Esto no puede ser —replicó Don Quijote—, porque allá me anocheció y amaneció; y tornó a anochecer y amanecer tres veces; de modo que, a mi cuenta, tres días he estado en aquellas partes remotas y escondidas a la vista nuestra.

MIGUEL DE CERVANTES

Don Quijote de la Mancha

Parte II, cap. XXIII