[1] S. Carrillo, Memorias, pp. 92, 97. <<
[2] G. Mario de Coca, Anti-Caballero, p. 96. <<
[3] S. Carrillo, Memorias, pp. 108 y 107. <<
[4] Largo, Correspondencia, p. 148. <<
[5] «Memoria de la Secretaría Política del Ministerio de Gobernación, en Sánchez García-Saúco, La revolución, p. 257. <<
[6] Largo, Escritos, pp. 140-1. Carrillo, Memorias, p. 107. Del Rosal. El movimiento, p. 373. AHN, Procesos reservados, n2 53 (Largo Caballero). <<
[7] Salazar Alonso, Bajo el signo, pp. 276-7. <<
[8] G. Mario de Coca, Anti-Caballero, p. 122. Prieto, Convulsiones, III, p. 272. Citas de De Francisco y Ramos Oliveira en A. de Blas, El socialismo radical, pp. 122-3. <<
[9] Del Rosal, El movimiento, p. 141. <<
[10] FPI, AFLC XXII, folios 71 y ss. <<
[11] AHN, Procesos reservados, nº 53. V. Reguengo, Guerra sin frentes, Madrid 1954, p. 67. <<
[12] V. Reguengo, Guerra sin frentes, p. 66. A. Neuberg, L’insurrection armée, París, Maspéro, 1970, pp. 200-1. <<
[13] Largo, Escritos, p. 139. <<
[14] Largo, Escritos, p. 139. <<
[15] Renovación, agosto y 14 de septiembre de 1934. Sánchez García-Saúco, La revolución, p. 46. <<
[16] Del Rosal, El movimiento, pp. 221-2. <<
[17] Del Rosal, El movimiento, pp. 322. <<
[18] Vidarte, El bienio, p. 225. <<
[19] Largo, Escritos, pp. 140-1. <<
[20] Vidarte, El bienio, p. 225. Aguado, La revolución, p. 357. Vidarte, El bienio, p. 242. <<
[21] Del Rosal, El movimiento, p. 11. Carrillo, Memorias, p. 98. R. Salas, Los datos exactos de la guerra civil, Madrid, Rioduero, 1980, pp. 63-4. <<
[22] Vidarte, El bienio, pp. 143 y 113. Del Rosal, El movimiento, pp. 211 y ss. <<
[23] AHN, Procesos reservados, nº 53. <<
[24] FPI, AFLC, XXII, folio 117. Prieto, Discursos, p. 297. <<
[25] En Sánchez García-Saúco, La revolución, p. 245. J. Pérez Salas, Guerra en España, México, 1947, p. 65. <<
[26] Dencàs, El 6 d’octubre, pp. 46 y ss. <<
[27] Aguado, La revolución, p. 380. <<
[28] Dencàs, El 6 d’octubre, pp. 48 y ss. Aymamí, El 6 d’octubre, p. 105. <<
[29] En Raguer, Batet, pp. 173-4. F. Escofet, De una derrota a una victoria, Barcelona, Argos-Vergara, 1984, pp. 61-2. <<
[30] Informe del Fiscal de la República, 1935, pp. CIX y CXX. <<
[31] Dencàs, El 6 d’octubre, (Curial) p. 35. <<
[32] Dencàs, El 6 d’octubre, pp. 53 y ss. <<
[33] Dencàs, El 6 d’octubre, pp. 46. Pérez Salas, Guerra, p. 65. <<
[34] Dencàs, El 6 d’octubre, p. 53.43 <<
[a] Según Largo, Del Rosal y Carrillo nombran a Pascual Tomás por el PSOE y a Hernández por la UGT, que incluiría además a Felipe Pretel. Por las juventudes, sólo Carrillo. (Largo, Escritos de la República, Madrid, Pablo Iglesias, 1985, p. 86. Carrillo, Memorias, p. 94. Del Rosal, El movimiento, p. 202). <<
[b] M. Bizcarrondo: «Hubo un radical desajuste de medios a fines en la insurrección de Madrid». J. Tusell: «Difícilmente se puede concebir una revolución peor organizada». S Juliá: «En octubre era de una huelga de lo que se trataba, aunque en el discurso ideológico y en los balbuceos organizativos se hablara de una insurrección» (los jefes socialistas parecen haber tenido otra idea sobre «lo que se trataba»; y, como veremos, hubo mucho más que balbuceos). Abundan las opiniones parecidas. R. de la Cierva también parece justificar en algún momento la impresión de que el golpe no pasó de «una algarada otoñal». (M. Bizcarrondo, «El marco histórico de la revolución», y S. Juliá, «Fracaso de una insurrección y derrota de una huelga», ambos en Estudios de historia social, n. 431, octubre-diciembre 1984, pp. 29 y 41. J. Tusell, Historia de la Democracia Cristiana en España, Madrid, Sarpe, 1986, p. 239. R. de la Cierva, Historia de la guerra civil española, Madrid, San Martín, 1969, p. 303).<<
[c] También una nota sobre un «Doctor Bravo, hombre de máxima confianza de Valdivia y del capitán Santiago (…) Por este individuo se podrían saber infinidad de cosas, si hubiese medio de hacerse entender con algún amigo suyo». <<
[d] Preston sólo da importancia a Asturias y asegura que «fue la respuesta del movimiento obrero a la subida de la CEDA». Ni se trató de algo tan vago como el movimiento obrero ni su objetivo fue responder a la CEDA, sino, como exponía Largo Caballero, utilizar ese momento psicológico para desencadenar una revolución socialista. (Preston, «Leviatán» (Antología), Madrid, Turner, 1976, p. XXVI). <<
[e] Las cursivas son mías. Algo indica el que Prieto tuviera que recurrir a esta distorsión para atacar el célebre juicio de Madariaga: «Con la rebelión de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad moral para condenar la rebelión de 1936». <<
