[1] Cortes Españolas, Diario de sesiones, 5-XI-34. <<
[2] J. Dencàs, El 6 d’octubre, p. 69. <<
[3] A. Del Rosal, El movimiento, p. 214. <<
[4] J. S. Vidarte, El bienio, p. 266. Diego Hidalgo: ¿Por qué fui lanzado del ministerio de la guerra?, Madrid, 1934, pp. 29 y ss. Archivo Histórico Nacional (a partir de ahora, abreviado en AHN), Expedientes reservados, nº 53 (Largo Caballero).<<
[5] Gil-Robles, No fue, p. 140. <<
[6] D. Hidalgo, ¿Por qué…?, p. 65. <<
[7] D. Hidalgo, ¿Por qué…?, pp. 77-8. S. de Madariaga, Memorias. Amanecer sin mediodía, Madrid, Espasa Calpe, 1974, p. 532. <<
[8] En M. Rubio Cabeza, Diccionario de la guerra civil española, Madrid Planeta, 1987, p. 328. M. Azaña, Memorias políticas, I, Barcelona, Grijalbo, 1978, pp. 106 y 121. <<
[9] Azaña, Memorias, I, pp. 100 y 102. I. Prieto, Discursos fundamentales, Madrid, Turner, 1975, p. 257. <<
[10] F. Franco Salgado-Araújo, Mis conversaciones, pp. 452 y 499. M. Azaña, Memorias, p. 121. <<
[11] F. F. Salgado-Araújo, Mis conversaciones, p. 452. D. Martínez Barrio, Memorias, Barcelona, Planeta, 1983, p. 138. <<
[12] F. F. Salgado-Araújo, Mis conversaciones, p. 499. <<
[13] F. Franco Bahamonde Apuntes personales sobre la república y la guerra civil, edición de L. Suárez, Madrid, Fundación Nacional Francisco Franco, 1987, pp. 11-12. <<
[14] J. Pla, Historia. III, p. 298. Vidarte, El bienio, p. 264. <<
[15] Cortes Españolas, Diario de sesiones, 7-XI-34. D. Hidalgo ¿Por qué…?, pp. 85-6. <<
[16] R. de la Cierva, Fracaso del octubre revolucionario. La represión, Madrid, ARC 1997, pp. 7 y 27. <<
[a] No fue destituido por Franco, como a menudo se dice, ya que la aviación no dependía del ministerio de la Guerra, sino de la misma Presidencia del gobierno, desde Azaña. <<
[b] En 1930 visitó la Academia el ministro francés de la Guerra, Maginot, y la consideró modélica en Europa. Maginot fue el promotor de la célebre línea defensiva de su nombre frente a Alemania, cuya utilidad no llegó a ponerse a prueba al ser desbordada por la Wehrmacht, a través de Bélgica, en la II Guerra Mundial. <<
[c] Aunque hizo algún leve amago de resistencia, Franco se remitió enseguida a la decisión de Sanjurjo, que mandaba la Guardia Civil. Lerroux había trabajado a Sanjurjo para que se mantuviese neutral si caía la monarquía, pero el general no precisaba mucho aliento, pues simpatizaba ya con la república, según Lerroux. (A. Lerroux, La pequeña historia, p. 80). <<
[d] Varios líderes republicanos, empezando por Alcalá Zamora y, en pequeña medida, Azaña, tenían historial monárquico. Compárese la opinión de Franco con la de Madariaga: «Los monárquicos jamás significaron tanto peligro para la República como los republicanos», o «en el fondo, la República murió de falta de republicanos». (S. de Madariaga, Españoles de mi tiempo, Barcelona, Planeta, 1974, pp. 41 y 45). <<
[e] Sin duda Azaña, al igual que Franco, consideraba que la Legión (también llamada Tercio de Extranjeros, aunque la casi totalidad de sus miembros fueran españoles) y las unidades marroquíes, formaban parte del ejército regular español, como lo eran del francés o del británico las fuerzas coloniales africanas y asiáticas que tan destacado papel desempeñaron en las I y II guerras mundiales. Y que, observa con sarcasmo Ricardo de la Cierva, fueron llevadas a combatir a los territorios de origen de las Cruzadas. (En R. de la Cierva, La revolución de octubre. El PSOE contra la República, Madrid, ARC, 1997, p. 149. 18). <<