en su página web figuran con sede en Novara (Italia)[105], en realidad, según consta en diversos documentos financieros[106] y en informes de empresas de información financiera, se encuentra en el paraíso fiscal de Luxemburgo[107].
El otro accionista importante es RTL Group, se trata de la compañía de televisión, radio y productora más grande de Europa, cuyo propietario mayoritario es el conglomerado alemán Bertelsmann. La sociedad RTL Group Communication, S.L.U. fue absorbida en mayo de 2009 por la sociedad Ufa Film Und Fernshe Gmbh Unipersonal, que ya era el único socio de RTL[108], pasando a ser la titular de las acciones de Antena 3. Los orígenes del imperio Bertelsmann se remontan a 1835, cuando Carl Bertelsmann fundó una editorial bajo su nombre en la pequeña localidad de Gütersloh, en la parte occidental de Alemania, que se dedicaba a publicar biblias y canciones religiosas. El consorcio sostiene que su compromiso político y social sigue siendo uno de los pilares desde su fundación[109]. Bertelsmann, como gran empresa alemana, tampoco se salva de su complicidad con el régimen nacionalsocialista, con el que colaboró publicando a autores nazis como Will Vesper, quien hizo el discurso conmemorativo en la quema de libros de 1933[110], o Hans Grimm. El grupo multimedia promovió en 2000 una investigación —que duraría un año— de su pasado a través de una comisión de cuatro historiadores independientes quienes bucearon en los años turbios de la historia alemana[111]. Cuando el escándalo salió a la luz, en la feria del libro de Frankfurt de 2002, causó gran impacto y conmoción, al admitir públicamente el poderoso grupo su colaboración con el régimen nazi y pedir perdón. Bertelsmann editó más de 20 millones de libros y folletos (material de propaganda) en su fructífera etapa editorial durante el gobierno de Hitler[112]. Tras la Segunda Guerra Mundial la empresa cerró y fue Reinhard Mohn quien refundó la compañía en los años cincuenta diversificando la empresa hasta convertirla en lo que es hoy.
En España Bertelsmann vendió al Grupo Planeta en abril el 50 por 100 de Círculo de Lectores[113]. El oscuro pasado de Bertelsmann no fue impedimento para que fuera condecorada con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil en 2007, otorgada por el Consejo de Ministros, por su papel y el de la Fundación Bertelsmann en el fomento del cambio social a través de múltiples proyectos.
Un último detalle es que RTL Grup, S.A., según sus comunicaciones a la CNMV[114], también está registrada en el paraíso fiscal de Luxemburgo.
Historia
El Grupo Antena 3 comenzó antes a existir como Antena 3 Radio, empresa que nació en 1982. Sus accionistas eran personajes y empresas de la derecha bajo la dirección de un periodista ligado a Zeta desde el principio: Martín Ferrand. Javier Godó poseía el 51,97 por 100; Prensa Española, 11,47 por 100; Martín Ferrand, el 4,33 por 100; Rafael y Manuel Jiménez de Parga, el 3,72 por 100. El resto eran pequeños accionistas[115]. El grupo de La Vanguardia y el de Antena 3 Radio formaron parte de una operación destinada a lograr una licencia de televisión privada en unas fechas en que todavía las televisiones del país eran públicas. Con ese objetivo nace la sociedad Editores Asociados para la Televisión Independiente (Tevisa), creada para promover una compañía de televisión privada, al amparo de la Ley de Televisión Privada aprobada en 1988. Tevisa estaba constituida por las empresas de nueve periódicos españoles –La Voz de Galicia, El Correo Español, El Pueblo Vasco, El Diario Vasco, El Heraldo de Aragón, El Diario Montañés, Última Hora, Diario de Cádiz y Diario de Jerez, además de La Vanguardia—, las de las cadenas radiofónicas Antena 3, Radio 80 y Radio Heraldo, y la editorial Espasa Calpe, S.A. La presidencia del grupo estaba a cargo del editor del diario La Vanguardia, Javier Godó y Muntañola[116].
