Tercera Parte
II. Armamento y financiación

[1] Alcalá-Zamora, Memorias (Planeta, 1998), pp. 327-8. <<

[2] Vidarte, El bienio, p. 265. <<

[3] Alcalá-Zamora, Memorias, p. 328. Prieto, Convulsiones, I, p. 109. <<

[4] Parlament de Catalunya, Diari de sessions, 5-V-36. Taibo, Asturias, p. 86. Del Rosal, El movimiento, p. 243. <<

[5] Del Rosal, El movimiento, pp. 237 y 239. M. D. Benavides, La revolución, p. 272. <<

[6] Largo, Escritos, pp. 115 y ss. <<

[7] FPI, AFLC XXII, folio 115. Tagüeña, Testimonio, p. 52. Largo, Correspondencia, p. 154. <<

[8] Dencàs, El 6 d’octubre, p. 49. <<

[9] Dencàs, El 6 d’octubre, p. 46, 53, 54 y 56. <<

[10] Dencàs, El 6 d’octubre, p. 36. M. Cruells, El 6 d’octubre a Catalunya, Barcelona, Pórtic, p. 112. <<

[11] Dencàs, El 6 d’octubre, p. 56. Salazar Alonso, Bajo el signo de la Revolución, Madrid, San Martín, 1935, pp. 281-3. <<

[12] Dencàs, pp. 53-6. <<

[13] Inf. de la sección de Estadística de la Oficina de Información y enlace de la DGS, 3-1-35. <<

[14] A. Neuberg, L’insurrection, p. 195. <<

[15] A. Neuberg, L’insurrection, pp. 65, 114, 143, 100, 199. Un buen relato del golpe de Hamburgo, en J. Valtin, La noche quedó atrás, Buenos Aires, Claridad, 1947, pp. 74 y ss. <<

[16] Reguengo, Guerra sin frentes, pp. 82 y ss. <<

[17] Del Rosal, El movimiento, pp. 231 y 230. A. Carabantes y E. Cimorra, Un mito llamado Pasionaria, Barcelona, Planeta, 1982, pp. 78-9. Largo, Escritos, p. 147. <<

[a] M. Nelken comenta: «Toda España confiaba en Cataluña. En ninguna otra región tenía la insurrección tantas probabilidades de éxito, pues en ninguna otra podía, como allí, contar con la colaboración de las autoridades». (M. Nelken, Por qué hicimos, p. 133). <<

[b] Juan March, potentado mallorquín, financió actividades contra el régimen. Según Lerroux, los conspiradores republicanos de 1930 le habrían exigido ayuda económica, y su negativa les habría llevado a una hostilidad recíproca. (Lerroux, La pequeña historia, p. 177). <<

[c] Gracias a las informaciones de un miembro del PSOE en el Banco Hispanoamericano, se falsificó la firma de la marquesa, y otro socialista, fingiéndose apoderado de la dama, con documentos asimismo falsificados, aligeró su cuenta por la cifra dicha. La policía no pudo imaginar, entonces ni después, la autoría y destino de la estafa. <<