[1] S. Juliá, en VVAA, Octubre, 1934, p. 128. «Memoria de la Secretaría Política del Ministerio de Gobernación», en Sánchez García-Saúco, La revolucion, p. 244. Correspondencia internacional, 8 de mayo de 1934. <<
[2] AHN, Expedientes reservados, n. 253. Renovación, 3-111 y 18-IV-1934. <<
[3] R. de la Cierva, Comunistas y falangistas. La verdadera fuerza, Madrid, ARC, 1997, p. 47. <<
[4] Vidarte, El bienio, p. 28. Carrillo, Memorias, p. 87. Tuñón de Lara, La II República, II, p. 25. R. Tamames, La República. La era de Franco, Madrid, Alianza, 1977, p. 55. S. Juliá, Madrid, 1931-1934. De la fiesta popular a la lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984, p. 317. S. Ellwood, Prietas las filas. Historia de Falange Española, 1933-1983, Barcelona, Crítica, 1984, p. 46. <<
[5] M. Tagüeña, Testimonio, pp. 53-4. <<
[6] F. E. 1-11-34, en A. D. Martín Rubio, Paz, piedad, perdón… y verdad, Madrid, Fénix, 1997, p. 8. <<
[7] Arrarás, Historia, II, p. 314. <<
[8] J. A. Ansaldo, ¿Para qué?, Buenos Aires, Edit. Vasca Ekin, 1951, p. 74. <<
[9] Tagüeña, Testimonio, p. 54. <<
[10] S. Payne, Falange, p. 76. <<
[11] El Socialista, 12 y 24 de junio de 1934. <<
[12] A. Gibello, José Antonio, ese desconocido, Madrid, Dyrsa, 1985, p. 215. Cortes, Diario de sesiones, 7-XI-34. <<
[13] En R. de la Cierva, Comunistas y falangistas, p. 42. S. Payne, Falange, p. 80. <<
[14] El Socialista, 20 de marzo de 1934. Carrillo, Memorias, p. 89. Arrarás Historia, II, p. 307. Gil-Robles, No fue, p. 115. <<
[15] Prieto, Discursos, p. 298. <<
[a] En febrero de 1936 sus militantes en Madrid sumaban 431 obreros y empleados, 315 oficinistas, 114 obreros especializados, 106 miembros de profesiones liberales, 63 mujeres, 38 estudiantes, 19 pequeños comerciantes y 17 oficiales del ejército y aviadores. (En S. Payne, Falange. Historia del fascismo español, Madrid, Sarpe, 1985, p. 101). <<
[b] El SEU era el sindicato universitario falangista y la FUE el socialista. <<
[c] Por la copla, hoy semiolvidada, que decía: «La enterraron por la tarde / a la hija de Juan Simón / Y era Simón en el pueblo / el único enterrador». <<
[d] Andando los años, Ansaldo ingresaría en la oposición antifranquista. <<
[e] M. Carlavilla ofrece esta versión: «Largo Caballero le debe la vida a José Antonio (…) De consentir José Antonio, hubiera vivido no más de 48 horas después del atentado frustrado que Largo había ordenado contra él, en el cual sus pistoleros dispararon por equivocación contra el doctor Luque (…). De querer José Antonio, no vengarse sino frustrar la ya fraguada revolución de octubre, dejándola sin jefe (…) a Largo le hubiera sucedido lo que le sucedió luego a Calvo Sotelo». El atentado contra el socialista sería perpetrado por policías auténticos y otros disfrazados, posiblemente al mando del propio Carlavilla, quien se jacta de que, siendo «partidario de la decapitación del frente único socialistacomunista desde antes de octubre del 34, conocía todo lo referente a Largo Caballero centímetro a centímetro». (M. Carlavilla, en Largo, Correspondencia secreta, nota, p. 203). <<
[f] En concreto denunció la entrega de tres millones y medio de pesetas por la industria hullera al Sindicato Minero, que preparaba activamente la revuelta, y descalificó tal conducta: «Ocultándose bajo la denominación de política de atracción, de cordialidad y de pacificación de los espíritus (…) es solamente una política de cobardía y de miedo». <<