En 1988 Antena 3 se constituyó como Grupo Antena 3. Por su parte, en febrero de 1989 el consejo de administración de Tevisa anunciaba en un comunicado público su renuncia a una concesión de televisión privada y señalaba que todos los consejeros y accionistas de Tevisa «quedan en total libertad para integrarse, si así lo consideran, en cualquiera de las demás opciones que aspiren a la concesión de un canal de televisión privada»[117]. Fue entonces cuando el Grupo Antena 3, presidido por Javier Godó (La Vanguardia), consiguió la adjudicación de una de las primeras tres licencias de televisión privada licitadas en España. Entre sus accionariados estaban Prensa Española y el Grupo Correo. Sus emisiones regulares se estrenaron el 25 de enero de 1990.
El presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, que no pudo lograr una concesión de televisión, asociado con el magnate de la comunicación Rupert Murdoch, planeó la toma del control de Antena 3 en 1992, y junto a Banesto y el BCH, entre otros, logró desplazar al conde de Godó, que tuvo que abandonar la presidencia. En su lugar fue elegido Asensio (véase capítulo Zeta). Al año de hacerse Zeta con el control de Antena 3 TV, el balance no era muy positivo, según relata el periodista de Zeta, Santiago Miró, en su libro Zeta, el imperio del zorro. Escándalos internos de un grupo escandaloso: «La cadena sigue endeudándose con los bancos accionistas; los gastos se disparan (por ejemplo el director de la cadena, el periodista Manuel Campo Vidal, cobraba 14 millones de pesetas por cada entrevista, además de su sueldo como ejecutivo); los programas de las estrellas contratadas son de alguna manera un fracaso; los informativos no despegan y, lo que es más importante, los ingresos no son los previstos»[118]. Como escribieron entonces los periodistas José Díaz Herrera e Isabel Durán, ello hizo que el conglomerado del empresario de prensa catalán posea unas «hipotecas periodísticas» de casi 70.000 millones de pesetas sólo con dos bancos.
Estas cifras convierten a muchos periodistas —principalmente a los encargados de las áreas sensibles para los bancos— en simples funcionarios de las entidades financieras. La libertad de información y la independencia periodística se ponen así al servicio de intereses mercantilistas, muchas veces espurios e inconfesables.
Y en eso seguimos.[119]
Más tarde, en 1995 se crearía Antena 3 Internacional, con emisiones para América Latina.
La compra de Antena 3 Radio
Especial atención merece el proceso de compra y disolución de Antena 3 Radio. Esta cadena empezó a emitir a nivel nacional el 4 de mayo de 1982, y en 1992 logró liderar las encuestas del EGM que mostraban una mayor audiencia que su principal competidora, la Cadena SER (Prisa). Ese año el Grupo Godó, entonces accionista mayoritario de Antena 3 Radio, y Prisa llegaron a un acuerdo por el que Prisa compraba Antena 3 Radio y constituía Unión Radio[120], empresa que aglutinaría ambas cadenas. La operación fue duramente criticada y denunciada por varias figuras periodísticas del momento que consideraban que la compraventa atentaba contra la libre competencia al favorecer la concentración de emisoras en un mismo propietario. Como consecuencia, la Cadena SER recuperaría su posición de liderazgo al perder Antena 3 a sus principales estrellas y, lo más importante, en junio de 1994 Antena 3 Radio dejó de existir como emisora de radio generalista para desaparecer definitivamente en 2002.
