EL CANCILLER DON PERO LÓPEZ DE AYALA

Se murmura, y puede que sea cierto, que este buen señor nació en la ciudad de Vitoria. Esta curiosa circunstancia se refleja en su producción literaria, porque como Vitoria es ciudad fría, los versos que el Canciller escribió son de abrigo.

Don Pero ha pasado a la posteridad —mal, pero ha pasado— gracias a su obra capital, el Rimado de Palacio, larguísimo poema con pretensiones de miscelánea medieval, adobado con muy poquita gracia y mucho envaramiento. La obra tiene partes en las que el poeta se propone reformar a la sociedad de su tiempo, dando consejos a quienes no se los han pedido, cosa que suelen hacer casi siempre los que dan consejos. El Canciller condena los vicios y desórdenes, porque en aquella época lo contrario estaba muy mal visto.

Hay trozos del poema en los cuales López —aburridísimo siempre— pretende hacer sátira social y política. Esta parte del poema es acaso un poco más tolerable que el resto del insigne mamotreto, pero poco más, porque López, siempre adusto y severo, nada flexible ni socarrón, se propone desde el principio aburrir al lector, y lo consigue, con sátira p sin ella.

El Rimado de Palacio tuvo en su época una gran utilidad, porque, a los nobles y caballeros que se apartaban del buen camino y organizaban conjuras y luchas intestinas, el rey les hacía leer el poema de López en voz alta desde las almenas del castillo de Peñafiel. Algunos preferían arrojarse al vacío antes que apencar con tan espantosa e inhumana represalia.

Falleció don Pero López el año 1407, ya pesar de las gestiones que desde aquellos tiempos hasta la fecha se han hecho para que el Rimado de Palacio desapareciera para siempre, ha llegado vivito y coleando hasta nuestros días.

¡Qué se le va a hacer!

RIMADO DE PALACIO

Aquesta vida es buena, no todo es rrobería,

ca muchos cavalleros hay de muy grand valía,

mas otros hay que tienen la cabeza baldía,

e non puedes fiarte nin de tu mesma tía.

Non debes passearte más tarde de las ocho,

ca matones e bravos te dexan cual vizcocho,

et de día hay truhanes que déxante muy pocho

si te facen el timo que llaman toco-mocho.

Si a paxe o a escudero contratas por soldada,

e te vas de viaxe e paras en possada,

el paxe los cavallos venderá a la descuidada

e a golpe de chapines farás la tu jornada.

E si vas e repriendes al servidor ingrato,

non le trates suave, sino con arrebato,

ca tiempo de quexarse ya tendrá el gurripato

cuando en tiempo futuro se invente el sendicato.

Buena cossa son estos tiempos tan feudales,

do los nobles señores, grandes e principales,

a los que están ayuso tratan como animales

e se dan una vida de pachás orientales.

Ca cuando passen siglos en Castilla non creo

que manden unos pocos e fagan mangoneo,

ca sería un aviesso e muy grand cachondeo,

e non sigo e me pongo punto en boca. Laus Deo.