[f] Cuando Dencàs reveló una oferta de armas que había hecho Prieto a la Esquerra, el consejero de Justicia y Derecho, Lluhí, le acusó de mentir, con estas expresivas frases: «Repito que es falso, y si usted tuviese dignidad, no lo diría. Es un secreto que no le pertenece sólo a S.S. ¡Usted es un hombre infame! ¡Un infame, un delator y un traidor!». Companys dio por concluido el embarazoso debate con frases no menos apropiadas: «¿No ha visto S.S. que he procurado eludir todo lo que le pudiera herir o molestar demasiado? (…) He procurado hablar del 6 de octubre con el pensamiento político (…) ¡He eludido tantas cosas! (…) No todos estábamos seguros de que S.S. (por Dencàs) haya sido leal con el resto del Gobierno». DENCÀS: «¡Pruebas! ¡Eso ha de probarse!» COMPANYS: «Digo que no estábamos seguros, que teníamos la sospecha (…) Quiero dejar de lado todo lo anecdótico en cuanto al 6 de octubre (…) Para nosotros la verdad, nuestra verdad, es la única verdad (…) es la que consta en el proceso y en el juicio oral ante el Tribunal de Garantías». Companys esquivó las pruebas que Dencàs le exigía en defensa de su honor. Y las declaraciones ante el Tribunal de Garantías no contienen una sola palabra acerca de los preparativos concretos de la Generalidad de Companys en 1934. (Parlament, Diari de sessions, 6-V-1936). <<
[g] Han sido publicados en edición de Santos Juliá: Largo Caballero, Escritos de la república; notas históricas de la guerra de España. El estudio previo de Juliá apenas enfoca los aspectos de mayor interés para la revolución del 34. <<
[h] Las instrucciones y opiniones de Largo que siguen y no van señaladas con notas, proceden de los documentos del mismo guardados en la Fundación Pablo Iglesias, folios 71 y ss. <<
[i] Nueva prueba, por si fuera precisa, de que el plan revolucionario no dependía, sino como cuestión de oportunidad, del acceso de la CEDA al poder. Las cursivas son siempre mías. <<
[j] Tenido por el más brillante militar soviético, terminó asesinado en una de las masivas purgas stalinianas, en 1937. Stalin se valió contra el militar de informes falsos suministrados por el espionaje nazi, en operación diseñada por R. Heydrich. Es posible que los propios soviéticos los hubiesen hecho llegar a los nazis, en una retorcida operación conjunta. (Así lo cree S. Koch, Double lives, Londres, HarperCollins, 1995, pp. 141 y ss.). <<
[k] Ver capítulo «Rebeldía de Companys y segundo intento golpista de Azaña». <<
[l] Figura como V. Manso en Aguado, La revolución de octubre de 1934. Por varias referencias, parece el personaje de Guerra sin frentes, el cual, pasaría al PCE. Capturado después de la guerra por la policía pasó a colaborar con ella, hasta ser descubierto y liquidado por sus compañeros del maquis. Pero no he podido comprobar si es el mismo. <<
[m] El asesinato de Castillo por falangistas, el 12 de julio de 1936, iba a traer en represalia el de Calvo Sotelo, y con él la continuación de la guerra, el 17 del mismo mes. <<
[n] Mangada era comandante, y González Gil capitán. Éste había inventado un tipo de avioneta, avanzado para su época. <<
[o] En documentos incautados al PSOE figura el informe sobre un cierto capitán Francisco Hernández, que había pertenecido a Seguridad con Azaña, y es descrito así: «Es radical socialista (…) Carácter violento y déspota (…) Tiene una querida a la que puso un estanco con dinero que dijo él que procedía de un premio de la Lotería, suponiéndose fuese con dinero de los fondos secretos de la Dirección, que Hernández manejaba sin tasa ni medida para confidentes en los tiempos de Azaña». El informe le consideraba «apto para venganzas personales contra las derechas y militares de alta graduación. Siente un odio a muerte contra la Dirección General de Seguridad», de la que había sido expulsado. (Nelken, Por qué hicimos, p. 148. Del Rosal, El movimiento, pp. 217, 222 y 211). <<
[p] Conocido banderillero. Largo añade que Prieto trataba «con algunos llamados técnicos (…) que decían que habían preparado la voladura del canal de Isabel II», lo que pareció al primero «una monstruosidad (…) que dejaría sin agua a todo Madrid, incluso a los revolucionarios». No obstante, el sabotaje al suministro de agua estaba en las instrucciones del Comité Revolucionario, y fue practicado en Oviedo e intentado en otros sitios. (FPI AFLC XXII, folio 117). <<
[q] Ver capítulo «Rebeldía de Companys y segundo intento golpista de Azaña». <<
[r] Escofet, que sería condenado a muerte e indultado por su participación en los hechos, protestó ante Coll i Llach de que se pusiera en duda su disposición a rebelarse: «Tenga usted la seguridad de que permaneceré en mi puesto, cuando tal vez alguno de ustedes pasará o intentará pasar la frontera», le dijo, y añade: «Acerté en mi profecía». Escofet deplorará que por estas cosas «el 6 de octubre, que podía haber sido un hecho épico, como lo fue la revuelta de Asturias…». (Escofet, De una derrota, p. 19). <<
[s] Esta represión fue emprendida con entusiasmo. Azaña consigna cómo «uno de los más altos funcionarios del Orden público (de la Esquerra) se había jactado de haber muerto por su mano a un pistolero apodado el Céntim». (Azaña, Memorias, II, p. 135). <<