Pese a que el Gobierno aprobó en su día la operación, este grupo de periodistas (Martín Ferrand, Pedro J. Ramirez, Luis Herrero, Federico Jiménez Losantos, José María García y Melchor Miralles) presentó un recurso contencioso-administrativo en el que solicitaba la anulación del acuerdo del Consejo de Ministros que autorizó la concentración. Según ellos, se habían producido «posibles conductas de falseamiento de la libre competencia por actos desleales y abuso de posición dominante». En el año 2000, el Tribunal Supremo, y posteriormente la Audiencia Nacional, declararon anulable e improcedente la decisión gubernamental por incumplir las leyes antimonopolio contra la concentración de medios de comunicación. Las sentencias nunca se aplicaron al haber desaparecido la sociedad original, la única opción para su cumplimiento habría sido la separación y venta de parte de la cadena a un tercero, algo que tampoco sucedió. Como conclusión podemos decir que la operación fue percibida como el claro ejemplo de una gran empresa de comunicación (Prisa) que compra un medio de la competencia (Antena 3 Radio) para conseguir el dominio del mercado. Todo ello con la complicidad del Gobierno de turno y sin que la sentencia judicial de ilegalidad pudiese rectificar el daño.
Primera guerra del fútbol y guerra digital
En 1996, al inicio de la primera legislatura del PP se produjo la llamada primera guerra del fútbol, una dura pugna entre las cadenas de televisión por los contratos de imagen de los clubes y la retransmisión de los partidos de fútbol de la Liga Española. Los púgiles en ese combate eran los dos magnates de la comunicación de entonces: Jesús Polanco (Canal+/Grupo Prisa) y Antonio Asensio (Antena 3 TV/Grupo Zeta). El conflicto llegó a los tribunales y a la política.
El choque se inicia cuando Antonio Asensio decide entrar en el mercado futbolístico a través de Antena 3 TV, y comienza a llegar a acuerdos con los clubes para retransmitir los partidos, lo que provoca una inflación de precios que convulsiona el mercado. Antena 3 daba un golpe de mano en la segunda semana de abril de 1996 al anunciar los derechos audiovisuales de una veintena de clubes de primera y segunda división, a partir de 1998[121]. Prisa decidió llevar a los tribunales a Antena 3 por competencia desleal en relación con la retransmisión de los partidos. Según la empresa de Polanco, Antena 3 no disponía de avales económicos para pagar lo que había prometido a los clubes y además burlaba los derechos de emisión de las cadenas autonómicas. Prisa mantenía la tesis de que se trataba de una alianza entre Asensio, Pujol y Aznar para debilitar al Grupo Prisa en favor de Zeta y Antena 3. A cambio, el Gobierno catalán y el de Madrid estarían aprovechando la debilidad financiera del grupo de Antonio Asensio para garantizarse el apoyo de sus medios[122].
Antena 3 TV reaccionó con un comunicado público, redactado en unos términos durísimos: «El Grupo Prisa prostituye las instituciones democráticas y no admite la llegada de la competencia porque no cree en ella». Por su parte, desde Prisa respondieron con munición de alto calibre y desde las páginas de El País denunciaron que el ex comisario de policía Joaquín Domingo Martorell era el encargado de negociar el fútbol para Antena 3. El diario ofrecía una completa biografía profesional de Martorell, en la que constaba que, en calidad de coordinador y supervisor, fue uno de los policías que interrogaron al etarra José Arregui, muerto tras varios días de torturas. Un grupo de directivos de Antena 3 y del Grupo Zeta, con Manuel Campo Vidal a la cabeza, firmó una carta al director de El País, en la que se acusaba a ese diario de «echar en manos de ETA» al ex comisario fichado por Antonio Asensio para las contrataciones deportivas. Los informativos de Antena 3 TV dedicaron un amplio espacio a la polémica, empleando términos como «bellaquería» y denunciando una «guerra sucia y canallesca» por la compra de los derechos del fútbol.
Pero el protagonismo de Polanco y Asensio no se limitó a la batalla del fútbol; los intereses de ambos en torno al negocio de la televisión de pago coparon la actualidad en la década de los noventa.
