PRESENTACIÓN

La pregunta que con mayor frecuencia suele hacerse a un autor de relatos de ciencia-ficción es: «¿De dónde saca usted sus ideas?

Estoy seguro que quien hace tales preguntas imagina algún sortilegio inspirador que sólo puede ser provocado mediante extraños y posiblemente ilícitos medios, o que el escritor invoca poco menos que al diablo con esotéricos y espantosos ritos.

Sin embargo, la respuesta es sencilla: «Uno puede obtener cualquier idea de cualquier cosa si voluntariamente cavila con tenacidad y perseverancia».

Lo de tenacidad-y-perseverancia parece desilusionar a la gente. Su admiración por uno decae precipitadamente y se tiene la sensación de que uno se ha desnudado como si se tratara de una impostura. Pues a fin de cuentas, si la tenacidad-y-perseverancia es lo que vale, nadie puede hacerlo.

Extraño entonces que unos cuantos puedan.

Como fuere, en una ocasión, mi esposa, aun sabiendo mi reluctancia a contestar tal pregunta, vino y me la formuló. Nos habíamos trasladado a Boston en 1949, cuando acepté un puesto en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, y periódicamente cogíamos el tren rumbo a Nueva York para visitar a nuestras respectivas familias.

Una vez, en el curso de uno de estos viajes en tren, tal vez por matar el rato, ella me formuló la pregunta. Respondí: «De cualquier cosa. Si lo intentara, posiblemente consiguiera una sobre un viaje en tren».

«Adelante», dijo ella con naturalidad.

De modo que me puse a cavilar con tenacidad y le conté por encima la historia de un viaje en tren; de vuelta a casa la escribí en su forma definitiva y la llamé Alternativas.

De alguna manera resulta él relato desacostumbrado en mí. No soy inclinado a introducir romances en mis historias. Por qué, debo dejarlo para la consulta psicoanalítica. Meramente constato el hecho.

A veces introduzco mujeres en ellas. En raras ocasiones, como en Huésped, la mujer es incluso él protagonista. Pero hasta en ese caso el romance es un factor secundario, si es que llega a aparecer.

En Alternativas, sin embargo, la historia es totalmente un romance. Cuantas veces pienso en ello, el hecho no deja de sorprenderme. Creo que es la única de mis muchas historias que ofrece un romance completamente en serio (por oposición a completamente grosero). ¡Que me aspen si lo entiendo!