Guerra de plataformas digitales
A finales de 1996, y bajo el impulso del Gobierno de José María Aznar, Telefónica, Antena 3 TV, RTVE, Televisió de Catalunya, Televisión Autonómica Valenciana, Televisión de Galicia, Telemadrid y la mexicana Televisa suscriben un protocolo de acuerdo para desarrollar otra plataforma digital: Vía Digital. Sin embargo, la incorporación de Antena 3 nunca se materializaría.
Mientras tanto, el Grupo Prisa había decidido ese mismo año 1996 convertir su oferta de cuatro canales temáticos en una plataforma de televisión digital: Canal Satélite Digital.
Ambos grupos se presentaban como antagonistas ideológicos, el primero en la órbita del Gobierno del PP y el segundo cercano al Partido Socialista. Pero también había otro elemento en disputa, igual o más importante, los derechos de emisión del fútbol, que suponían el elemento clave para dotar de rentabilidad al proyecto. Ofrecer los partidos de la Liga era el elemento decisivo para que los ciudadanos estuvieran dispuestos a contratar una televisión de pago u otra[123]. Estos derechos de emisión se repartían entre el Grupo Zeta (recordemos que era propietario de Antena 3), que tenía los derechos de una serie de clubes de primera división, y Sogecable, propietario de otros.
Cuando los accionistas de cada grupo parecían ya definidos, Antonio Asensio (Antena 3) se desmarca de la plataforma impulsada por Aznar y Teléfonica, y en Nochebuena llega a un acuerdo con Jesús Polanco (Prisa) para la explotación de los derechos de emisión del fútbol. Polanco, con Sogecable, y Asensio, con Antena 3 TV a través de Gestora de Medios Audiovisuales (GMA), crearon Audiovisual Sport (AVS), que explotará conjuntamente los derechos audiovisuales de la primera y la segunda división de la Liga Nacional de Fútbol Profesional y de la Copa del Rey. La nueva sociedad, presidida por Asensio, se repartía el accionariado de la siguiente forma: Canal+-Sogecable tendrá el 40 por 100 del capital, Antena 3-GMA otro 40 por 100 y la catalana TV3 el 20 por 100 restante. Además, los tres grupos constituyeron otra sociedad que sería la plataforma digital alternativa (Canal Satélite Digital) a la fundada bajo el liderazgo de Telefónica, propugnada por el Gobierno Aznar. El gran perdedor será el Gobierno del PP —promotor de Vía Digital a través de Telefónica—, que se sintió traicionado por Asensio al pactar éste con Prisa, el eterno enemigo del Gobierno popular. Días después, en enero de 1997, se presentó la plataforma Canal Satélite Digital que comenzó sus emisiones el 30 de ese mes. La polémica fue de tal envergadura que el presidente del Grupo Zeta tuvo que comparecer en la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados donde argumentó que su decisión era meramente empresarial y no política, y confirmó las presiones ejercidas por Miguel Ángel Rodríguez (portavoz del Gobierno del PP) para que deshiciese el acuerdo con Sogecable[124].
Por su parte Telefónica anunció el 30 de enero de 1997 que junto a sus socios constituía la sociedad gestora Distribuidora de Televisión Digital (DTD) encargada de explotar su plataforma Vía Digital. La distribución del accionariado quedó de la siguiente forma: Telefónica, 35 por 100; RTVE, 25,5 por 100; Televisa, 25,5 por 100; Telemadrid, 4 por 100; Canal 9, 2 por 100; Televisión de Galicia, 2 por 100; Grupo Recoletos, 5 por 100; Unidad Editorial-El Mundo, 0,25 por 100; COPE, la cadena de emisoras de la Iglesia, 0,25 por 100; Promociones Periodísticas Leonesas, 0,25 por 100; Las Provincias, 0,25 por 100 y la revista Época, un 0,10 por 100. Vía Digital comenzó su emisión en septiembre de 1997.
Telefónica compra Antena 3
Al final se imponen las leyes de economía y convierten en socios a los enemigos enfrentados durante diez años. Según informaba El País, las deudas consolidadas de Antena 3 TV se estimaban en torno a 70.000 millones de pesetas[125]. Más cifras. La cadena de Asensio —a través de Gestora de Medios Audiovisuales— se había comprometido a pagar esa misma temporada 19.000 millones de pesetas a los clubes que le habían cedido los derechos para emitir sus partidos. Según informaciones no desmentidas, Asensio había adquirido compromisos de pago con los clubes para los siguientes años por valor de más de 100.000 millones de pesetas. Esta cantidad era imposible de costear por una sola cadena de televisión[126].
La nueva situación ya va generando en el ambiente la opinión de que debería haber sólo una plataforma de televisión digital, en lugar de las dos en pugna existentes hasta entonces.
Pero hay más novedades. El 23 de julio de 1997 Telefónica compra el 25 por 100 de las acciones de Antonio Asensio en Antena 3 TV[127]. Ahora nos encontramos con la paradoja de que un accionista de la plataforma Vía Digital (Telefónica) se convierte en copropietario de Audiovisual Sport, la empresa que posee los derechos del fútbol para la plataforma competidora, Canal Satélite. Como era de prever, Telefónica pide emitir la Liga a través de Vía Digital, a lo que Canal Satélite se niega. A los pocos días, el Gobierno redactaba un proyecto de ley que prohibía que una plataforma digital tuviera en exclusiva los derechos de retransmisión del fútbol y anunciaba la elaboración de una lista de acontecimientos de interés general que deberían emitirse en directo. Se acabó la discusión.
Teléfonica, con el apoyo del Gobierno Aznar, sigue apostando por amasar un gran grupo mediático en España. En mayo de 1999 anuncia la compra de Uniprex, propietaria de Onda Cero, a la ONCE y la asocia a Antena 3 TV, de modo que ahora el Grupo Antena 3 englobaría las cadenas de televisión y radio, así como futuras compras como Movierecord[128].
Fusión de plataformas digitales
La realidad demuestra que el mercado no daba para dos plataformas de televisión de pago. Sin el fútbol, Vía Digital continuaba generando pérdidas, cercanas a los 631 millones de euros al término del año 2001. La empresa realizó varias reducciones de capital social, y durante ese tiempo algunos consejeros de la plataforma, como Gustavo Cisneros con un 7 por 100 de las acciones, pidieron públicamente una fusión con Canal Satélite al considerar que en España no había mercado para dos plataformas de pago. En enero de 2002 el entonces presidente de Telefónica, César Alierta, solicitó un informe sobre la viabilidad de la plataforma. Finalmente, Prisa y Telefónica llegaron a un acuerdo para la fusión el 8 de mayo de 2002. Ahora Telefónica, presionada por el Gobierno por incumplir la ley al tener presencia en dos televisiones, tenía que vender su participación directa en Antena 3 al ser parcialmente dueña de otra cadena de televisión (Canal+).
La racionalización de los costes en estos dos ámbitos se presenta como una de las principales ventajas de la fusión, la disparatada carrera por hacerse con el control de derechos audiovisuales había supuesto un lastre en las cuentas de resultados. Esta guerra por los derechos deportivos llevó, por ejemplo, a Vía Digital a desembolsar cerca de 200 millones de euros por los derechos de los Mundiales de fútbol de 2002 y 2006. Canal Satélite Digital y Vía Digital funcionaron como marcas separadas hasta el 21 de julio de 2003, cuando unieron contenidos, canales y programación para pasar a ser una única oferta de pago por satélite. El resultado final fue la creación de Digital+. Una vez más el dinero y la búsqueda de beneficios es el criterio con el que se define la oferta audiovisual de los españoles.
Llega Planeta
Planeta, junto con sus socios DeAgostini, compra en un principio el 25 por 100 de las acciones en mayo de 2003[129], hasta llegar casi al 50 por 100 dos años después, porcentaje que posee actualmente.
Su presidente pasa a ser José Manuel Lara (Planeta) y el consejero delegado, el italiano Maurizio Carlotti (DeAgostini). Este último propició la salida a Bolsa en 2003 de parte de la cadena, concretamente el 30 por 100 de las acciones procedentes de Telefónica.
Conflictividad laboral
Mauricio Carlotti había sido un hombre de confianza de Berlusconi. Procedía de Publitalia, compañía del grupo Fininvest a la que se incorporó en 1986 y en la que llegó a ser vicedirector general, con responsabilidad en las áreas de marketing y ventas. Según la fiscalía italiana, entre 1988 y 1994, en Publitalia y sus asociadas Publiespaña y Publieuropa se manejó dinero negro aproximadamente por valor de 7.000 millones de liras (3,6 millones de euros)[130] (véase capítulo Telecinco). En 1994 se incorpora al Grupo Telecinco en el que ocupa los puestos de consejero delegado de Publiespaña, director general de Gestevisión Telecinco y consejero delegado del grupo, cargo que desempeña hasta 1998[131]. Carlotti se traslada entonces a Mediaset como consejero delegado con responsabilidad en el área de media y contenidos hasta su incorporación en el año 2000 al Grupo DeAgostini. En junio de 2003 es nombrado consejero delegado del Grupo Antena 3 tras la entrada de Planeta y DeAgostini en el accionariado de la cadena de televisión. Carlotti estaba especializado en recortes presupuestarios y de personal, tal como había hecho anteriormente en Telecinco, donde sus recortes de plantilla provocaron una huelga de los trabajadores. Ahora en Antena 3 comienza con los despidos. Desde su llegada hasta finales de 2007, perdieron su puesto de trabajo en la cadena más de 640 empleados fijos y se externalizaron áreas estratégicas de la empresa. Carlotti llegó a decir que él era capaz «de hacer un canal de TV con menos de 200 trabajadores»[132].
Al fusionarse las dos plataformas digitales, Antena 3 no pudo colocar sus canales temáticos y aplicó otro ERE a los 40 trabajadores que los integraban. Un día antes de la emisión de Digital+ como plataforma unificada, estos canales dejaron de emitir con un rótulo en el que los profesionales se despedían de los espectadores. Poco después se produce otro ERE más espectacular en el que el despido que más llamó la atención a la prensa fue el de la conocida y veterana presentadora Rosa María Mateo, sin previo aviso. Sin embargo, junto a ella se fueron a la calle otros 214 trabajadores de la cadena privada. Algunos de ellos, tal como denunciaron algunos profesionales, «por haberse rebelado, por manifestar públicamente su disconformidad con el Expediente de Regulación de Empleo»[133]. En noviembre de 2003, según denunciaban los trabajadores, la dirección de la cadena intentaba boicotear una y otra vez las convocatorias de huelga con grabaciones previas a los días de paro, intentos de traslado a otras sedes, etc. Todo ello fue contestado por la asamblea de trabajadores y trabajadoras, que llegó a tomar literalmente un plató y a impedir la grabación de un programa[134].
El 22 de octubre, la dirección de Antena 3 recurrió a la policía para que sacaran por la fuerza a los empleados que mantenían una asamblea permanente en la cafetería. La tarde anterior, en una votación secreta realizada durante una jornada de huelga, con las urnas en la calle, los trabajadores habían dicho «no» a la propuesta de la empresa de despedir a 254 trabajadores. Se trató del primer desalojo policial de la sede de un medio de comunicación en la democracia (veáse fotografía en la página siguiente).
Mientras tanto, una legión de agentes de seguridad privados custodiaba las puertas de acceso a la redacción y al plató de informativos mientras Matías Prats aparentaba naturalidad frente a la audiencia.
Periodistas y trabajadores de Antena3 detenidos por las fuerzas policiales.
Con una resolución de la Consejería de Trabajo de la Comunidad de Madrid, entre otras comunidades, en la que se dictaminaba que no existía una situación económica negativa que justificara un ERE, el Ministerio de Trabajo, entonces bajo Eduardo Zaplana, lo aprobó y permitió el despido de más de dos centenares de trabajadores. Aquello llegó a producir algunas iniciativas parlamentarias, en concreto preguntas al Gobierno por parte del grupo socialista e Izquierda Unida, quienes denunciaron un pacto entre Lara (presidente de Planeta), Zaplana (ministro de Trabajo) y el propio presidente del Gobierno José María Aznar. Recordemos que la empresa pretendía despedir con una indemnización de veinte días de salario por año trabajado cuando altos directivos como el consejero delegado Ernesto Sáez de Buruaga se fueron con una indemnización de seis millones de euros. El presidente del comité de empresa de Antena 3 en aquellos años, José Rubio, denuncia que las empresas televisivas tienen muchas formas de alterar su contabilidad para pretender justificar despidos. Por ejemplo pueden cambiar el valor contable de las existencias, es decir, los derechos de emisión de un determinado producto que suele ser por varios años. La empresa puede incorporar ese valor, que corresponde por ejemplo a cinco años, en uno solo y así presentar muchos costes con los que justificar una reducción de personal y lograr que las autoridades laborales se la aprueben. Igualmente, otros años prescinden de incluir ese valor y así presentar una buena gestión ante quien corresponda.
Esos bailes de cifras dan mucho juego, un canal de televisión que facture 200 millones de euros al año, puede lograr sus gastos fijos en ciento cincuenta a cien millones y así disponer de esa diferencia de cincuenta millones para distribuir entre los directivos o empresas creadas y subcontratadas que son de esos directivos. Se han llegado a montar sociedades con un capital de 3.000 euros para retransmitir toda una televisión, algo evidentemente imposible, el objetivo era colocarse detrás de esa empresa algunos ejecutivos del canal para poder embolsarse grandes sueldos y beneficios. Así, el dinero de facturación se diluye con las empresas del entorno[135].
Este sindicalista recuerda que,
cuando en su momento se adjudicaron las licencias públicas de televisión por parte del Gobierno, se hizo tras la presentación de un proyecto por parte de las empresas aspirantes que incluía medios que se disponían, objetivos, etc. Estos proyectos siempre incluían cuestiones como incentivar el empleo o tener al menos un 50 por 100 de producción propia. Es importante precisar que estos elementos se convertían en obligaciones contractuales de quien recibía la licencia, por tanto despidos como el de Antena 3 suponían violar ese contrato[136].
La operación de Antena 3 tuvo eco hasta en la prensa italiana que tituló «Carlotti, la cura dimagrante del torero» («Carlotti, la cura de adelgazamiento del torero»)[137], donde señalaban que el italiano había despedido de Antena 3 a 214 trabajadores en la televisión (incluidos 34 periodistas), 112 en la radio y 40 en los canales temáticos, a pesar del «no» de los sindicatos y de catorce días de paro. Según decía, el ajuste se lo aplicó personalmente para quedarse con un sueldo de «tan sólo» 700.000 euros anuales más otros 100.000 en primas.
José Rubio recuerda que «en torno a 2005, recién ejecutado el ERE, los gastos salariales del grupo eran en torno a 80 millones de euros, de ellos 40 eran los gastos del personal adscrito al convenio, es decir los aproximadamente 1.800 curritos. Los otros 40 eran para los directivos». «Y no solamente eso —añade Rubio—, se creó un Plan de Fidelización para estos directivos por un total de 70 millones de euros que se repartían entre treinta y tantas personas, de ellas, 13 se llevaban 45 millones de euros, más que los 1.800 trabajadores de toda la plantilla en un año. Y mientras tanto, continuaban las externalizaciones de áreas troncales a empresas que facturan a Antena 3 con lo que aumentaban escandalosamente los gastos de explotación»[138].
El 30 de noviembre de 2005, con el relanzamiento de la Televisión Digital Terrestre en España, Antena 3 cambió su frecuencia a digital multiplicando su capacidad de transmisión, y se crearon dos nuevos canales: Antena.Neox, orientada al público juvenil, y Antena.Nova, orientada a toda la familia. A pesar de ello, no acabaron los despidos del italiano ni los conflictos laborales. En julio de 2007, el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) denunció que Mauricio Carlotti estaba intentando deshacerse de todos los trabajadores de izquierdas que trabajaban en la cadena de televisión con el único fin de reforzar la línea editorial de la cadena. En vísperas de las elecciones sindicales, el sindicato denunció que el consejero delegado de Antena 3 llegó a afirmar que «los trabajadores de izquierdas ya saben lo que tienen que hacer, irse de la empresa». En una nota que hizo pública el sindicato se afirmaba que Carlotti estaba «destruyendo empleo estable, descapitalizando la cadena, convirtiéndola en un mero centro emisor, con proyectos urbanísticos que afectarían a sus instalaciones»[139]. También denunciaba que pese a los extraordinarios datos de facturación y los multimillonarios beneficios de la empresa privada, el salario de los trabajadores llevaba congelado varios años.
En julio de 2008 Mauricio Carlotti fue nombrado vicepresidente del Grupo Antena 3 y sustituido en su cargo de consejero delegado por Silvio González. Carlotti dejó claro «su» modelo de televisión en declaraciones a la prensa italiana: «La televisión comercial está hecha para vender publicidad, si no, cierra. Consecuentemente los programas sirven para captar el público adecuado para los anunciantes. Yo soy un vendedor de público y sé lo que quieren nuestros clientes»[140]. Mientras tanto, la legislación española sigue alardeando de considerar a la televisión (la pública y la privada) como un «servicio público».
La conflictividad laboral de Antena 3 no ha cesado, en febrero de 2009 los sindicatos denunciaban que la productora CBM, subcontratada por Antena 3 TV para contenidos informativos en Andalucía, había realizado varios despidos improcedentes[141].
Fusión con laSexta
Durante el primer trimestre de 2010 no se dejaba de rumorear una fusión entre Antena 3 y laSexta, más todavía al haberse materializado la de Telecinco con Cuatro. Sin embargo, según avanzaba el trimestre parecía menos probable, ya en febrero el consejero delegado del Grupo Antena 3, Silvio González, señalaba que su compañía no tenía previsto llegar a un acuerdo de fusión «a corto plazo» con laSexta, ni con cualquier otro canal[142] (más información en el capítulo de Mediapro).
Todo queda en casa
Las sinergias entre política, economía y medios de comunicación suelen ser habituales. En algunos casos pueden presentarse de forma elocuente. El 22 de mayo de 2009 se casaban Josep Piqué y Gloria Lomana. El primero fue ministro de Industria y Exteriores durante el Gobierno de José María Aznar y en el momento de su boda era presidente de la aerolínea Vueling, la segunda era la directora de informativos de Antena 3 TV. En el canal de televisión, José Manuel Lara es el principal accionista. Pero la familia Lara también era por entonces accionista de la aerolínea[143]. Estamos, por tanto, ante el matrimonio perfecto entre político de derechas, empresa editorial, medios de comunicación y empresa de transportes. Es evidente que todo ello tendrá su reflejo en la ausencia de crítica en Antena 3 al papel de Piqué como ministro de Exteriores cuando aterrizaban en España los vuelos de la CIA en ruta a Guantánamo. O la información sobre una huelga de trabajadores de Vueling.
Situación económica
En 2009 el Grupo Antena 3 registró un beneficio neto de 60,75 millones de euros a pesar de la crudeza de la crisis publicitaria. El dato suponía una caída del 33,3 por 100 con respecto al año anterior. La tendencia era al alza, durante el primer trimestre de 2010 ganó 15,9 millones de euros, casi el doble del beneficio que registró hasta marzo de 2009, que fue de 8,1 millones de euros, según informó la empresa a la CNMV.